La
amenaza
Grupo Tierra Triviumm Madrid, 2019, 320 páginas.
Abrasha
Rotemberg es un judío ucraniano nacido en 1916. A los cuatro años se traslada a
Moscú. Y cuatro años más tarde llega a Buenos Aires donde residía su padre. En
Buenos recibe una educación laica, tanto cristiana como judía. En los años 1950
y 1951 estudia economía y sociología en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Al
retornar a Buenos Aires, se dedica a ejercer su profesión, y participa en la
fundación del periódico La Opinión. Tras
el golpe militar, se vio forzado a exiliarse en Madrid.
De su
experiencia en Argentina durante la Segunda Guerra Mundial, en un pueblo de la
serranía cordobesa que culmina en plena dictadura militar, nace esta novela. Son
fechas dramáticas para el personaje principal de la novela, un adolescente,
Moisés Travinsky (se hará llamar Travin), inteligente, inquieto y fabulador.
Los albores de la sangrienta dictadura militar (1976-1977) corresponden al
arranque y al desenlace de la novela. Pero el grueso de la misma transcurre en
1942, cuando el adolescente emigrante se desplaza en el verano a la localidad
de Río Ceballos en compañía de su madre y hermana.
Aclaro de
entrada que La amenaza es un libro
autobiográfico, como los dos anteriores del autor, aunque tiene tintes de
ficción. El libro está inspirado en un episodio que el autor padeció en su
adolescencia; una circunstancia humillante de la que se siente avergonzado. Y
lo trasladó a la narrativa con la esperanza de que la escritura le permitiera
digerir y superar el dolor que le supuso descubrirse, y al mismo tiempo confesar
las raíces de su vida.
La amenaza, sobre todo en su desenlace,
se desarrolla en las fechas dramáticas para Argentina y para el protagonista,
1976-1977. Pero, como ya quedó anotado,
la mayor parte de los que se narra en la novela, tiene lugar en 1942. Al inicio
del libro y en su cierre, se nos informa de la sombra siniestra que la
dictadura militar proyectan sobre el periodista crítico y hombre de una ética
intachable, Moisés Travinsky, incluida su desaparición en el silencio, la
obscuridad y el dolor. Mas la mayor parte de la novela discurre en la minúscula
geografía de un pueblo, Río Ceballos y en un pequeño hotel donde repercuten los
ecos de la Segunda Guerra Mundial, entre las expectativas de los partidarios de Alemania y las de los
aliados. Y en el contexto de un país por donde campan a sus anchas nazis
locales y extranjeros, espías y refugiados. A la vez que se suceden tramas
militares que aspiran a hacerse con el poder en el país austral.
En este
contexto, coloca el autor a una familia de judíos que pasa unos días de
vacaciones. El antisemitismo les rodea por todas partes. Y a un protagonista
central, Travin, fabulador, vehemente y avergonzado de su condición judía y humilde. Admirador de la Unión
Soviética y convencido del advenimiento de una sociedad justa. Vive rodeado de
un arsenal de certezas y de muy pocas dudas. La mayoría del país simpatiza con
las democracias aliadas, pero los mandos del ejército argentino admiran a
Hitler y creen que derrotará a los aliados.
Travin,
poco a poco, va descubriendo un ámbito para él desconocido; queda fascinado por
los hijos del General y especialmente por su hija, una mujer inaccesible para
él. Bajo una falsa identidad logra introducirse en ese círculo cerrado,
reaccionario y antisemita hasta el punto de confiar en su incauto enamoramiento.
Se verá obligado a jugar una doble vida de la que solo obtendrá decepciones,
humillaciones y agravios morales y físicos. Y sobre todo una amenaza que se
ejecutará treinta años más tarde.
El autor
huye de florituras verbales y escribe una novela de suspense e intriga, en un
lenguaje sencillo, directo, con diálogos siempre inteligentes, a veces cargados
de humor; otras de miedo y terror. Describe así mismo con gran acierto los
ambiguos ambientes de los veraneantes en las serranías cordobesas. En
definitiva, una parábola que tiene mucho de realidad, que nos ilustra sobre la
sociedad argentina en su relación con el antisemitismo y su inmadurez democrática, al menos en aquellos tiempos.
Francisco Martínez Bouzas
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