Un jardín marino en el fin del
mundo
Pilar
Astray Boadicea (Texto)
Masles
Roy (Pinturas)
Mundos
Flotantes. Fanzine nº. 3, 40 páginas
Me apropio del subtítulo que Pilar Astray
Boadicea y Masles Roy emplean para referirse a Man de Camelle, porque recrea una
parte importante y lo que subsiste de la aventura de Manfred Gnädinger, Man, el Alemán de Camelle como fue
conocido el pintor, escultor y sobre todo filósofo que, en su segunda vida,
hizo de Camelle, en la Costa de la Muerte, su definitiva morada, y de la
naturaleza el lienzo de su arte.
En el número 3º de Mundos Flotantes, Pilar Astray Boadicea, autora de los textos y
Masles Roy de las ilustraciones y pinturas expresionistas, crean en efecto un
excelente fanzine con la recreación
admirada de Man de de Camelle y de amor a Galicia. Adelanto una breve sinopsis
de la vida de Manfred Gnädinder, ya desafortunadamente medio olvidado en
Galicia y desconocido en el resto de España. Manfred fue un viajero radical,
título de la única historia que aborda por primera vez, desde la ficción
narrativa la vida de este hombre en búsqueda siempre de la libertad. Man llegó
desde su Alemania natal a Camelle, una pequeña población cercana a Camariñas,
en el año 1962. Allí transcurrió toda su vida hasta el día de su muerte el año
2002. Tras su llegada a Camelle, en un primer momento enfrentamientos con los
vecinos que empiezan a verle como un trastornado. En Punta do Boi, con los
restos que arroja el mar y las piedras de las orillas marinas, pulidas por la
lluvia y el viento, crea un museo. Es detenido y juzgado por una falsa
acusación de abuso y violación de una niña.
Es testigo de la catástrofe del Prestige,
que destroza las costas gallegas.
Cuando Manfred llega a Camelle es recibido
con curiosidad no carente de afecto por los vecinos de la aldea, cuya
rusticidad le convence para hacer de aquel lugar su definitiva morada. Tras la
ruptura de sus ingenuas ilusiones amorosas, siente que todo carece de sentido,
pero logra reaccionar: renuncia a todo, a su indumentaria, empieza a vestirse
con un taparrabos, rechaza el arte convencional que había aprendido por Europa,
y en la tierra y en las rocas de Punta
do Boi trabaja sobre la naturaleza en la construcción de verdaderos landscapes, con lo que levanta un museo,
su vedad.
Esa elección existencial es la que recrean
Pilar Astray Beodicea en sus textos y Masles Roy en sus pinturas, insistiendo
en el hecho de que Man de Camelle vivió así porque esa fue su verdad. Un fanzine que, casi veinte años después de su muerte, intenta dar a conocer la
figura de Man, hacer justicia y ahondar en el misterio que es el relato de su
vida y de su obra. La publicación también es un homenaje a Galicia, país viejo,
matriarca. Man Fue capaz de abrazar esta tierra con el amor de un admirador
sincero y de vivir en armonía con sus vientos y sus mares que hacen es esta
tierra un lugar mágico. Y en Camelle, a la orilla del mar, al margen de la
convenciones sociales comenzó a ser el mismo, huyendo del ruido,
desprendiéndose de todas las prisiones comenzando por los zapatos.
Como artista trabajó la piedra con la ayuda
de los elementos naturales, el viento especialmente que desde milenios moldea
la roca. Desafortunadamente Man tuvo un sueño: “el sueño de la ballena negra”,
la tragedia del Prestige. Ese
chapapote que marcó la tierra y las piedras que amaba, destruyó buena parte de
sus museo y se cree que fue la cusa de sus muerte: “mató mis obras y me mató a
mí”, escribe Man.
Pilar Astray Boadicea presenta a Man como
símbolo del Nunca Máis, como una
bandera contra el cambio climático, una insignia ecologista. Y sus piedras y su
vida como un homenaje a los dólmenes y menhires celtas.
Con textos del propio Man, de Rosalía de
Castro, de Juan Ramón Jiménez entre otros y un bello poema de Joan Isaac, este fanzine, que pronto verá su traducción
al gallego, es un breve compendio de los que fue la vida y la obra de Man de
Camelle, y un homenaje al hombre que se atrevió
a vivir al margen de convenciones y a crear un mundo propio.
Francisco Martínez
Bouzas
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