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jueves, 8 de octubre de 2015

"EL SECRETO DE VESALIO": UN NOTABLE THRILLER HISTÓRICO



El secreto de Vesalio
Jordi Llobregat
Ediciones Destino, Colección Áncora y Delfín, Barcelona, 2015, 540 páginas

   El secreto de Vesalio supuso el debut mundial de Jordi Llobregat, un narrador tardío, gran lector y director del Festival Valencia Negro. Debut mundial porque la novela, antes de ser editada en español por Ediciones Destino, ya había vendido los derechos a dieciocho países. Así pues, un estreno afortunado y a la vez muy digno porque El secreto de Vesalio es  un thriller adictivo  que alienta una historia llena de giros inesperados que sin duda, y a pesar de su considerable extensión, mantienen al lector en vilo hasta el desenlace. En definitiva, una novela de consumo masivo, pero no exenta de calidad.
   El hilo conductor de la historia es un secreto relacionado con Andrés Vesalio (1514-1564), considerado el padre de la anatomía moderna. Un médico que centró sus estudios en la observación directa, en la disección del cuerpo humano, rompiendo así con los cánones didácticos de la medicina galenista imperantes hasta el momento en la medicina occidental. No así en la de otros países y culturas, especialmente en la Persia del legendario maestro Ibn Sina (Avicena es su nombre latinizado). Es el propio Jordi Llobregat el que nos revela cómo descubrió a Vesalio y cómo su secreto marca el compás y, sobre todo, el desenlace de la novela: parece ser que Andrés Vesalio fue juzgado en Madrid por un tribunal de la Inquisición y condenado a la hoguera por haber diseccionado a un hombre vivo. Habría abierto el pecho de un joven noble en el que latía todavía su corazón. Felipe II logró que le fuera conmutada su condena por una peregrinación a Jerusalén en la que se pierde su rastro. Así descubrió el autor  a Vesalio y es entonces cuando su imaginación tomó el control de su mente y de su pluma. Aventura el escritor que es posible que el joven estuviera muerto y quizás Vesalio, en el proceso de la disección, aplicase alguna técnica experimental secreta con la que habría logrado que volviera a latir el corazón de aquel cadáver. El secreto de Vesalio, recogido en su obra clásica De Humani Corporis Fabrica y la búsqueda de uno de sus capítulos, impregna las páginas de un afortunado debut narrativo, convirtiéndose en la fuerza motriz de una pieza narrativa tejida con puntadas de thriller, novela histórica y relato de aventuras y que nos ofrece a la vez una fidedigna estampa costumbrista de la Barcelona de finales del siglo XIX.
   El tema de fondo o la síntesis del significado esencial de la novela no puede ser otro, en un thriller como este, que la investigación detectivesca del o de los responsables de espeluznantes asesinatos que desemboca en una intriga centrada en el libro, o mejor dicho, en el capítulo perdido del libro de Vesalio. Un tema que se despliega en un mundo ficticio, en una trama de cuya sinopsis solamente adelanto lo esencial. Barcelona, mayo de 1888, pocos días antes de la inauguración de la Exposición Universal. En los alcantarillados de la ciudad aparecen los cadáveres mutilados de varias jóvenes que residen en los barrios más miserables, la mayoría en la Barceloneta. Crímenes en serie con horribles heridas en los cuerpos que traen el recuerdo de una antigua maldición de la ciudad -un monstruo asesino, el Gos Negre- , olvidada desde tiempo atrás, y que la policía trata de silenciar ante la inminencia de la inauguración de la Exposición. No obstante, todo da un giro radical cuando Daniel Amat, joven profesor residente en Oxford y a punto de contraer matrimonio, recibe un telegrama que le comunica la muerte de su padre, el eminente médico y profesor Alfred Amat, fallecido en extrañas circunstancias. El joven profesor se ve obligado a volver a Barcelona para asistir a las exequias de su progenitor. Tras el enterramiento, se le presenta Bernat Fleixa, un ambicioso periodista de sucesos, quien le informa de que la muerte del doctor Amat no se ha producido por causas naturales, sino que ha sido asesinado, y que todo da a entender que hay una clara conexión entre el fallecimiento de Alfred Amat y los asesinatos de las jóvenes mujeres, ya que este se había dedicado a investigar esos macabros crímenes.
   Al dúo investigador se le une Pau Gilbert, un brillante y enigmático estudiante de medicina, colaborador del doctor Amat en su investigación sobre la higiene y salubridad de los barrios marginales y sus humildes moradores. Siguiendo las anotaciones de un cuaderno del doctor fallecido, no dejan un resquicio por rastrear. Mas pronto advierten que las heridas que presentan las jóvenes desmembradas, parecen ser obra de un experto cirujano, y todo apunta a un antiguo médico, Frederic Homs, enloquecido a consecuencia de la muerte de su esposa, dedicado ahora a realizar macabras  transgresiones criminales, cuyo origen o motivación estaría en un primitivo manuscrito anatómico, un documento de incalculable valor, capaz de cambiar los conceptos más básicos del conocimiento científico sobre el cuerpo humano: el Liber Octavus de Vesalio. Hallar ese manuscrito es el objetivo que persigue el supuesto asesino y también Daniel Amat que se verá inmerso en una vertiginosa persecución y tendrá que enfrentarse no solo al asesino, sino también a su propio pasado que había intentado olvidar, pero cuyas heridas nunca terminarán de cerrar.
   La novela, articula en torno a  una tenebrosa investigación criminal, rodeada de ciencia, medicina, moral, miedos, superchería, industria, proletariado, prostitutas, podredumbre… en el escenario de la Barcelona industrial de finales del XIX, una ciudad  luminosa, que asiste al primer gran acontecimiento de la modernidad, pero también una oscura ciudad de viejos hospitales, bibliotecas, callejones, siniestros crímenes, muy parecida al Londres victoriano y a sus asesinos en serie. Una ciudad incluso oculta, subterránea, recorrida por túneles y alcantarillados. Una urbe pues de contrastes que se convierte en el claro protagonista de la narración,  que por eso mismo no solamente es un thriller apasionante, sino también un fresco histórico.
Grabado del De Humani Corporis Fabrica
   Jordi Llobregat diseña con maestría a sus personajes, especialmente a aquellos que tienen más peso en la acción: Daniel Amat, Bernat Fleixa, Pau Gilbert, pero también al doctor Frederic Homs, desquiciado tras la muerte de su esposa y una paranoica investigación para salvar a su mujer, que convierte sus macabros experimentos en una verdadera declaración de amor, y que, por otra parte, será el motor de todo lo que acontece en la novela.
   En un thriller de intriga criminal es de capital importancia mantener la tensión narrativa y lograr que el enigma se conserve intacto hasta el desenlace. Todo esto lo consigue la pluma de Jordi Llobregat que, en un largo relato repleto de acción y de subtramas, dosifica el ritmo hasta alcanzar el acontecimiento que resuelve, al final del discurso narrativo, las innumerables intrigas planteadas a lo largo de la historia.
   Un estilo de prosa con un buen dominio del lenguaje, pero ajeno a complejidades formales, facilita la lectura de un texto repleto de intriga, misterio, tenebrosos asesinatos, manuscritos antiguos, supercherías, que profundiza al mismo tiempo en las bases de la ciencia y no deja de plantearnos un interrogante ético sobre qué límites se pueden traspasar sin que caigamos en la paranoia. Así pues, leer El secreto de Vesalio no es por supuesto vérselas con un exquisito producto literario desde el punto de vista de su  arquitectura y artificios formales,  pero sí que sumergirá al lector que deguste sus primeras páginas, en un notable y adictivo thriller que flirtea con la historia.

Francisco Martínez Bouzas

                                                      
Jordi Llobregat
Fragmentos

“Fleixa terminó la segunda copa y prosiguió.
-Una tarde, un anciano carpintero al que su padre auxilió le confió una historia. Al parecer, se comentaba entre susurros que el Mal se había adueñado de la Barceloneta. Durante las últimas semanas, siempre al ponerse el sol, varias jóvenes que volvían de los talleres o andaban haciendo recados habían desapareció de modo inexplicable. Cuatro o cinco días más tarde, sus cadáveres eran encontrados en un estado terrible. Les faltaba la sangre del cuerpo y algunos de sus miembros habían sido amputados. Con todo, lo que más terror provocaba era que los cadáveres mostraban unas enormes mordeduras y la carne alrededor de las heridas aparecía quemada.”

…..

“-¿Vesalio? ¿Quién es ese tipo? –intervino achispado Fleixa.
-Cualquier estudiante de primer curso sabe responder a esa pregunta -contestó Pau-. Andrés Vesalio fue un eminente anatomista del siglo dieciséis que cuestionó a Galeno. En su época eso suponía cualquier cosa, tengan en cuenta que durante más de un milenio el médico griego fue considerado el supremo referente de la medicina.
-¿En serio? -inquirió Fleixa.
Pau pasó por alto la sorna del reportero.
Los estudios anatómicos de Galeno están basados principalmente en la disección de animales y, en consecuencia, cometió muchos errores. Vesalio, que al principio lo admiraba, como cualquier otro médico de la época, optó de forma revolucionaria por observar de forma directa la anatomía humana.
-¿Eso quiere decir…?
-Durante su etapa en París realizó centenares de disecciones de hombres, mujeres y niños, en un tiempo donde conseguir un cuerpo para su estudio era, en la mayoría de las ocasiones, muy difícil. Se conocen sus tratos con rescatadores de cadáveres. -Ante la expresión desconcierto de sus compañeros se explicó-: Los rescatadores sustraían de los cementerios los restos de los recién fallecidos a cambio de unas monedas. Más tarde, de vuelta en Italia, se benefició de una dispensa sobre los cuerpos de malhechores ejecutados que iban a parar a manos de hospitales y colegios.”

…..

                                                       
Frontispicio del De Humani Corporis Fabrica
“Dejó caer el ejemplar del De Humani Corporis Fabrica sobre la superficie libre. La cubierta del cuero viejo resplandeció con el reflejo del fuego. Las llamas acentuaron las formas del grabado, que pareció estremecerse.
Abrió el manuscrito. La certeza de su error le devoraba las entrañas. Empezó a pasar las páginas con avidez. Intercalados entre amplios textos en latín se sucedían los grabados originales que representaban diversas partes del cuerpo humano. Las ilustraciones, que en ocasiones ocupaban  una página entera, reflejaban con inquietante detalle cuerpos desmembrados, miembros diseccionados, esqueletos humanos en poses inverosímiles. Cualquier coleccionista de Europa hubiera pagado una fortuna por poseer aquel manuscrito, pero a él eso no le importaba, tan solo buscaba, página tras página, cada vez más exasperado. Revisó los márgenes, los espacios entre pasajes, los detalles de los dibujos hasta que llegó al final. Entonces cerró el libro con un golpe que retumbó en el techo abovedado.”

(Jordi Llobregat, El secreto de Vesalio, páginas 46, 194-195, 298-299)

lunes, 13 de octubre de 2014

"EN LA PIEL DEL OTRO" O LA PIEL DE LA IMPOSTURA



En la piel del otro
María Barbal
Traducción de Concha Cardeñoso  Sáenz de Miera
Ediciones Destino, Colección Áncora y Delfín, Barcelona, 2014, 312 páginas.

   Esta novela de María Barbal se inspira, aunque de forma indirecta, en las peripecias engañosas de Enric Marco, que a base de mentiras -aseguraba que había sido deportado por los nazis- llegó a presidir y a actuar de portavoz de la asociación Amical Mauthausen, formada por deportados en el campo de concentración nazi del mismo nombre. Y digo de forma indirecta porque el caso Enric Marco le sirvió a la autora de motor de arranque para crear su propio personaje, que también se mete en la piel del otro, aunque en su desarrollo la novela de María Barbal se aleja notablemente de la figura de este personaje y crea su propio protagonista.
   La autora, María Barbal (Tremp, 1949) está avalada por una sólida carrera literaria, iniciada en 1985 con la novela en catalán Pedra de tartera, un long seller de la narrativa catalana traducido a varios idiomas. Canto rodado es el título de la edición en español.
   En la piel del otro publicada simultáneamente en castellano por Ediciones Destino y en catalán por Columna, la autora crea, como ya indiqué, su propio personaje protagonista y una trama que poco tiene que ver con el caso verídico del ex presidente  de Amical Mauthausen, Enric Marco. No obstante, el caso real de Marco lo aprovechó  la autora para orquestar la historia de una mujer, que al darse cuenta de la dimensión trágica pero envidiable de la vida de algunos exiliados de la Guerra Civil comparada con la suya, anónima e insignificante, se integra en una asociación, Memoria y Libertad, de antiguos exiliados de la Guerra Civil, que había fundado el padre de su amiga Mireia Ferrer, un resuelto luchador por la recuperación de la memoria de los deportados. Y Ramona Marquès, que nunca había sido una refugiada, llega a dirigir y  a proyectar, a base de dedicación y energía, la asociación de exiliados y deportados. Una novela pues sobre los abismos y los laberintos de la impostura y sus porqués.
   El relato está ambientado en el espacio barcelonés, en el Poble Nou sobre todo, si bien en la novela aparecen otros espacios. Y abarca un arco temporal que va desde los últimos años del franquismo, en la década de los 70, hasta nuestros días. Su tema de fondo es, como ya quedó apuntado, la impostura, la falsificación de las vidas hasta tal extremo que personas como la protagonista acaban incluso creyendo en la realidad del personaje inventado y en el cúmulo de falsedades que lo rodean.
   Desde obscuras motivaciones psicológicas, y sobre todo desde su vacío existencial, la protagonista va construyendo su falsa biografía de resistente del franquismo, hasta alcanzar la representación en la que puede proyectar todas sus energías, al contrario de su amiga, Mireia Ferrer -los dos personajes principales, verdaderas columnas en las que se asienta la novela- que pretende a toda costa olvidarse de la herencia paterna verídica pero dolorosa. Y en esta tesitura, Ramona Marquès inventa embuste tras embuste en los años de la Transición, una época en la que el silencio sobre el pasado se impuso como un dogma de fe política, porque en España nunca existió una verdadera ruptura con el franquismo.
   El desarrollo de la novela avanza poco a poco, a medida que un joven periodista, impresionado por el activismo de Ramona Marquès, inicia y desarrolla una investigación sobre las experiencias de los miembros de Memoria y Libertad. En la misma levanta la liebre, sale a luz la impostura y ante una compleja disyuntiva -el joven periodista había iniciado una relación sentimental con Isolda, la hija de Ramona- opta por posicionarse al lado de la verdad.
   La novela no solo nos ofrece una trama divertida y que capta el interés del lector, sino que tiene sobre todo la virtud de profundizar con gran agudeza en la mente y en las motivaciones de sus personajes. No solo en las de los  centrales, Ramona y Mireia,  sino en las de un amplio abanico de secundarios, en entramado con los principales. Y así, al final podemos descubrir la razón última de la impostura de Ramona Marquès: el amor, la admiración, cuyas circunstancias concretas no desvelaré. Ese papel le corresponde al lector.
   Novela pues que profundiza de forma brillante y certera en el perfil psicológico de los personajes. Excelente así mismo la captación y el reflejo de los ambientes barceloneses de los años 70. Escrita además con gran sensibilidad, con un estilo de prosa que nos sorprende a veces con ramalazos de gran fuerza y tonalidades líricas. Una escritura que avanza de sorpresa en sorpresa, pero a un ritmo adecuado, contribuye a que En la piel del otro deba ser recomendada sin reservas, ya que sin duda involucrará al lector en la historia que María Barbal le transmite.

Francisco Martínez Bouzas



María Barbal

Fragmentos

“En la mesa, Ramona y los Ferrer seguían charlando. Hablaron de Mauthausen sin tocar el capítulo anterior, por el que Tomàs pasó de puntillas, pues, cuando Anna tenía la edad de su hija, que en ese momento hablaba despreocupadamente por teléfono en voz baja, estaba en Argelers, al límite de la resistencia física y mental, y después, en Valencia. También él sufrió lo suyo en esa época, pero fue distinto, porque era joven  y fuerte, mayor que su mujer, y, sobre todo, tenía una ideología sólida que lo animaba a luchar. Hablando de ello con Ramona Marquès, cuyo interés le sorprendió gratamente, volvió a sentir deseos de ver a sus compañeros de exilio; algunos eran más que hermanos para él. Se habían salvado la vida muchas veces unos a otros. Había que pensarlo y averiguar algo más del tal Rossend Garcia: a qué grupo pertenecía, aunque parecía evidente que era anarquista, y si era posible que hubiera llegado a Tolosa o si se había quedado más cerca.”

…..

“Los socios se consideraban afortunados por contar con Ramona Marquès. Todos le agradecían su buena disposición y admiraban su energía. Ninguno de los que quedaban tenía ganas ni fuerzas para conservar la memoria exponiendo su sufrimiento o el de sus familiares en público, aunque todos estaban profundamente convencidos de que era una labor necesaria. Y, además, en los sueños de cada uno de los vencidos, esa mujer valiente se identificaba con una hija.”

…..

“¿Era la realidad o había que replantearse el significado de la palabra «verdad»? Su madre le había dicho muy convencida que, sin algunas mentiras, no había podido llevar a cabo ni la mitad de los que había hecho. Ni sus palabras habrían impresionado a los demás de la forma conveniente. Ramona se consideraba una intermediaria entre las víctimas y el mundo. Y así se lo dijo a la cara a los que la acusaban de traidora.”

(María Barbal, En la piel del otro, páginas 105-106, 265, 291)

miércoles, 7 de agosto de 2013

"ENCUENTRO EN BERLÍN", UN THRILLER DE CALIDAD



Encuentro en Berlín
Pepe Ribas
Ediciones Destino, Colección Áncora y Delfín, Barcelona, 2013, 351 páginas.

  
   Esta novela nace de un desplazamiento -un viaje a Berlín en septiembre de 2008-, de la curiosidad despertada por un pequeño museo, un lugar que había albergado en los años cuarenta una fábrica de escobas, gestionada por judíos ciegos ante las propias narices de la Gestapo, y de la lectura de varios libros, entre ellos, Sobre la historia natural de la destrucción de W. G. Sebald. Todo ello y la conexión con jóvenes documentalistas que estaban intentando recuperar la memoria histórica de los alemanes resistentes a los nazis, acabó de introducir al periodista Pepe Ribas, fundador de la mítica revista de contracultura española, Ajoblanco, en un mundo que poco tiene que ver con la historia oficial, a la vez que le permitió sumergirse en el Berlín vanguardista del siglo XXI y recuperar, a través de la memoria viva de la gente que había sobrevivido a la barbarie, la historia de familias centroeuropeas aniquiladas por la hambruna, las bombas y las deportaciones.
   Así surge Encuentro en Berlín, una historia, en palabras de su autor, sobre la lealtad, erguida a golpe de thriller, aunque alejada de las fórmulas trilladas del suspense y del espionaje. Sus protagonistas son un joven activista chileno, hijo de una mujer torturada por la dictadura pinochetista, que se instala en Berlín y allí conoce la historia familiar oculta, y un miembro de la inteligencia ucraniana, vinculada a los lobbys del gas en la Europa Oriental, y que, en secreto, también ejerce de cosaco nacionalista frente a  la corrupción estatal. Ellos dos y tres mujeres que entran en escena a lo largo de la novela y cambian el paisaje planteado por la ficción, le permiten a Pepe Ribas escribir una novela de acción, que aborda al mismo tiempo los valores culturales de la vieja Europa.
   La trama de la novela nos sitúa en efecto en Berlín. Allí el joven activista chileno, Ernesto Usabiaga, que busca su identidad familiar, conoce a Maksim Kazantev, el cosaco ucraniano relacionado con los servicios secretos. La relación pasional que entre ellos surge, relación intensa y brutal, nos envuelve en una tupida tela de araña que nos intriga, atrapa y y cautiva. Porque la vida de estos dos personajes se convierte en una verdadera odisea por sus afanes de hallar huellas del pasado familiar, y para sobrevivir en una geografía convulsa cuyos hilos mueven los jerarcas militares y políticos que controlan los negocios del gas natural en la Europa del Este.
   Los temas nucleares de la novela son, sin duda, la intensidad de la pasión amoroso entre dos hombres y la fuerza sin resquicios del poder que acaba, por ejemplo, con la revista defensora del medio ambiente que editaba en Chile Ernesto Usabiaga y que estorbaba a la industria del cobre y a las grandes bodegas del vino chileno. El mismo poder que manipula a Maksim Kazantev y destroza las vidas de los progenitores y abuelos de ambos. Un poder invisible que nos hace pensar en la presencia continua del mal como motor del relato y que se hace patente en hechos como la entrega a Stalin por los ingleses  de miles de rusos anticomunistas que lucharon con los alemanes en la Segunda Guerra Mundial y que serían ejecutados. Y en una distancia temporal más cercana a nosotros, en la red de negocios furtivos, entrega de información, componendas de los oligarcas, mafias uzbekas, azeríes, ucranianas e israelíes. Sin olvidarnos de las actuaciones, al margen de cualquier norma,  de los servicios secretos.
   El lector se enfrenta a un thriller escrito con calidad, con gran despliegue de datos históricos referidos a la convulsa existencia de la Europa del Este a partir de la revolución bolchevique.
   Una novela que se inicia “in media res”. Pepe Ribas, en efecto comienza el relato en un punto medio del tiempo de la historia (cuando el joven chileno se encuentra en Berlín en julio de 2007). Luego la retrospección o analepsis nos pone al corriente de la historia anterior. Un historia -la anterior y la posterior- que se yergue aglutinando episodios, tramas secundarias, personajes, escenarios y cuyo resultado es una novela que se desparrama en multitud de hilos diegéticos y da lugar a una novela de acción de gran dinamismo que nos transmite una acertada visión de nuestro mundo complejo de hoy.

Francisco Martínez Bouzas


 
Pepe Ribas


Fragmentos

“Eva Ramírez, separada de su padre definitivamente hacía trece años, compartía con Herminia Wojkiewicz una casita de una planta rodeada de un pequeño jardín en el apacible barrio de Bellavista. Ambas eran amigas desde el orfanato católico al que fueron a parar de muy crías. Los años en los que la salud se lo permitía, su madre daba clases de literatura alemana en una escuela de Santiago a cambio de una paga escasa. Desde que Ernesto estaba en Europa, también vivía del alquiler del apartamento de Providencia, donde Ernesto había vivido los últimos años de universidad y tuvo su sede la revista. Su madre era una mujer abatida, que se mostraba casi siempre ajena, en un infinito brumoso. Pocas veces daba su opinión sobre algo, y cuando hablaba de literatura lo hacía como si hubiera olvidado lo mucho que había leído.
¿Cuándo oyó decir por primera vez que su madre había estado en una celda de castigo?
De lo que no había duda era que su madre, tras el golpe de Estado, estando presa había sido torturada. El padre de Ernesto, un joven coronel del Ejército chileno, fue quien finalmente la interrogó. Lo que no estaba claro, como en más de una ocasión le había sugerido su buen amigo Leandro Aparicio, era si su padre, además de interrogarla, también la había violado.”

…..

“El 6 deseptiembre, Karin, Igor y Eva Krynovi atravesaron el umbral de un caserío medio derruido en las afueras de Lviv y cubrieron el suelo con rosas blancas en memoria de los miembros de la familia Krynovi. Una familia grande que el maldito siglo XX se llevó por delante. Sólo tres supervivientes (…)
Fue entonces cuando Rose se aproximó a Ernesto junto a Wolfram y le entregó en mano un informe con fotos y documentos de los Weide y una carpeta que iniciaba el proceso de recuperación legal de lo que, por derecho, era de Eva Krynovi.
Cuando los bailarines finalizaron su danza, Karin, Igor y Maksim cantaron junto a ellos y a los músicos de Majnovina, la canción de los cosacos rebeldes de Kronstadt. Más tarde, brindaron y comieron hasta bien entrada la noche el ternero el ternero que unos hombres habían asado en la era.”

(Pepe Ribas, Encuentro en Berlín, páginas 30-31, 349-350)