martes, 30 de abril de 2019

TRES NOVEDADES DE ANAGRAMA EN MARZO-ABRIL


Una vez más la generosidad de Editorial Anagrama, especialmente de su Departamento de Prensa y Comunicación, me permitirá comentar en esta bitácora de libros tres textos importantes que forman parte de la narrativa española y universal. Sobre ellos publico las sinopsis y datos biográficos de los autores, con el firme propósito de volver más tarde con una propia aunque subjetiva valoración crítica.

 

En el camping-car
Ivan Jablonka
Treaducción de Agustín Blanco
Editorial Anagrama y libros del Zorzal, Colección Panorama de narrativas, Barcelona, 2019, 182 páginas

Sinopsis:

«Una recopilación de recuerdos personales y un pequeño tratado de sociología del ocio de finales del siglo XX» (Philippe Ridet, Le Monde).«Jablonka vuelve a llegarnos al corazón» (Gilles Chenaille, Marie Claire).IVAN JABLONKA (París, 1973) es profesor de Historia en la Universidad París XIII y codirector de la colección «La République des Idées» de la editorial Seuil. Entre sus libros destacan His-toria de los abuelos que no tuve (publicado en castellano por Libros del Zorzal y galardonado en 2012 con el Premio del Senado para libros de historia, el Premio Guizot de la Academia Francesa y el Premio Augustin Thierry) y Laëtitia o el fin de los hombres, coeditado por Anagra-ma y Libros del Zorzal.13/03/2019Traducción de Agustina Blanco16,25 € sin IVA / 16,90 € con IVA / Rústica con solapas / 14 x 22 cm / 192 págs.© Hermance Triay /Opale / LeemageUn relato íntimo sobre las vacaciones familiares del autor que es también el retrato de una generación y un agudo ensayo sociohistórico.Este es un libro sobre una familia francesa que en los años ochenta pasa sus vacaciones en una autocaravana, y en ella recorre Italia, Portugal, España, Grecia, Ma-rruecos... Es una historia personal, ya que la familia es la del autor cuando era niño, pero también colectiva, porque todas las familias aspiran a acariciar la felicidad en vacaciones. Es también un homenaje de Ivan Ja-blonka a sus padres; una reflexión sobre la relación en-tre las generaciones y sobre el momento en que uno pasa a convertirse en padre y asume una responsabili-dad hacia sus hijos. En sus páginas asoman los horrores del pasado –el padre de Jablonka fue un huérfano de la Shoá– y la esperanza de poder construir un mundo me-jor para las nuevas generaciones, siguiendo ese precep-to de la Declaración de Independencia americana del derecho a «perseguir la libertad.”

El autor:

«Una recopilación de recuerdos personales y un pequeño tratado de sociología del ocio de finales del siglo XX» (Philippe Ridet, Le Monde).«Jablonka vuelve a llegarnos al corazón» (Gilles Chenaille, Marie Claire).IVAN JABLONKA (París, 1973) es profesor de Historia en la Universidad París XIII y codirector de la colección «La République des Idées» de la editorial Seuil. Entre sus libros destacan His-toria de los abuelos que no tuve (publicado en castellano por Libros del Zorzal y galardonado en 2012 con el Premio del Senado para libros de historia, el Premio Guizot de la Academia Francesa y el Premio Augustin Thierry) y Laëtitia o el fin de los hombres, coeditado por Anagra-ma y Libros del Zorzal.

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Cox o el paso del tiempo
Christoph Ransmayr
Traducción de Daniel Najmías
Editorial Anagrama, Colección Panorama de Narrativas, Barcelona, 2019, 245 paginas

Sinopsis:
A mediados del siglo XVIII, Alister Cox, el más prestigioso relojero y constructor de autómatas de Europa, llega a las costas de China tras una larga y accidentada travesía. Partió de Londres meses atrás, invitado por el todopoderoso emperador Quiánlóng, que desea que le confeccione unos relojes muy especiales.
Cox, junto con sus ayudantes, se aloja en la imponente Ciudad Prohibida, y empieza a fabricar mecanismos capaces de atrapar el sinuoso y cambiante ritmo del tiempo, de medir su transcurso tal como lo perciben los niños, los enamorados, los enfermos o los condenados a muerte… Pero mientras el artesano da forma a sus precisas maquinarias, empieza a darse cuenta de que no todo es belleza y sofisticación en el entorno en el que permanece casi prisionero. Percibe el miedo que se respira en la corte, donde una palabra o un gesto fuera de lugar pueden costarle a uno la vida, es testigo de castigos brutales, y su posición privilegiada lo convierte en blanco de envidias e intrigas palaciegas.
Y mientras se enfrenta a los recuerdos dolorosos de la tragedia familiar que ha dejado en Inglaterra y se ve arrastrado por el caprichoso comportamiento del emperador, Cox emprende la construcción de su obra maestra, un perpetuum mobile, un reloj capaz de medir la eternidad…
Escrita con la delicada precisión de un miniaturista, esta refinada novela, en la estela de Seda de Baricco, nos habla de la fascinación por Oriente, del amor y los fantasmas del pasado que nunca dejan de perseguirnos, de los excesos del poder absoluto, de la búsqueda de la belleza y la perfección, del vano intento de dominar el tiempo que se nos escurre entre los dedos… El resultado es un texto deslumbrante, sensual y majestuoso, de una exquisitez arrebatadora.
«Mecánica de precisión, el tiempo mismo convertido en novela. La narración adquiere tonos poéticos y ceremoniosos» (Ijoma Mangold, Die Zeit).
«Una novela fascinante que cuenta una historia fuera de lo común. Narrada con maestría y sutileza… Un relato rebosante de poesía y espiritualidad» (BÜCHERRezensionen.org).
«La estructura y el desarrollo del relato están tan logrados que permiten inscribir este libro de Ransmayr en el canon de la literatura universal» (Alessandro Barberi, medienimpulse.at).
«Una meditación sobre la belleza y la fugacidad» (Thomas Steinfeld, Süddeutsche Zeitung).
«Describe los excesos de todo poder, aunque sea el más civilizado… Ransmayr es un poeta de una precisión radical» (Nicolas Weill, Le Monde).
«Una reflexión melancólica sobre la vanidad del poder ante el espejo de la eternidad» (Philippe Chevilley, Les Échos).
«Épica e íntima…, desarrolla personajes complejos como el mecanismo de un reloj» (Emmanuelle Giuliani, La Croix).
«Una gran narración épica que es al mismo tiempo una fascinante novela de ideas… Una escritura rica y elegante… Cautivadora» (Jean-Claude Lebrun, L’Humanité).
«Fascinante; es además una reflexión sobre la fuerza del arte y una parábola sobre la eternidad» (Pierre Deshusses, Le Monde Diplomatique).”

El autor :

“Christoph Ransmayr (Wels, Austria, 1954), al que el prestigioso crítico alemán Marcel Reich-Ranicki definió como «un apocalíptico que celebra la vida», estudió Fi­losofía y Etnología en Viena, donde actualmente reside. Además de las novelas El último mundo, Los espantos de los hielos y las tinieblas y Morbus Kitahara, publi­cadas en castellano, su bibliografía contiene títulos en los que despliega su dominio de otras formas narrati­vas, así como del teatro. Es conocido también por sus artículos y ensayos, aparecidos en diversos pe­riódicos y revistas (GEO y Merian, entre otras). Entre los numerosos premios que se le han concedido cabe destacar el Franz Kafka, el Grinzane-Cavour, el Premio Internacional Mondello y, junto con Salman Rushdie, el Prix Aristeion de la Unión Europea. Cox o el paso del tiempo ha obtenido una excelente acogida en distintos países europeos.”
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La noche fenomenal
Javier Pérez Andújar
Editorial Anagrama, Narrativas hispánicas, Barcelona, 2019, 260 páginas.

Sinopsis:

“Una novela desenfrenada, romántica, estrafalaria, trepidante, enloquecida y póetica y muy barcelonesa. Un destilado de alta graduación literaria.El equipo de un programa de televisión sobre los fenó-menos paranormales descubre unos hechos anómalos en Barcelona. Al mismo tiempo la ciudad es azotada por la meteorología y por la irrupción de personajes proce-dentes de otra Barcelona, que vienen a pedirles auxilio a los integrantes de La noche fenomenal, el programa de este grupo de amigos. Entre ellos están el director, un bon vivant; De Diego, con su fe en los animales inexis-tentes; el Jugador de Ajedrez, ardoroso activista; Pauli-na, conocedora de las civilizaciones desaparecidas; Ro, guionista y coleccionista de casos de platillos volantes; Hermosilla, editor de una revista esotérica... Y, junto a ellos, la telépata madre del narrador; el histórico editor y librero José Batlló; el escritor de novelas del oeste Carl Malone; el madrigalista del Clot, la frágil Isis y un misterioso jubilado enganchado al rock andaluz, el señor Comajuán”

El autor:

JAVIER PÉREZ ANDÚJAR (Sant Adrià de Besòs, 1965) es autor de Los príncipes valientes, Todo lo que se llevó el diablo, Paseos con mi madre, Milagro en Barcelona (con fotografías de Joan Guerrero), Catalanes todos y Diccionario enciclopédico de la vieja escuela. Publica en El País y colabora en el programa de radio A vivir que son dos días (Cade-na SER). Asimismo formó parte del equipo de los programas de televisión Saló de lectura (Barcelona Televisió) y L’hora del lector (TV3). También ha participado en medios como El Periódico de Catalunya,Mondo Brutto, Ajoblanco y Taifa.

lunes, 29 de abril de 2019

SOÑAR CON LAS CADENCIAS Y EL RITMO DE LAS NANAS DEL CHOCÓ


Vean, ve, mis nanas negras

Amalia Lú Posso Figueroa

Ediciones Brevedad, Bogota, 218, 172 páginas ( Última edición)



   


   También en el Chocó, Departamento del Valle del Cauca, la fantasía es real, como lo fue en el Caribe con aquel imán que conserva el tesoro de Morgan. En ese tesoro soñaba el poeta gallego Antón Avilés de Taramancos, más de veinte años exiliado en Colombia huyendo de la dictadura franquista, de ese ¡Arriba España! que algunos ahora quisieran hacer reverdecer. Y Avilés de Taramancos desde sus asentamientos en Bogotá y Calí recorrió toda Colombia. Y posiblemente también estuvo en el Chocó, contemplando las rutilantes caderas y los frenéticos ritmos de aquellas mujeres, las nanas negras, cuerpos emergiendo a través de los siglos desde lo más profundo de África. Más al sur, en Buenaventura, el mar que se abre al Pacífico, estuvo el poeta gallego, y allí en el Bulevar del Ron, un escenario de fantasía, con marineros de todos los navíos ancorados en el puerto se encontró con O Andrucho, capitán del velero Olga que desde Le Havre surtió de la primera remesa de armas al comandante Marulanda.

   Evocando a Antón Avilés de Taramancos, le escuchamos hablar de aquel mujerío, de aquellas mujeres de las orillas del Pacífico. Mujeres, blanca, rubia, pero sobre todo negras, de quince años, como rutilantes estrellas obscuras, sobre todo aquellas descendientes de africanos esclavizados, que jamás se desprendieron del ritmo incrustado en sus genes.

Sobre ellas, sobre sus ritmos de alegría en los días de fiesta, publicó hace años Amalia Lú Posso Figueroa un libro muy traducido y ya hoy convertido en mito: Ven, ve, mis nanas negras  editado por primera vez en el año 2001 tanto en Colombia (Ediciones Brevedad) como en España (Palabras del Candil). Y vuelto a reeditar en numerosas ocasiones, la última el pasado año.

La autora recopila veinte y cinco cuentos, transcripciones de sus homenajes a la narrativa oral de sus tierra madre, el Chocó colombiano, anclada entre el Pacífico y el Caribe. Relatos que fueron y siguen siendo oralidad y que le dejan a los que tienen el privilegio de escucharlos de viva voz en los sonidos de la narradora, la necesidad de soñar con los movimientos insinuantes, con los contoneos, con las desvergüenzas que desbordan sensualidad, la de las nanas del  Chocó. Las tradiciones afroafricanas se dejan ver y sentir en los ritmosque llevan en sus carnes las negras chocoanas.

   Ritmos que son sobre todo un canto a la vida, una exaltación de los frenesís, el punto de partida de todo. En efecto, cada nana negra que Amalia trae a escena lleva en sus genes e ritmo en una parte de su cuerpo que ejerce como compás y timón: las tetas, las nalgas, las axilas, la nariz, el susuné, boca, corazón. Los pezones de la nana Fidelia señalan el sur y el norte, el oriente y el occidente, arriba y abajo, el centro, y dentro, simbolizan siempre la ruta apropiada. La nana Limbana Pretel tenía el ritmo en el susuné. Bella Paz Murillo Palomeque, la nana Bella, la mujer más fea que jamás se había contemplado en todo Quibdó y en sus arrabaldes  tenía el ritmo en  la boca. Otras nanas chocoanas llevan el ritmo en el corazón, en el pan que es como le llaman en el Chocó a  la vulva, en el talón, en los ojos, en las caderas, en el clítoris, en el ombligo, en las cuestas, entre las piernas…. Y así hasta veinte y cinco chocoanas movidas por los ritmos. Cuentos que son ritmo y que son baile, piel y corazón; y pequeñas historias en consonancia con los ritmos. Cuentos fundidos con las partes del cuerpo humanos que muestran la felicidad de los días, esa fiesta que consiste en estar vivo hoy y mañana.

   
                                         
Amalia Lú Posso Figueroa

 Relatos que son un viaje a la Colombia menos conocida, hasta esa región del Chocó, en otro tiempo, tierra de esclavitud, donde la piel es negra y la tierra fértil, y los día se suceden uno tras otros al ritmo de la nana. Relatos que constituyen un gesto de afirmación de la cultura local de la región del Chocó, y una reivindicación de una literatita nacional colombiana más inclusiva, que reconoce el protagonismo de la región del Pacífico colombiano, de las mujeres afrodescendientes, de la figura de la nana, del erotismo femenino, que sin ser el único empoderamiento personal y cultural, es algo importante.

   Colombia, gracias a la visión de una escritora, formada desde niña en la oralidad, ya no es solamente el río Magdalena, los Andes, Aracataca o Macondo. como reitera la autora, los relatos, verdaderas recreaciones literarias que ocuparon su niñez, llenan de fantasía las interminables tardes repletas de relatos bulliciosos y me metieron el “corrinche” de gozar con todos los ritmos que tiene mi cuerpo, Así pues, un reconocimiento a la identidad cultural y una recuperación de la oralidad.



Francisco Martínez Bouzas

martes, 23 de abril de 2019

RECETAS PARA EL VIAJE AL MÁS ALLÁ


Muertos a la carta

Pablo Cazaux

Menoscuarto Ediciones, Palencia, 2018, 180 páginas



    


   Un curioso e inédito  chef que trabaja en el restaurante Le Rêve es el encargado de recibir a las almas vivas de los muertos que aún no son conscientes de su condición. Partiendo de este hecho, el escritor argentino Pablo Cazaux (Avellaneda, Buenos Aires, 1967)  presenta esta novela que se hizo merecedora del IX Premio Tristana de novela Fantástica. El autor es un escritor con una amplia obra narrativa (novelas y cuentos), en la que, desde distintas perspectivas, enfoca el problema de la identidad y de la violencia.

   En Muertos a la carta, el chef propone a sus comensales los platos más idóneos, dada su condición, y les transmite lo que ninguno de ellos quiso escuchar. Los cual no es de extrañar porque los muertos son muy difíciles y sus gustos, muy especiales: beber, charlar, los juegos de azar, y su humor es tan cambiante como volátil.

   La novela se halla comprimida en dos semanas. En esos pocos días, el chef M contará su trabajo y las sutilezas que se verá obligado a emplear para que sus clientes le cuenten sus vidas y comprendan que finalmente ya no son  de este mundo.

   Cuando llega un nuevo comensal -por lo general llegan en pareja-, el chef, antes de recomendarles ningún plato, les hace saber que tanto él como ellos deben saber algo sobre sí mismos. Solo entonces les ayuda a tomar la decisión, inspirándose en lo que cuentan.

   El primero que se le presenta es un sicario. Y mañana va a matar a un hombre. Tres años de intentos y todos fallidos. Acto seguido, una mujer con planes de divorcio. Una mujer, con amante oculto, que trata fatalmente a su marido, que ni siquiera le había reprochado lo del amante. Una lasaña de mejillas de ternera es el delicado menú que les prepara. El miércoles llega un hombre muerto que no sabe  de su condición. Le gusta la charla porque al tener problemas por resolver, siempre vuelve a contar sus historias. Tal es el caso de una mujer mayor acompañada por un pequeño monstruo, un enano de unos cincuenta centímetros, que anotaba números de forma compulsiva. Ninguno de los dos se sacian de comer ni de hacer de la venganza el motivo de sus vidas.

   Durante los catorce días, el chef M cuenta su trabajo y sus estrategias para que los clientes le revelen sus vidas y comprendan que están muertos y, al mismo tiempo, que nos entretiene o aterra con las situaciones que viven sus muertos vivientes, casi siempre relacionadas con aquellas almas que nunca llegan a buen fin.

  Pablo Cazaux diseña un protagonista perfectamente logrado para la función que realiza: entre cínico  y compasivo, capaz de entablar con los vivientes muertos -o muertos vivientes- jugosos diálogos rebosantes de sutil humor negro. Además el autor sabe otorgarle a la acción y a la situación que nutre cada día y cada menú, cierto aire inquisitivo y misterioso. Habla además de la muerte con una amalgama de ternura y humor negro. Y sobre todo logra que sus comensales le cuenten sus historias para llegar a comprenderse a sí mismos.

   Encontramos historias truculentas, siniestras, trágicas, trágico-cómicas y especialmente humanas. Algo tan íntimo y personal solo lo logra el chef mediante una buena conversación y el gusto. Un buen plato suele abrir las pertas de las emociones.

  

                                            
Pablo Cazaux


 La novela y sus capítulos están bien estructurados, permitiendo su escritura que se combinen en armonía la explicación que en sus recetas hace el chef M con sus reflexiones sobre la condición humana y con las explicaciones que, en los encuentros con los comensales,  estos le dan o reciben para que se atrevan a dar el paso final: el viaje al más allá porque a la mayoría lo que les duele por dentro (la vergüenza por no haber cumplido hasta el final el papel de sicario, por ejemplo), les incapacita en sus actual condición.

   Novela fantástica, pero cimentada en la realidad de la vida con un punto de partida basado en un humor inteligente, mezclado con correctas y agudas proyecciones en el diálogo, acción, inventiva y recetas reales que el autor reconoce que han sido aportadas por un chef real.

En resumen, una novela que en el humor negro halla la modalidad con la que el autor la modula hasta lograr desdramatizar las historias del último y definitivo viaje.



Francisco Martínez Bouzas


sábado, 20 de abril de 2019

NOVELA NEGRA EN UN PARÍS NAZI


Petit Paris
Justo Navarro
Editorial Anagrama, Barcelona, 2019, 236 páginas.

   



    Justo Navarro (Granada, 1953), con una trayectoria exitosa tanto como poeta como narrador, recupera en Petit Paris a uno de los personajes importantes de la narrativa negra: el comisario Polo, ya conocido como protagonista de Gran Granada, pero más joven. Como protagonista de unos hechos acontecidos años atrás en la capital francesa. En efecto, veinte años antes de resolver los crímenes de Gran Granada, el comisario Polo se encuentra casualmente en París, en marzo de 1943, cuando Alemania e Italia estaban ya abocadas a perder la Guerra, y la hecatombe militar del Eje se respiraba en el aire. El comisario Polo se encontraba en París con la esperanza de que su viaje iba a durar solamente unos días. Pero en tiempos bélicos nada es previsible y su estancia en la capital francesa se dilatará casi de forma indefinidita. Ahora se halla en París para investigar las causas del presunto suicidio de Matthias Bohle, acusado de haber robado varios kilos de oro, pertenecientes a un supuesto y señalado falangista granadino.
   Pero la investigación del robo de los lingotes de oro, muy pronto se convierte en algo secundario. Al comisario Polo le solicitan  que investigue una cadena de asesinatos que implican a varios miembros de la legación española, rebosante de cuerpos represivos, tanto franceses como alemanes en este Petit París enzarzado en la Guerra.
   La visión de este París, con aire moyanesco que reproduce Justo Navarro se ajusta a la verdad documental: dobles juegos, falsas identidades, realidades engañosas, aventureros sin escrúpulos, y los acaparadores con ser carroñera que se enriquecen incautando obras de arte y bienes de todo tipo, valiéndose de  la indefensión de las víctimas.
   Pero la Resistencia ha comenzado a hacer acto de presencia causando cierta inseguridad y zozobra en los hasta aquel momento ganadores. El Pequeño París nazi sabe que el final está próximo, que sus días están contados. El inframundo de de la represión con sus personajes turbios, engranajes con los regímenes  en lucha y embajadas, ya no se siente tan seguro. Mas en este Pequeño París nadie es lo que parece, y el comisario Polo observa todo eso con decepcionada lucidez.
  Polo pretende tirar de los hilos de la investigación, pero carece de pistas y se ve inmerso en las urdimbres  que los distintos intereses cultivan a su favor. Un laberinto en el que el detective no se siente seguro.
   Justo Navarro delinea un París ocupado por los nazis, negro, lleno de sombras, repleto de espías, falsificadores, policías de Alemania, Italia, España. Se adentra sobre todo en la labor de la Gestapo y narra el papel colaboracionista de la policía española. En la novela no existe una solución final diáfana. Tampoco existía en la realidad. Se insinúa pero es como una mancha en la pared que parece un camello pero que otros verán como almenas del castillo. Porque además, en este Petit París donde reina la ambigüedad moral es imposible fiarse de nadie; la mentira está al orden del día como única forma de sobrevivir. En la novela confluyen los dos grandes hilos conductores de la narrativa de Justo Navarro: recreación de una época donde poco es lo que parece, e intriga.
   Justo Navarro retrata con acuidad el ambiente de París tal como lo ve Patrick Modiano. Una ciudad por la que se mueven mentirosos, manipuladores, personajes turbios que son el reflejo del clima moral del tiempo.
   
                                     
Justo Navarro


Pero si algo queda claro es que Petit Pars no es una novela detectivesca, aunque el protagonista sea un comisario de la policía. Y frecuentemente se confunden la novela detectivesca con la novela negra. La novela detectivesca es una narración cuyo hilo conductor es la investigación de un hecho criminal. La investigación es el elemento estructurador de todo el relato. El descubrimiento del misterio lo es todo y en eso se centra la narración: un investigador frío y cerebral, dotado de una gran capacidad de raciocinio y deducción, una máquina de pensar. La novela negra es mucho más rica y compleja. Definida por Raymond Chandler como la novela profesional del crimen, la resolución del enigma no es el objetivo principal. La novela negra se centra en los ambientes, en las atmósferas de un Petit París, una ciudad venenosa, de inquietante ambigüedad, cueva de todo lo negro que en aquellos años había en Europa, sobreabundante en los delitos más claros de una urbe presa de espías, grupos policiales. Y en la introspección psicológica de los personajes que Justo Navarro diseña con gran maestría.
   Petit París nos lleva pues mucho más allá del descubrimiento de un enigma. Nos coloca en el centro de aquella pesadilla que en aquellos años era París. Ese es el mérito de esta pieza donde la narración, sirviéndose de un estilo escueto, claro y desnudo, crea sin embargo una obra donde la narrativa luce con todas sus galas y nos introduce en los abisales misterios de la condición humana.

Francisco Martínez Bouzas