domingo, 30 de octubre de 2022

EN LAS FRONTERAS DEL MIEDO

 De noche justo antes de los bosques

Bernard-Marie Koltès

Traducción de José María Marco

Editorial Pre Textos, Valencia, 48 páginas.

 

   

 

    En el año 1989 fallecía en París Bernard-Marie Koltès (1948 - 1989 el dramaturgo que, a pesar  de lo limitado de su obra -apenas cinco piezas- es una de las voces más profundas y renovadoras del teatro contemporáneo. En traducción de José María Marco, la Editorial Pre Textos nos ofrece uno de sus textos más  innovadores: De noche justo antes de los bosques.

   Una obra breve, como corresponde con el género dramático, un soliloquio carente de puntos que también comenzamos a registrar desde hace años en la literatura española y en las literaturas españolas periféricas. Cabe preguntarse ¿si tiene algún significado especial este escribir sin puntos? ¿Es el aspecto formal la metáfora de algo? ¿Quizás del profundo hermetismo de la vida en el mundo de hoy en día? La existencia asfixiante de tantos hombres y mujeres que se muestra seguida, sin variaciones, inalterable, inabordable a mitad del camino?

   Eso, al menos da la impresión que hace el errático deambular del anónimo protagonista de  De noche justo antes de los bosques que, envuelto y flotando en la noche, vive de pensión en pensión, y tan acostumbrado está que, de los cuartos o habitaciones miserables, hace su “casa”.

    

                                            

                                   Bernard-Marie Koltès
         

 

   A través de este espacio cerrado del monólogo ausente de puntuación, y por un mundo encajonado entre maquinales transacciones comerciales, circulan manadas de solitarios y de solitarias: la vieja trastornada, la  minúscula mujer que se paró en seco para coger  resuello, el árabe que canta con voz tan baja que casi no se percibe cosas en árabe, la puta chalada que con sus chifladuras intenta favorecer la incomunicación de los demás. Y en lo más profundo, el gran interrogante que se repite como el girar monocorde de ll aparato que separa los novillos de la lana: ¿a dónde ir? ¿a dónde ir?

   Y junto a la soledad los contornos del miedo. El miedo del marginado y expulsado al desierto en el que habita; el miedo de todos los personajes ante  la quiebra de sus respectivos mantos protectores (la empresa, la cadena grupal). Incluso el miedo de uno de los personajes femeninos ante la posibilidad de la felicidad, pues está tan acostumbrada al infortunio, que le semeja  un agüero de la desgracia.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

lunes, 24 de octubre de 2022

¿LA ÉTICA, UNA FORMA MÁS DE IDEALISMO?

El engranaje

Jean Paul Sartre

Trducción de Raúl Navarro

Editorial Losada, Buenos Aires-Madrid, 167 páginas.

(Libros de siempre)

 

    

  

   La histórica Editorial Losada, la editorial de los exiliados republicanos españoles que, según se lema, hace libros que perduran en el tiempo, publicó en el año 2017 la traducción al español de L’engranage de Jean Paul Sartre. Una pequeña obra que sin embargo tiene la virtud de hacernos pensar y reflexionar sobre las relaciones entre ética y política.

   En el año 1946, Jean Paul Sartre escribió una especie de guión cinematográfico o esbozo teatral que titulo en aquel momento Las manos sucias. Este bosquejo jamás alcanzó su concretización teatral ni cinematográfica, y dos años más tarde, una de las obras teatrales más emblemáticas del pensador francés (Les mains sales) heredó este título. Pero en el año 1962 y con el rótulo de L’engranage, se editó el bosquejo primitivo, que nada tiene que ver, en su tema y trama argumental, con la pieza, Las manos sucias de 1948. Desde hace cinco años, la Editorial Losada nos ofrece la posibilidad de leer en español esta obra menor de Jean Paul Sartre, que por cierto ni siquiera aparece relacionada en la mayoría de las listas bibliográficas de las obras del escritor y pensador francés.

   En una primera visual, El engranaje no es otra cosa que la historia de Jean Aguerra Tirano -dictador de una democracia socialista, tras haber hecho la revolución-, de su corrupción y de su  redención final por el amor de Helene, la única persona que lo cree y que lo perdona, frente a la muchedumbre que lo depone, juzga y condena.

   

                                             

                                       Jean Paul Sartre

 

   Sin embargo la obra de Sartre suscita un verdadero torrente de ideas e interrogantes, muchas de las mismas de rabiosa actualidad. Ideas y preguntas que toman cuerpo y se entretejen  a lo largo de las páginas de este esbozo.

   En especial, la vivencia dramática de la cohabitación ética-política. ¿No será la ética una forma más de idealismo que, como tal, no debería entremeterse en la política, donde la pureza semeja un lujo imposible y precisa de individuos –los habitantes de las cloacas y sumideros- que se manchen las manos, carguen con  los lodos sobre su espalda e incluso asuman el “supremo” heroísmo de matar y asesinar?  En definitiva, el utopismo revolucionario sobrado y enfajado por el relativismo de las situaciones tácticas. Y la violencia presente continuamente como condena y engranaje, en la que, habiendo entrado, es imposible salir. Ninguna novedad la de Sartre. Al fin y al cabo palabras parecidas ya figuraban en los escritos (El príncipe) de Nicolás Maquiavelo, el padre de la ciencia política moderna.

Francisco Martínez Bouzas 

jueves, 20 de octubre de 2022

UN BUCEO EN LA MONSTRUOSIDAD

No todos los cíclopes nacen ciegos

Sol Linares

Menoscuarto Ediciones, Palencia, 2022, 193 páginas.

 

   

   La escritora venezolana Sol Linares (Trujillo, 1978) añade a su ya dilatada trayectoria narrativa, con varios títulos premiados, esta nueva entrega, No todos los cíclopes nacen ciegos, galardonada a su vez con el Premio Internacional Tristana de Literatura Fantástica, y que ahora edita la editorial palentina Menoscuarto. Parte de su trabajo figura además en varias antologías.

   No todos los cíclopes son ciegos es una novela que hermana mitos pretéritos con varios de los actuales descubrimientos genéticos: la herencia genética de toda una estirpe se va acumulando y le otorga poder a las células para hacer aflorar en un individuo la monstruosidad que en el pasado algún miembro de su estirpe pudo haber inaugurado. Y para ello la autora nos relata la historia de Flora Mazzarri, ingeniera genética que reproduce retazos de su propia vida y de sus experiencias.. El resultado es una novela cuyas singladuras se entrecruzan con la ciencia y el mito.

   Una cita sumamente elocuente de Carl Jung (“Todo lo que no remonta a la conciencia, vuelve en forma de de destino”) abre el marco de esta amalgama de pasado y del presente. Narrada en primera persona por  la protagonista Flora Mazzarri, ella misma confiesa en el inicio que la había traído a Sicilia  la singularidad del ADN familiar: “Más expresamente todo lo que un bebé cíclope expresó en nuestra constitución  celular”. La placenta de una tía engendra un bebé cíclope. Su otra placenta será una botella llena de formol en donde jamás se desarrollará. Y desde su nacimiento será una muestra más en el museo de aberraciones. Ella cuenta su historia bajo la custodia de la ciencia y del mito.

  ¿El objetivo? Escudriñar en el paisaje familiar en búsqueda de ignorados errores y horrores. Y lo hará con la obsesión de un arqueólogo, llegando a meter sus narices en el capricho de las células de su propio clan, partiendo de la creencia de que la genética responderá a muchos interrogantes, y el mito abrirá caminos de interpretación, como ya habían afirmado los mitólogos del Círculo de Eranos. Las células, sostiene la narradora, no son inocentes; llega un momento en el que deciden cobrar las deudas de generaciones. La aleatoriedad pues en entredicho. A través de su madre, la protagonista se entera de la existencia de un cíclope en su familia. Un monumento del error, que nunca es arbitrario y el que está clavado el linaje de la familia, maleficio de un ancestro..

   Finalmente la protagonista logra ver la monstruosidad del  pariente cíclope y otros seres deformes, la calamidad de las formas humanas, “formados con la plastilina del martirio”. E instintivamente mete a su primo cíclope en la mochila. Lo había robado. Pero su cercano pariente llenará después su vida de extraña belleza. La lectura de la Odisea la induce a relacionar a su primo con el mito. Una epifanía le hace ver que es descendiente de Polifemo, de los dioses y eso hace que su vida cobre un nuevo sentido. Pero Po -así le llama al pariente cíclope suspendido en formol-, disfruta del arte de desaparecer, y eso ocasiona problemas en la familia. También toma conciencia de que su familia la había elegido a ella como buscadora para  hacer aflorar las heridas del clan, las pistas de los sufrimientos de los antiguos.

   Y dedica su vida a entender el fenómeno de la herencia en términos biológicos y kármicos. A relatar todo esto la autora dedica la última parte de la novela, quizás la más dura. Sin abandonar la genética y los mitos, la narradora ofrece  la historia de los horrores del clan. Arma el puzle familiar llegando a la conclusión de que cada célula que se desarrolla en su familia, es un dibujo de una barbarie que comenzó ciento sesenta y tres años antes con la trata de esclavos, varios de ellos quemados en un viejo barco. Pero la bárbara degradación va muchos más allá, y hace rebosar su imaginación con el horror: un tatarabuelo se dedicó a tener hijas violándolas y fecundándolas repetidamente. Es entonces cuando la protagonista llega a entender de dónde proviene el error y el horror. El tatarabuelo que juntó su sangre con la de sus hijas había encendido la mecha de de los espantos.

                      

    

   

                                                            Sol Linares
 

 

A pesar de profunda información científica que maneja la autora, con algunos errores como la afirmación de que el ensayo y el error son el mecanismo evolutivo, no conviene olvidar  que este es un libro de literatura fantástica. Pero inteligentemente entrelazado con la ciencia, de tal modo que le llega hacer pensar al lector que la genética prueba la verdad del mito.

   El descenso que hace la autora a los territorios de la deformidad y del horror como arqueóloga de su pasado, está narrado con una escritura briosa, potente, con un original dominio del aparato metafórico. Relata con crudeza los horrores, mas con una tonalidad poco menos que confidencial, incluso a veces tierna, íntima y sigilosa. Y las confidencias empujan al lector a desear saber  la catarsis del final de la trama.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

martes, 18 de octubre de 2022

LA FALACIA DEL PARENTESCO

La encomienda

Margarita García Robayo

Editorial Anagrama, Barcelona, 2022, 191 páginas.

 

    

 

 

 

   A pesar de su juventud, la autora de La encomienda, la colombiana Margarita García Robayo (Cartagena, 1980) ya ha atesorado un buen número de piezas narrativas y algún ensayo: cinco novelas, varios libros de relatos y minificciones. Y un libro de ensayo, Primera persona. Una compilación de su obra narrativa fue traducida al inglés, lo mismo que su novela  Tiempo muerto (Holiday Heart, premiada con el English PEN Adward). En otros idiomas también se puede leer parte de su obra. Es pues una escritora colmada de experiencias, recursos y astucias. Su obra debe incluirse entre las más sólidas y atrayentes de la actual literatura latinoamericana, según más de un crítico. Es poseedora, según Leila Guerrero de un sofisticado sistema de capas: goza de elegancia, astucia narrativa, y un mundo complejo repleto de aristas y contrastes en la cabeza. Como todo el mundo, diría yo.

   La autora confiesa que la trama de La encomienda es una historia que descansaba desde hace tiempo en su mente, y quería hablar de ella, de la intención fallida de deshacerse de los vicios del pasado, de todo el pasado que te marca, y entre ello lo que no te gusta de tu familia. Ese pasado que retorna está representado por la encomienda del título, metáfora de todo aquello que puede deshacerse aunque no quieras.

   Y así se inicia la novela: “A mi hermana le gusta mandarme encomiendas”. Pese a haber puesto tierra por medio, recibe paquetes (encomiendas) remitidas por su hermana que vive a más de cinco mil kilómetros. Ella es su familia. También los es su madre peros sus relaciones son turbias y difícilmente se soportan. Esas cajas llenas de productos generalmente llegan estropeadas. Pero siguen llegando. Es el peso del pasado que la persigue, y por mucho que quiera olvidarlo, es algo de los que no puede prescindir. Te persigue como un fantasma. Estamos pues ante lo que la autora llama la falacia del parentesco. El parentesco es  un hilo invisible, toca imágenes todo el tiempo para recordarnos que está ahí como una obligación. “Ese lazo invisible que a veces parece un invento, a veces un abrazo tibio, a veces una camisa de fuerza”.

   Ahondando un poco más en la trama argumental, pero sin revelar desenlaces, cabe decir que la única relación que le queda con su país natal es a través de su hermana que le envía la encomiendas, perfectamente embaladas por fuera, pero embutidas en comida podrida. Entre ella y la hermana han optado por neutralizarse, y llega a creer que es víctima de un enanismo emocional. Y un día decide querer irse a Holanda a escribir, pero aspira a obtener una beca.

   A lo largo de las páginas de esta novela, la narradora y protagonista va suturando su vida cotidiana. Vive sola en un apartamento con los recuerdos difusos de su infancia, recuerdos en los que compartía vivienda con su madre y su hermana -agujas para ella- con las experiencias de la infancia, y la relación, casi siempre tortuosa con su madre.

   En Buenos Aires las fisuras que se abren a la cotidianeidad  no cesan, y la narradora con solidez y mano maestra nos va conduciendo por sus laberintos vitales: el peso y la incomprensión, llevarse bien con la hermana que no es cuestión de química, sino de tenacidad y trabajo tortuoso; sus ocupaciones rastreras en una agencia de publicidad. La madre que es su madre, pero ella no recuerda la sensación de ser su hija; su vida silenciosa y gris, sus rutinas; la historia silenciada de su relación amorosa; los anhelos por escribir una novela, las desavenencias afectivas, reemplazadas con productos; su naturaleza caótica; la idea  llevar un diario que pronto abandona; el sexo apresurado con Alex su pareja, la relación con los vecinos. La incineración de un romance que pone fin a una relación. En fin, la sospecha de un embarazo que con la prueba deja de ser sospecha.

   

                                             

                                       Margarita García Robayo

 

  Margarita García Robayo es sin duda alguna una de las mejores escritoras que escriben sobre lo cotidiano y la familia, a pesar, o precisamente, porque las familias son emboscadas. Está la literatura: su misión es subvertir mandatos y reglas, y conceder gran importancia al silencio que en esta pieza es protagónico.

   Novela no lineal, con imágenes y sensaciones sumamente originales que a veces cobran más importancia que el mismo argumento. Con saltos en el tiempo y una estructura innovadora, capaz de transformar la anécdota y la atmósfera cotidianas en materia narrativa. Y todo entremezclado con ese hilo invisible que es la falacia del parentesco, “que a veces parece un invento, a veces un abrazo tibio, a veces una camisa de fuerza. Por eso la autora prefiere que la intimidad entre las personas, lo que se calla hiciera más ruido que aquello que se dice.

 

Francisco Martínez Bouzas