De noche justo antes de los bosques
Bernard-Marie Koltès
Traducción de José María Marco
Editorial Pre Textos, Valencia, 48 páginas.
En el año 1989 fallecía en París Bernard-Marie Koltès (1948 - 1989 el dramaturgo que, a pesar de lo limitado de su obra -apenas cinco piezas- es una de las voces más profundas y renovadoras del teatro contemporáneo. En traducción de José María Marco, la Editorial Pre Textos nos ofrece uno de sus textos más innovadores: De noche justo antes de los bosques.
Una obra breve, como corresponde con el género dramático, un soliloquio carente de puntos que también comenzamos a registrar desde hace años en la literatura española y en las literaturas españolas periféricas. Cabe preguntarse ¿si tiene algún significado especial este escribir sin puntos? ¿Es el aspecto formal la metáfora de algo? ¿Quizás del profundo hermetismo de la vida en el mundo de hoy en día? La existencia asfixiante de tantos hombres y mujeres que se muestra seguida, sin variaciones, inalterable, inabordable a mitad del camino?
Eso, al menos da la impresión que hace el errático deambular del anónimo protagonista de De noche justo antes de los bosques que, envuelto y flotando en la noche, vive de pensión en pensión, y tan acostumbrado está que, de los cuartos o habitaciones miserables, hace su “casa”.
Bernard-Marie Koltès
A través de este espacio cerrado del monólogo ausente de puntuación, y por un mundo encajonado entre maquinales transacciones comerciales, circulan manadas de solitarios y de solitarias: la vieja trastornada, la minúscula mujer que se paró en seco para coger resuello, el árabe que canta con voz tan baja que casi no se percibe cosas en árabe, la puta chalada que con sus chifladuras intenta favorecer la incomunicación de los demás. Y en lo más profundo, el gran interrogante que se repite como el girar monocorde de ll aparato que separa los novillos de la lana: ¿a dónde ir? ¿a dónde ir?
Y junto a la soledad los contornos del miedo. El miedo del marginado y expulsado al desierto en el que habita; el miedo de todos los personajes ante la quiebra de sus respectivos mantos protectores (la empresa, la cadena grupal). Incluso el miedo de uno de los personajes femeninos ante la posibilidad de la felicidad, pues está tan acostumbrada al infortunio, que le semeja un agüero de la desgracia.
Francisco Martínez Bouzas
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