lunes, 28 de febrero de 2011

MICHEL ONFRAY, CARTOGRAFÍA INFERNAL DE LA MISERIA

Política del rebelde. Tratado de resistencia e insumisión
Michel Onfray
Editorial Anagrama, Barcelona 2011, 327 páginas.

   Michel Onfray es sin duda el último representante del Mayo del 68, pero no sólo de palabra, con su discurso teórico, sino también de hecho. Su propia experiencia vital es una plasmación práctica de su ideario político. Doctor en filosofía y profesor de esta materia en un liceo francés durante casi una veintena de años, dimite de su puesto porque la experiencia docente le hizo darse cuenta, como a tantos otros, de que los sistemas educativos enseñan la historia oficial de la filosofía, pero no a filosofar. En la tradición de las Universidades Populares, crea la Universidad Popular de Caen y escribe su Antimanual de Filosofía en el que invita a sus alumnos a pensar de forma distinta a como el Estado quiere que piensen y en el que hace ver que es imposible el pensamiento filosófico si no se cuenta con las herramientas adecuadas: el psicoanálisis, la sociología  y las ciencias. Su pensamiento entronca con los filósofos cínicos, con los epicúreos y cirenaicos y se mueve así mismo en una línea ideológica próxima al individualismo anarquista, con una radical defensa del hedonismo, encaminado a permitir el disfrute pleno de la existencia  (“Gozar y hacer gozar” es su máxima), la recuperación de las experiencias sensitivas y un ateismo no cristiano sin concesiones. Autor de numerosos escritos, su Tratado de ateología, que vendió miles de ejemplares, desencadenó en Francia una gran polémica.

Michel Onfray

   Este es el contexto autorial que puede ser útil para que los profanos puedan entender el vigor de un texto en el que Michel Onfray expone con gran radicalidad y con un leguaje sumamente elocuente, incendiario podríamos decir, un ideario político engarzado en el nietzscheanismo de izquierda, con referentes como Foucault, Deleuze, Derrida o Bourdieu. Lo deja bien claro el autor en el anexo de este libro: “El conjunto de mi trabajo, incluido este libro, responde a mi deseo de elaborar una filosofía hedonista, libertina y libertaria que permita la formulación de un nietzscheanismo de izquierda para nuestra época, posterior a la muerte de Dios” (página 299). Mas ya desde las primeras líneas, nos quiere hacer conscientes de la fibra anarquista que inundó su ser desde su más temprana juventud, pese a no ser capaz de nombrar esta sensibilidad que le surgía de las vísceras y del alma. Pero Onfray transciende muy pronto la propia experiencia personal en un orfelinato religioso, aunque en sus análisis y diagnósticos, parte siempre de la praxis del individuo concreto, situado en las distintas parcelas de la gran masa que conforma el animal social, el gran Leviatán. Así ocurre en el capítulo (“Cartografía infernal de la miseria”) en el que, siguiendo las pautas del Infierno de Dante, describe el averno que algunos viven en la tierra. Este infierno, en el que se pudren los que alimentan la máquina social o los de ella excluidos, y que no es un hipotético Hades, sino las calles y ciudades de Francia, se distribuye en tres círculos concéntricos: el de los marginados o deyecciones del gran animal, personas reducidas a la animalidad; el de los réprobos (viejos, locos, enfermos, parados, emigrantes clandestinos). Ellos constituyen la patología del cuerpo social. Y en la tercera  esfera, se asientan los explotados, la fuerza que alimenta las energías del gran animal. Seres entregados al trabajo, los explotados a los que, en nombre de la religión económica, el gran Leviatán emplea o desemplea a su capricho y de cuya sangre y sudor se nutre. Son la turba multa de los proletarios del mundo que se siguen viendo obligados  a alquilar su fuerza de trabajo y cuyo número no ha menguado, sino que la pauperización lo ha hecho multiplicar.
    Una vez trazada  la cartografía de los infiernos de las miserias contemporáneas, Michel Onfray propone su revolución copernicana y busca la dinamita que reviente desde dentro  este orden establecido que conforma el gran animal social. Y la halla en la “figura nueva”, en el “Mayo del 68”: acabar su obra, lo que aún está por realizar. El Pensamiento del 68: instalarse en los mismos territorios nómadas en los que lo hizo Foucault, respirar el aire de las cimas de Deleuze y Guattari.
   En sus propuestas se encuentran las armas para derribar el orden establecido, instaurar la política como centro de la vida social, desterrando el monoteísmo de lo económico para que el gobierno de la polis deje de estar a su servicio. Deleuze y Foucault formulan una teoría válida como nueva episteme que cartografía otra realidad, en la que la vida y el principio del placer no son negados  ni menospreciados. En el pensamiento foucaultiano  hallamos así mismo las fortalezas que es preciso atacar: los grandes mecanismos de reproducción y de conservación social; las instituciones y las instancias a través de las cuales los saberes constituidos, se enseñan, se exaltan, se honran (página 187).
   Onfray, además de su propuesta de utilización del Pensamiento del 68, no renuncia a combatir al poder, lección heredada así mismo del Mayo del 68. “Siempre que la energía rebelde se transfigura en violencia constitutiva de la realidad, lo libertario puede ponerse manos a la obra” (página 192). Es preciso y legítimo pues soñar con el devenir revolucionario de los individuos, única ética concebible para un libertario en el cambio del milenio y no eludir el hedonismo que acabará con las estrategias de la servidumbre. Negarse, por consiguiente, a servir, como ya escribió el mismo La Boétie, para derrotar al gran Leviatán.
   Seguramente que en esta llamada a la rebeldía y en la legitimación de cierta violencia selectiva, reside la parte más polémica del ensayo de Michel Onfray, que concluye invocando una lógica hedonista cuyo imperativo categórico es gozar y hacer gozar. Esa lógica constituye la genealogía de la política y representa la modalidad de una ética alternativa a la del ideal ascético, sostén mítico y mágico del inmenso animal social que coloniza mentes y cuerpos.
   Política del rebelde es un lúcido y enérgico análisis de la realidad, escrito con un tono a veces arrebatado e incendiario que nos incita a no aceptar lo dado,  a rechazar la esclavitud, apelando a la ludditas, herencia, desde Espartaco, de todos los esclavos y sometidos que se han rebelado y han luchado por su libertad y por su dignidad. Un manifiesto y quizás un panfleto moderno, rigurosamente anclado en un profundo dominio de la filosofía, tanto antigua como actual, y en una interpretación, quizás no canónica, pero válida de teorías e ideas. Y por supuesto en un meticuloso, descarnado y sagaz análisis de la realidad.

viernes, 25 de febrero de 2011

EL MÉXICO SURREALISTA DE PAOLA TINOCO*

Oficios ejemplares
Paola Tinoco
Editorial Páginas de Espuma, Madrid 2010, 97 páginas.


   Paola Tinoco é a representante de Anagrama en México e a xefa de prensa dun mangado de editoriais españolas naquel país. Ela, voz e mans, pois, de editores e escritores de medio mundo en México DF en na FIL de Guadalaxara, “conxuro” no seu día para a filla de Roberto Bolaño, ten aturado millentas veces a escritores insufribles e as excentricidades  das súas parellas. Sempre do lado de alá do mostrador, ata que decidiu situarse tamén na beira de acá e elixiu para facelo o xénero do relato breve porque os contos, confesa, permítenlle levitar. A orixe das súas levitacións atópanse nunha liñas cheas de borranchos e faltas de ortografía  que, con sete anos, lle escribiu á mestra facéndose pasar pola súa nai. Xa de moza publicaría algúns “cuentitos” ata que, no ronsel quizais desa alfaia de culto, Crímenes ejemplares, que Max Aub publicou en 1957 en México, levitou de verdade cando a editora española Páginas de Espuma lle editou hai cinco meses o seu primeiro libro de contos, Oficios ejemplares.

Paola Tinoco

   O fío condutor deste ramallete de relatos é os oficios e formas alucinadas de gañarse a vida nun escenario, o México atemporal e o México de hoxe, onde a realidade cotiá rolda as fronteiras do surrealismo. Nesa xeografía, na que o día de mortos a xente fai festa  e embebédase  con tequila, Paola Tinoco, a través do xénero da recompensa inmediata, mergúllase  nas formas máis incribles de apañar o pan de cada día. Oficios inverosímiles e dificilmente imaxinables, máis todos reais, agás o inventado de “Sanatriz”, a muller que cobra por axudar ás persoas con crise nerviosa a recuperar os seus soños. O resto son verdades absolutas. Desde o emprego de deixarse maltratar en público, porque ao sesentón necesitado de respecto, lle resultaba más excitante a idea de insultar a unha fermosa muller que facerlle o amor; o traballo inquietante de Mario, o mergullador de cemiterio que, metido nun escafandro, pescuda na fosa común os corpos sepultados por error entre insoportables cheiros noxentos que contrarresta con tragos de tequila; ata o da señora gordecha que apouviga a fame rezando rosarios nas longas rezadas dos velorios a cambio do salario dun “cafetito” entre rezo e rezo. E una pequena obra de arte, “Lavacoches”: en vinte e cinco liñas a autora condensa un tremendo arrepío, retrato verosímil  do México hemorráxico e paranoico: dous rapaces gañan unha boa paga limpando o sangue que deixan nos coches os asasinados polo narcotráfico. Un rodopío de historias esteadas no esqueleto do diálogo, nunha imaxinación sen lindes, contadas directamente, sen requintes estilísticos e que, desde o humor e a brevidade, radiografan e iluminan as zonas escuras dun pais abeirado entre a demencia e o surrealismo.

* Este texto, escrito en gallego, fue publicado el día 25 de febrero de 2011 en el periódico El Correo Gallego de Santiago de Compostela (España). Para ver el original, pinchar aquí

miércoles, 23 de febrero de 2011

TREN A PAKISTÁN, UN CLÁSICO DE LA LITERATURA INDIA


Tren a Pakistán
Khushwant Singh
Traducción: Marta Alcaraz
Libros del Asteroide, Barcelona 2011,246 páginas.

   Tren a Pakistán, una de las novedades editoriales con las que Libros del Asteroide inaugura el año 2011, surge de una experiencia. En agosto de 1947, poco antes de la partición del Indostán en dos estados independientes, India y Pakistán, Khushwant Singh, abogado en prácticas en Lahore, se dirigía a la residencia veraniega familiar, al pie del Himalaya. De pronto en una carretera controlada por los musulmanes y casi siempre vacía, se encontró con un jeep cargado de sijs, que, a voces y llenos de orgullo, le relataron como acababan de asesinar a todos los moradores de una aldea musulmana. Fue  a partir de esta experiencia y de otros testimonios como K. Singh decide escribir este clásico de la literatura india, publicado en inglés, la lengua franca del subcontinente.
   Tren a Pakistán es por supuesto ficción, pero ficción que se basa y se incrusta en la realidad histórica, en lo acaecido en el Indostán, en la colonia británica, en 1947: el terrible caos y la violencia provocados por la partición del territorio en dos países: un Pakistán musulmán y una India hindú. Lo que durante siglos había sido una convivencia pacífica entre hindúes, musulmanes y sijs de pronto estalló y se convirtió en una absoluta intolerancia que se extendió con la rapidez y virulencia del monzón. Los disturbios se multiplicaron generando oleadas de desconfianza en las tres comunidades, que se acusaban mutuamente de ser los causantes de los mismos. Millones de desplazados huyen de la muerte o son deportados a la fuerza. Y es el tren, una de las grandes imágenes icónicas de la India, el que servirá de medio para escapar de la barbarie y del horror. Pero hubo ocasiones en las que el tren se transformó en la máxima expresión del odio y del espanto: trenes cargados de musulmanes fueron asaltados por sijs, masacrando a todos sus ocupantes y enviándolo a su destino, Pakistán. Del otro lado, una respuesta igual de horrorosa y contundente: trenes cargados de sijs asesinados llegaban al territorio indio.
   Basándose en esta realidad histórica, Khushwant Singh crea un texto narrativo, inyectando ficción en la realidad histórica. Como marcador semántico que es, desde ese momento todo queda sometido a las leyes de la ficción. En rigor, pues, no es esta una novela histórica. La historia queda anulada es verdad, pero la trágica y a la vez hermosa historia que narra K. Singh, la ilustra bellamente.
Khushwant Singh
   Quizás por eso el autor, en vez de narrar la partición del Indostán en términos políticos, focaliza su mirada e una remota aldea del Punjab, que todavía no se había visto contagiada por el miedo y la locura colectiva, profundizando en los acontecimientos locales y explorando sobre todo la dimensión humana de sus protagonistas, captando con aguda sensibilidad y describiendo con credibilidad todo el horror que en ese lugar perdido se producirá. Es la aldea de Mano Majra, anclada en la artificial frontera que divide  a los dos países. Sus habitantes viven a ritmo del tren que pauta sus actividades, sus sueños y despertares en pacífica convivencia. Así había sido siempre hasta ese fatídico verano del 47. En esa fecha, unos bandidos   (“dacoits”) asaltan la casa del prestamista al que roban y asesinan. Es el único hindú del pueblo, morador de una de las tres casas de ladrillo. El resto, musulmanes y sijs, viven sumergidos en la miseria A  partir de ese momento se desencadena la trama. Primero, la investigación policial y judicial por parte de los funcionarios locales, ineptos, corruptos y torturadores. Y un día, entre medianoche y el alba, arriba a la estación de Mano Majra un tren fantasmal proveniente del lado pakistaní, con un siniestro cargamento: miles de sijs asesinados. La aldea se convierte así en el cruce de caminos, de odios y en el paso del río que arrastra flotando hombres y mujeres bárbaramente destripados o mutilados.
   Khushwant Singh, echando mano de una prosa suntuosa y envolvente y con un dominio perfecto del arte de la descripción detallada, entreteje con gran habilidad las peripecias individuales, enmarcándolas en este friso espantoso y demente. Y sobre todo nos acerca al lado humano de sus personajes, víctimas del incendio de la locura colectiva y de una estratificación social perniciosa, basada en las castas y en la religión, tal como nos muestra el siguiente párrafo: La India sufre de estreñimiento por haberse empachado de tantas tonterías. Tomemos como ejemplo la religión. Para los hindúes, significa poco más que las castas y las vacas protegidas. Para los musulmanes, circuncidarse y comer carne kosher. Para los sijs, llevar el pelo largo y odiar al musulmán. Para los cristianos, hinduismo con salacot. Para los farsi, adorar el fuego y alimentar a los buitres. La ética, lo que debería ser el meollo de cualquier código religioso, ha sido cuidadosamente eliminada” (página 230).

martes, 22 de febrero de 2011

NOVEDADES DE LIBROS DEL SILENCIO


   Libros del Silencio es otra casa editora independiente que nace con la intención de encontrar y proveernos de buena literatura en los tres géneros en los que edita: novela, ensayo y poesía. Es su forma de luchar contra el dominio del “libro único”. Su nombre y declaración de intenciones se basan en una anécdota que narra en sus Confesiones Agustín de Hipona acerca de Ambrosio de Milán: “Recorrían las páginas los ojos y el corazón profundizaba el sentido, pero la voz y la lengua descansaban”. Ese fragmento de silencio, definición del libro de Pascal Quinard, que acompaña al logo de la casa editora, es una inexcusable exigencia para acercarnos de forma provechosa a estas cuatro novedades de la editorial catalana. Novedades que ahora presento, pero sobre las que volveré después de su lectura en silencio.

Elisa y Marcela de  Narciso de Gabriel. El autor, catedrático de Teoría e Historia de la Educación en la Universidad de A Coruña, nos acerca a lo que el prologuista, Manuel  Rivas, considera una de las más extraordinarias historias de amor de todos los tiempos. Fue a comienzos del siglo XX – no en los tiempos actuales – cuando Elisa Sánchez y Marcela Gracia se casaron en una parroquia coruñesa. Sin duda, el primer precedente de matrimonio homosexual en Europa. Para logarlo, precisaron adoptar nuevas identidades e inventarse un pasado masculino para una de las cónyuges. La historia tiene apariencias de novela, pero no lo es. El engañó funcionó al principio, pero pronto fueron descubiertas, procesadas y obligadas a huir, primero a Portugal y posteriormente a Argentina. El libro, profusamente ilustrado y muy documentado, se prolonga en una segunda parte, en la que esta historia de amor entre dos mujeres lesbianas sirve de hilo conductor y referente para adentrarnos en varios textos sobre el hermafroditismo, el lesbianismo, el travestismo y el feminismo.

Dog Soldiers  de Robert Stone. Con prólogo de Rodrigo Fresan y traducción de Mariano Antolín e Inga Pellisa, Libros del Silencio nos ofrece un clásico de la narrativa norteamericana contemporánea, escrito por una de las plumas más interesantes de la literatura post – Vietnam. La primera gran novela sobre la droga, como ha sido calificada, la vietnamización del suelo americano. Una narración ganadora en su día del National Book Award  e incluida por Harold Bloom  en su particular canon literario del siglo XX. El texto transporta al lector a Saigón en los últimos días de la guerra vietnamita. Y allí surge el negocio de la heroína que se prolonga en EE.UU con la traición y con una frenética persecución por media California. Ritmo trepidante y un estilo alucinado para retratar el desquiciado panorama moral de un país en aquellos momentos de crisis.

Pasado compuesto de François – Marie Banier. El autor, actor secundario y fetiche en su día del cineasta Érich Rhomer, escribió esta novela en 1971  con tan sólo 23 años. La narración se hizo en su día merecedora de los elogios de Louis Aragon, texto incorporado como posfacio a esta edición: “Estas páginas tienen para mi un sabor incomparable. El de un licor de esos que ya no se fabrican y que me parece haber probado en mi infancia”. A pesar de sus años, no es una novela que sepa a viejo, porque su argumento explora temas  universales e intemporales como aquellos que, hace milenios, desarrolló la tragedia griega: la pasión incestuosa entre dos hermanos, que nace como un juego inocente y culmina con el drama en las costas atlánticas de la Bretaña francesa. François – Marie Banier explora con un estilo minimalista los laberintos y tormentas de la adolescencia y el final trágico de la inocencia.

Constatación  brutal del presente de Javier Avilés. Publicada hace menos de un mes, su autor, Javier Avilés es el editor del blog literario de referencia, El Lamento de Portnoy, del que dice Vila – Matas (sus frases elogiosas parecen haberse hecho imprescindibles en las fajas de cualquier libro posmoderno que se precie) que potenció su imaginación. Javier Avilés convierte a los actantes de esta novela en seres anclados en un territorio apocalíptico: seres despojados de identidad “en busca de verdades inalcanzables e inexistentes”. En definitiva, una interesante reflexión sobre esas difusas fronteras entre la realidad y la ficción, muy propia de la narrativa más vanguardista de nuestro tiempo.

domingo, 20 de febrero de 2011

MORALIDADES ACTUALES, RECUPERANDO A RAFAEL BARRETT


Moralidades actuales
Rafael Barret
Pepitas de calabaza ed., Logroño 2010, 371 páginas.

   Rafael Barrett (1876 – 1910) es un perfecto desconocido en España, su país de origen, pero muy reconocido en tierras de Latinoamérica, donde el pasado año se le homenajeó en el centenario de su fallecimiento. Nació de noble abolengo en Torrelavega, hijo de padre británico y de una española de la vieja nobleza de la casa de Alba. Disfrutó de una esmerada educación universitaria y frecuentó las tertulias madrileñas, especialmente la de Valle Inclán, al que admira como maestro del lenguaje y como bohemio. Aparece citado fugazmente en las memorias de Pío Baroja y llegó a ser amigo de escritores, entonces radicales, como Ramiro de Maeztu y Manuel Bueno. Sin embargo, su vida de señorito modernista se vio truncada por un incidente rayano a la leyenda: herido en su honor por la atribución de una supuesta homosexualidad, azotó en público con una fusta  el rostro de un grande de España, el duque de Arión. El incidente le obligó a exiliarse, primero en Buenos Aires y posteriormente en Paraguay y Uruguay, donde será considerado como un maestro por los escritores e intelectuales de al época. Se consagra al periodismo y publica su primer libro, Moralidades actuales, afortunadamente recuperado ahora por la editorial riojana, Pepitas de calabaza. Después de sufrir varios desengaños políticos en Paraguay, Rafael Barrett fallece en Arcachón (Francia), tras escribir sus dos últimos artículos glosando la figura de Lev Tolstói.
   A pesar de su exigua obra, el pensamiento de Barrett ha ejercido una gran influencia en América latina, especialmente en el Cono Sur. La escritura de Barrett puede adscribirse  al modernismo literario. Un estilo muy elaborado es el vehículo de un pensamiento y una posición intelectual y política muy cercana a la oleada regeneracionista que se expandió por España a raíz del desastre del 98. Su relevancia literaria fue reconocida por Roa Bastos y sobre todo por Borges que calificó de genial la escritura de Barrett.
   La edición de Moralidades actuales que nos ofrece Pepitas de calabaza, recupera la versión original, preparada minuciosamente por el propio autor - exactamente 89 artículos como el año inicial de la Revolución francesa -, adulterada sin embargo en la edición de sus Obras Completas, impulsada por los anarquistas argentinos que celebraron a Barrett como a uno de los suyos. No obstante y a pesar de su autodefinición como anarquista, su pensamiento social y político tiene poco que ver con el de un militante anarquista y mucho más con el de un intelectual vitalista radical, preocupado por los temas sociales y muy crítico contra las estructuras de poder, incluidas las religiosas.
   Moralidades actuales es una colectánea de artículos, seleccionados, como ya dije, por el autor. El fruto maduro de un pensador en el momento más creativo de su vida, que se muestra muy cercano a los explotados en y por el engranaje del poder y de los partidos políticos. Por eso Barrett dirige sus dardos contra las leyes, el estado y su monopolio de la violencia. También contra la religión, como institución de control de las mentes y corazones humanos. Pero “esta época – escribe Barret – necesita otros dioses: quiere ser dirigida por la esperanza y el amor, no por el miedo” (página 251).
Rafael Barrett
   Reflexiones que, a pesar del paso del tiempo y del ninguneo del que fue víctima su autor, no han perdido actualidad, no sólo por la radicalidad de sus posiciones intelectuales, sino también por el acierto con que analiza la realidad social. Todo ello, unido a un estilo altamente depurado, que tiene poco que ver con los nenúfares y melindres modernistas, hace que Moralidades actuales sea capaz de penetrar la superficie del silencio y ofrecernos una visión novedosa y más justa y solidaria del mundo. El breve fragmento que sigue, da fe de la potencia de un pulso estilístico  quizás intempestivo en el sentido nietzcheano del término, es decir, dotado de un vigor inesperado: “Don Tancredo I fue un horado padre de familia, de esos que prefieren la muerte a la miseria, y comprenden al pelícano. Tuvo una idea genial, nacida de la angustia que se apoderaba de él cuando pensaba en el pan de sus hijos. Se le ocurrió plantarse en medio de la plaza, pintado de blanco por toda defensa, inmóvil por toda astucia, a esperar la acometida de un toro recién soltado. Abatido bajo ciertos prejuicios, no se dedicó a hacerse ratero, ni a vivir de la prostitución de su mujer. Amaba demasiado a los niños para descoyuntarles los huesos o para amaestrarlos a palos en cualquier prueba de circo” (página 298)

jueves, 17 de febrero de 2011

LA NARRATIVA ALUCINADA DE GORDON LISH



Epígrafe
Gordon Lish
Editorial Periférica, Cáceres 2011, 156 páginas.

   Solamente los entendidos conocían su faceta como fundador de prestigiosas revistas que dieron a conocer a J. Keruac, Allen Ginsberg o Neal Cassady, entre 1969 y 1976. Y de director literario de la editorial Alfred A. Knof, en la que sería conocido como Captain Fiction  por descubrir a algunos de los autores más relevantes del sistema literario norteamericano: Raymond Carver, Richard Ford, Don DeLillo, Cyntia Ozick o David Leavitt. Todos estos créditos son “motivos erróneos”, como escribió DeLillo, para conocer a Gordon Lish. En los años noventa comenzó a circular la leyenda urbana de que la obra del icono del realismo sucio y padre del estilo minimalista, Raymond Carver, había sido ampliamente corregida por su editor, Gordon Lish. La leyenda ha sido comprobada por más de un estudioso: en la Lilly Library de Bloomington, especializada en manuscritos y primeras ediciones, se guardan los textos originales de Carver con las correcciones de su editor. Muchos de los manuscritos como el De que hablamos cuando hablamos de amor, están corregidos por su editor que eliminó hasta el cincuenta por ciento y cambió los desenlaces de muchos de los cuentos hasta convertirlos en finales antológicos, como es el caso de Diles a las mujeres que salimos.
   El editor que creó al Carver sucio, se convirtió tardíamente en narrador. Publicaría con más de cincuenta años su primera novela, Dear Mr. Capote y en 1986, Perú, traducida y editada en 2009 por Editorial Periférica. Un viaje al infierno de una pesadilla Y en 1996, otra novela perturbadora, Epigraph, traducida hace unas semanas por la misma casa editora que se ha propuesto ofrecernos toda la obra de Gordon Lish en los años venideros.
   Epígrafe no es una novela al uso, una simple narración de hechos que desfilan ante nosotros sin remover nuestras vivencias. Exige una lectura intensa que haga abstracción del argumento y concentre la atención en cada párrafo del texto, porque lo que Gordon Lish narra, no pretende entretener, sino provocar sensaciones y hacer pensar al lector. Lectores participativos, pues, que se introduzcan dentro de la obra.
Gordon Lish
   Epígrafe yergue su arquitectura sobre un conjunto de cartas que un hombre, homónimo del escritor y cuya esposa ha fallecido después de una larga y penosa enfermedad, escribe a distintas instituciones (congregaciones religiosas, funcionarios de la Corte) y a personas, especialmente mujeres, que conocieron o mantuvieron algún contacto con la difunta. Escribe desde la angustia y la congoja. Pero lo que da comienzo como misivas de gratitud a las congregaciones religiosas y a las Personas Piadosas, poco a poco toma otros derroteros. Sus apóstrofes e insultos nos anuncian que el protagonista, desde el dolor, está recorriendo el camino que lleva a la locura. Algo se le ha metido dentro y no sabe qué es e incluso empieza a sospechar que los sueños no son suyos. En sus mensajes  hace acto de presencia, cada vez con más frecuencia, el desvarío, la incoherencia, la alucinación, hasta el punto de que llega a firmar como Jesucristo II.
   La lectura de esta prosa delirante suscita sin duda muchos interrogantes. ¿Dónde acaba la ficción y dónde empieza la realidad? Cabe una lectura autobiográfica del libro ya que Bárbara, la esposa del escritor, falleció en 1984. Sin embargo, lo más probable es que sean otros los propósitos de esta apuesta narrativa tan radical. Una aproximación al delirio a través del camino del agradecimiento y del dolor. El ser querido se ha ido, pero su fantasma permanece y provoca en el viudo una suerte de patetismo que se muestra de forma grotesca, cercana al fingimiento, al sentimiento de culpa, a la impiedad e incluso al mismo esperpento. Alguien ha escrito que quizás la intención de Gordon Lish, ese autor hasta ahora secreto, pero imprescindible en el juicio canónico de Harold Bloom, haya sido envilecer al liturgia del dolor ( Francisco Solano, El País, 12 / 2 / 2011 ). Quizás por ahí vayan los tiros.

martes, 15 de febrero de 2011

UNA PARÁBOLA SOBRE LA CODICIA


¿Cuánta tierra necesita un hombre?
Lev Tostói
Traducción: Víctor Gallego Ballestero
Ilustraciones: Elena Odriozola
Nórdica Libros, Madrid 2011, 66 páginas.

   El conde Lev Nikoláivich Tolstói ( 1828 – 1910 ) está considerado como “el gran señor” de la literatura rusa. Su estilo equilibrado y al mismo tiempo distante se prestaba para ser interpretado como la transfiguración estética de la aristocracia de la que Toslstói procedía, hasta que renegó de ella, seducido por un evangelismo populista de raíz campesina. Su prédica moral no se quedó en gestos grandilocuentes, como la carta que dirigió al zar Nicolás II denunciando los males del país y proponiendo la abolición de la propiedad agraria. En su ancianidad renunció a todas sus propiedades, incluida la intelectual, pero su familia las reivindicó y Tosltói quedó viviendo como invitado de su mujer y de sus hijos.
   Ese supremo punto de referencia de las letras rusas tomó forma no sólo en la grandeza de sus  novelas, Guerra y paz, Ana Karénina o el tríptico de sus memorias ( Infancia, Adolescencia, Juventud ), sino también en un número casi incontable de narraciones breves. Relatos y novelas cortas, tanto más magistrales cuanto más cortas. Desde fábulas y apólogos de un solo párrafo, hasta largos relatos en la frontera de la novela corta. La mayoría de las mismas se editaron en español a comienzos del siglos XX en traducciones indirectas a través del francés.
Tolstói arando, grabado de Ilya Repin, 1887
   Entre todas ellas sobresale por su perfecta elaboración y por la nitidez de su mensaje ¡Cuánta tierra necesita un hombre?, catalogada en su día por James Joyce como “ el mejor relato que se ha escrito nunca”. Se trata, al parecer de una leyenda de tradición oral rusa, que corría de boca en boca entre los campesinos. Tolstói la recoge y arma una perfecta parábola sobre la avaricia. Su protagonista es  Pajom, un campesino pobre con el que pacta el diablo darle mucha tierra a cambio de tenerle en su poder. Todas las “desiatinas” que va acaparando, le parecen pocas. Hasta que se entera de que los bashkirios son inocentes como corderos y se puede conseguir su tierra casi de balde. Y en efecto, por mil rublos le ofrecen toda la tierra que pueda recorrer en una jornada con la condición de regresar al punto de partida antes de la puesta del sol. Al final, como demanda el guión, recibe el pago de la avaricia que todo el mundo comprende.
   Una perfecta parábola sobre el afán acaparador de los señores de la tierra. Mas su ejemplaridad transciende el mundo agrario y hoy en día se viste de mil maneras en la crisis económica que han hecho que nos azote, provocada por la desmesurada ambición de los señores de los distintos sectores de la economía capitalista.
   Nórdica Libros nos sorprende con una edición primorosa de esta narración “ejemplar”. Las ilustraciones de Elena Odriozola han sabido captar la pulsión narrativa, el aliento y el aroma de la tierra en la que Tolstói, vestido con blusón campesino, se dedicaba en su ancianidad a su vocación moralista y predicaba el credo del amor universal.

viernes, 11 de febrero de 2011

DICCIONARIO DE LITERATURA PARA ESNOBS


Diccionario de Literatura para Esnobs y (sobre todo) para los que no lo son
Fabrice Gaignault
Traducción de Wenceslao - Carlos Lozano
Ilustraciones de Sara Morante
Editorial Impedimenta, Madrid 2011, 250 páginas.
  
   Impedimenta es uno de esos sellos editoriales agrupados, a efectos publicitarios, en el Grupo Contexto. Editoras a las que la actual crisis y deriva editorial han hecho surgir como una forma de resistencia frente al “libro único”. Su catálogo, aún no muy numeroso, es sin embargo variado y muy selecto. Recupera clásicos incontestables, “fabrica” clásicos  modernos y hace llegar al lector español obras de otras tradiciones literarias. Y sobre todo es sensible a la buena narrativa, también a la de la periferia española.
   Con el diseño de Enrique Redel, Impedimenta inaugura 2011 con una nueva colección: “La Biblioteca del Pájaro Dodo” ( del portugués “doudo”, lelo, bobo ). Abre la colección un curioso libro: la traducción del Diccionario para Esnobs y ( sobre todo ) para los que no lo son de Fabrice Gaignault. Un glosario esencial, como reza el subtítulo, de lo más puntero de la Literatura.
   Uno de los rasgos del esnobismo, como escribe el prologuista, José Carlos Llop, uno de los tres autores españoles que tienen entrada en este Diccionario, es la incomodidad, el recelo silencioso ante la vulgarización de escritores que empiezan a ser conocidos. Y la consecuencia es la inmediata expulsión de tales escritores  del coto privado de los lectores esnobs. Por consiguiente, lo que leen los esnobs, son las rarezas, lo más chic, para no contaminarse de la simple trivialidad de los lectores corrientes. Ellos forman el Club de los Happy Few. Leen y sueñan incluso con post – post – poesía. Esa es la razón por la que Enrique Vila – Matas aparece citado pero sin entrada: se supone que, pese a ser un autor de culto, para el público francés ya ha perdido su carácter de exquisito minoritario.
   El Diccionario se inaugura con el catálogo de los libros odiados por los esnobs literarios. Y en esa relación encontramos, como es obvio, algunas de las obras cumbres de la narrativa del siglo XX, ya que justamente su fama las privó de ese carácter minoritario. A continuación, un desfile de la crème de la crème  de las letras. Los malditos, los fugitivos, los narradores errabundos, los dandis, los elitistas, los líricos psicópatas, los esotéricos y escritores sólo para iniciados, pero también los iconoclastas, los miembros de sectas literarias los y las que exhiben  su intimidad “como stajanovistas del sexo a mogollón” tal como reza la entrada de Catherine Millet. Todos ellos, indispensables para los lectores exquisitos. Tipos desconocidos en su gran mayoría para el gran público, a los que Fabrice Gaignault retrata entre un rosario de anécdotas, frecuentemente malvadas o define de forma perversa.
Fabrice Gaignault
   Veamos, a modo de ejemplo, algunas de la credenciales de estos escritores y escritoras de la familia de los raros o exquisitos. Kathy Acker: “Escritora tatuada de rostro andrógino, adepta del bodybuilding, autora de una obra que mezcla pornografía, fragmentos autobiográficos y préstamos de textos ilustres ( … ), no vacilaba en copiar pasajes de obras maestras de la literatura universal, una actitud que le valdría ser tildada de pirata y que ella justificaba irónicamente explicando que, al fin y al cabo, copyright significa derecho a copiar” ( página 30 – 31 ); William Burroughs: “Personaje inquietante con cara de enterrador psicópata, tocado con sombrero de gángster y  a menudo armado con pistola cargada” ( página 72 ) ; Marguerite Duras: “Hacendada ( y escritora ) francesa, famosa por haber alquilado durante varios años una mansarda al gran escritor español Enrique Vila – Matas. Solía llevar jersey con cuello vuelto” ( página 100 ); Mitteleuropa: “Patria de escritores depresivos y suicidas ( Kafka, Zweig, Roth, Trakl ) muy dados a aborrecer una determinada bohemia forzosa” ( página 162 ).
   Y para los que no son esnobs, este Diccionario les suscitará los sabores de una novela de personajes curiosos y fascinantes novelistas, poetas, editores, aforistas, moralistas, charlatanes, alcohólicos, drogadictos… Y se divertirán porque Fabrice Gaignault  no pretende pontificar ni hacer didáctica. Inventa únicamente unos códigos “un poco más sutiles y refinados que la lectura de confesión al uso”

jueves, 10 de febrero de 2011

LA VIUDA EMBARAZADA DE MARTIN AMIS


La viuda embarazada
Martin Amis
Editorial Anagrama, Barcelona 2011, 494 páginas.

   Novela polémica como suelen ser sus últimos escritos, tanto los de pura ficción ( House of Meetings ) como eses productos híbridos, entre el ensayo y el relato ficcional ( Koba the Dread ). Polémica que el escritor no tiene reparo en rehuir, sino que la atiza con sus declaraciones en contra de la revolución sexual de los años setenta y con comentarios muy peculiares sobre el actual feminismo ( “Las mujeres tienen hoy más poder de lo que es bueno para sus propias vidas” ). Pero, al fin y al cabo, novela de Martin Amis, el enfant terrible de las letras británicas, descubierto en la primera hornada de la revista Granta. Oscuro y desagradable para algunos críticos y lectores. Uno de los más perspicaces  escritores satíricos,  para otros. Traducida por eso mismo, y de inmediato, por Anagrama al español y por otros sellos editoriales a otras lenguas peninsulares.
   En La viuda preñada, historia de un trauma sexual según el propio autor, Martin Amis realiza su personal inventario de los naufragios y catástrofes de la revolución sexual de los años setenta. Estamos en efecto en el verano de 1970. El ayuntamiento carnal ya había dado comienzo siete años atrás, según el verso de Philip Larkin, con el que el escritor dialoga en la primera página de la novela. Ahora prosigue si cabe con más fuerza. En forma de tragicomedia, Martin Amis retrata la vida de seis jóvenes ingleses y
norteamericanos, encerrados en un castillo italiano, una escenografía que es el tópico del placer hedonista para la cultura británica. Son los años del auge de la revolución sexual y aunque para Martin Amis la vida no es ficción – sólo Saul Bellow ficcionaliza bien las cosas reales – la novela tiene mucho de autobiografía, sobre todo en la primera parte.
   Ese antihéroe, Keith Nearing que seguramente está pasando el verano de su vida junto con chicas que se comportan como chicos y viceversa, semeja ser el propio Martin Amis, un rock star  en su juventud. Y Violet, la hermana más joven de Keith, es sin duda el alter ego de Sally, la hermana del propio escritor, víctima, en “su triste historia”, de esa revolución sexual. “Patológicamente promiscua” fue sacrificada por los efectos destructivos de una sociedad permisiva.
Martin Amis
   La conclusión que extrae Martin Amis de estos veranos fulgurantes llenos de droga, sol y sexo, está anunciada ya en el mismo título de la novela, extraído de una cita del prerrevolucionario ruso Alexander Herzen: el mundo que fenece, las revoluciones no dejan tras de si un heredero, sino una viuda embarazada.
   A pesar de que el tema central de la novela es el repaso de los efectos perversos de la revolución sexual, Amis no rehúye otras reflexiones, como el narcisismo y el envejecimiento. Y como en todos sus restantes productos literarios, Martin Amis escribe en un inglés inimitable, lleno de ingenio, sutileza y un incomparable tono ácido y satírico.
   Concluyo con una acotación. Acabo de señalar que La viuda embarazada es en buena medida autobiografía. Amis reitera una y otra vez que todo lo que en la novela narra es verdad ( página 14 ). Todo menos Italia. El biógrafo de Martin Amis Richard Bradford ( biografía no autorizada, hecho insubstancial para lo que pretendo decir )  ha revelado que esta historia de un grupo de jóvenes ingleses encerrados en un castillo para unas vacaciones de sol, sexo e introspección narcisista, ya había sido escrita como crónica autobiográfica por el propio Amis, en un artículo publicado en 1997 en el periódico “New Yorker”. Cambian los nombres de los personajes, pero son todos ellos perfectamente reconocibles. Y el escenario ya no es Italia, sino Francia.

miércoles, 9 de febrero de 2011

CRÓNICAS DE UNA VIDA ESPERPÉNTICA PERO REAL

Oralmente por la boca
Xosé Cid Cabido
Faktoria K de libros (Editorial  Kalandraka ), Vigo 2009, 154 páginas.

   Lo primero que el lector no avezado con la narrativa de Cid Cabido debe saber, es que esta antología que edita Faktoria K de libros no es el calco español de la obra original gallega que, con el título de Oralmente pola boca, publicó Edicións Xerais en el año 1997. Solamente tres de los relatos de aquel título (“Bingo clandestino”, Caja fuerte” y “Pataghorobí”) aparecen recogidos en esta selección. El resto vieron su primera luz en otras dos colecciones  de relatos breves del escritor limiao: Días contados  ( 1991 ) y Fálame sempre ( 2003 ).
   Pero en mi opinión, el lector no pierde nada, excepto quizás una muestra perfecta de canibalización de textos ajenos  que encierra el relato “ Agardando a Monroi” de la versión original gallega de Oralmente pola boca. Y gana la heterogeneidad de relatos escritos en distintas épocas, pero gravados con la misma marca, señal de la casa de un narrador atípico que sólo de vez en cuando nos regala propuestas narrativas que ningún lector devoto de la inteligencia debería perder. La afirmación es aplicable a todos los relatos de esta antología que Cid Cabido nos ofrece dentro de dos grandes coordenadas: el evidencialismo y el fragmentarismo.
Cid Cabido
   El evidencialismo no es sólo una palabra que patentizó Cid Cabido en los años noventa, sino, sobre todo, una forma de escribir que no se resume en un conjunto de evidencias u obviedades, sino que consiste fundamentalmente en ciertas técnicas de reforzamiento del significado con el propósito de obtener un desmascaramiento  social. Prueba del fragmentarismo es esa escritura  que parece quebrada, partida, con la que el escritor le hace un verdadero regate  al lector, exigiéndole que se involucre en textos que no hacen más que reflejar la fragmentariedad de la existencia.
   En los quince relatos de Oralmente por la boca Cid Cabido nos ofrece un muestrario de personajes dispares, pero al mismo tiempo muy cotidianos. Con los juegos de ensayos y simulaciones como la vida misma de “Bingo clandestino”; el barullo personal erótico – afectivo con dos cajeras de un banco, encerrados en la caja fuerte, ejecutando hazañas clandestinas, mientras en los pisos superiores sigue la rutina de todos los días; con la certeza, nunca confesada, de que en los escaparates de las mejores mueblerías siempre hay algo o alguien que nos vigila; con una incursión en la marginalidad, el universo de los habitantes de la basura que encuentran en ella variadas gamas de autoservicio, a la vez que se gobiernan por una peculiar lógica relacional. Y una recomendación: que el lector no pase por alto el relato titulado “Flaubert y la hormiga”, uno de los más narrativos de esta antología, que nos asoma a los abismos de la incomunicación y de la violencia.
   En resumen, relatos de hechura y naturaleza muy diversa que permiten lecturas variadas. Laberínticos, imprevisibles, cimentados muchos de ellos en juegos de engaños y de situaciones. Relatos kafkianos en buena medida, pero que se convierten en crónicas verídicas de la misma vida; con buenas dosis de elementos esperpénticos y una perfecta sutura del humor, del sarcasmo y una vigorosa oralidad. Un registro coloquial alejado de cualquier refinamiento lírico, el uso de elementos paródicos e incluso incoherencias co los que el escritor subraya determinadas parcelas de la realidad. Con todo ello escribe Cid Cabido la crónica de una vida que tiene mucho de esperpento pero que es real.

lunes, 7 de febrero de 2011

ANTONIO ORTUÑO, ENTRE EL DELIRIO Y LA "MALA LECHE"

La señora Rojo
Antonio Ortuño
Páginas de Espuma, Madrid 2010, 106 páginas.

   Antonio Ortuño, “escritor y opositor de casi todo” según su propia autobiografía en twitter, es una de las últimas revelaciones de la narrativa mexicana. Después de su primera novela, El buscador de cabezas, elegida como mejor debut en la literatura mexicana de 2006, y del éxito de la segunda, Recursos humanos, finalista del Premio Herralde, publicó en Páginas de Espuma un prometedor libro de relatos, El jardín japonés. Traducido a varios idiomas, fue elegido por la Revista Granta entre los veinte y dos mejores narradores jóvenes en español. Y Jorge Herralde no tiene reparos en compararle a Michel Houellebecq, por su humor negro y su “mala leche”. Ambas categorías de calificativos hacen acto de presencia en este nueva antología de cuentos, rescatados de distintas publicaciones y que ahora podemos leer en una edición sencilla, pero a la vez elegante y con cuidada impresión de Páginas de Espuma.
   Al concluir la lectura de estos trece cuentos a este lector le queda el mismo ácido sabor de boca que impregna esta escritura, porque de la pluma de Ortuño salen a borbotones la ironía, el humor negro, la burla íntima, historias en cuyo centro de gravedad se encuentra el cinismo, la frustración, temas y personajes extremos y la realidad reflejada e iluminada con el calidoscopio del delirio.
   El libro estructura su rica carga diegética en dos secciones. La primera, rotulada “La carne”  es un muestrario  de historias individuales en las que existencias anónimas viven su cotidianidad entre el drama y la irracionalidad. Historias que pueden suceder en cualquier parte pero que hallan en la realidad extrema del México actual un humus perfecto. Historias ásperas y crueles de las que está desterrada la clemencia y cualquier resquicio compasivo. Historias a veces cercanas al expresionismo, otras al esperpento. Familia pobres – pobres, con refrigerador vacío, pero con agua corriente lo que permite limpiar la sangre que le escurre al hermano cuando se despeña por la escalera. La farsa de la felicidad llevada hasta el extremo de colocar en la lápida de la cripta familiar de una pareja mal avenida la leyenda “Fueron felices y dieron felicidad”. O la cruel venganza que hallamos en el relato “El Día del Amor”: ve a su novia traicionándole con el profesor de fotografía, le regala un cachorro de perro y cuando ella se encariña con el animal, lo mata, lo destroza y le toma un montón de fotografías que le hace llegar. La protagonista del relato “La Señora Rojo” es una inmensa tortuga que agoniza en el jardín del ficticio narrador, en medio de ruidos que complican el sueño. Logra deshacerse de ella, pero detrás de ésta, aterriza un batallón de congéneres, igualmente vomitivas. La imposición del absurdo y del delirio arruinando el sosiego familiar. “El Grimorio de los vencidos” da comienzo con una frase que marca el tono de la prosa de Antonio Ortuño: “Ciertas desgracias favorecen el alma. Perder a los padres ennoblece: nos hace adultos que nunca más recurrirán a nadie”. A continuación, un relato que bascula entre la fantasía y la credulidad popular porque, al final, la Hierba del Santo Casto le regresa a su mujer de los brazos de un mago que hace nevar, pero cada vez que la posee, el aire de la habitación se congela y en algunas ocasiones hasta está a punto de nevar ( página 50 ).
Antonio Ortuño
   Los relatos de la segunda parte ( “El mundo” ) transcienden lo individual para internarse en la realidad latinoamericana y de otros países  con regímenes totalitarios. En ellos se elude la crítica política directa, pero no el sarcasmo a la hora de retratar poderes corruptos, formal y exóticamente democráticos, pero que son ellos mismo nidos de horrores o permiten ser invadidos por gente rubia y muy admirada.
   La culpa de las revueltas es obviamente de los revoltosos, no del profesor desquiciado que elimina a tiros, uno tras otro, a sus alumnos por el simple hecho que querer reunirse en asamblea. Fuera espera la policía que había recibido la orden  de no mover un dedo mientras los muertos fueran estudiantes. En otros como “Historia” o “Héroe” narra Ortuño de forma paródica y distorsionada las guerras o la historia de un país que soñó con ser un Imperio pero “A quién se le ocurre llamar Imperio, su imperio a nuestro pantano, escribe Ortuño en muestra inteligente de ironía y de esa mala leche de la que habla Herralde.
   Es sin embargo en “Pavura” donde el narrador nos golpea la cara cuando parodia y pone en solfa la actual paranoia de los gobiernos por la seguridad de los aeropuertos debido al miedo al otro. El mal, la delincuencia infinita están ahí, pretenden colarse en nuestras entrañas y hacen que el protagonista del cuento – asesor de seguridad aeroportuaria -  se convierta en orgulloso planeador de las técnicas más demenciales, invasoras de nuestra intimidad hasta el punto de confesar lo que sigue, que copio como muestra del sarcasmo  de la pluma del escritor tapatío:
   “Disfruto, si, de las líneas de seguridad en cada aeropuerto que visito; gozo cuando soy detenido y maltratado, cuando soy orillado a desnudarme, a despojarme de zapatos y calzoncillos frente a los compañeros de fila, cuando mis documentos personales no son tomados por verdaderos, se me escolta a un cuarto cerrado y se me empuja y escupe. Procuro dejarme encima anillos, cadenas, hebillas, todo lo que sea metálico y haga saltar las alarmas. He conseguido un arma y la oculto entre los calcetines o camisetas para ver si la descubren” ( página 99 )
   Una antología de relatos breves que se inscriben en una línea  muy actual, pero a la vez con acento personalísimo, que rompen fronteras geográficas y nos permiten gozar de los usos locales del idioma porque Páginas de Espuma no ha impuesto sobre estos cuentos, escritos en México, ese discutido criterio de “traducibilidad” que suele exigir la industria editorial española.

jueves, 3 de febrero de 2011

NOVEDADES DE EDICIONES BARATARIA

   Ediciones Barataria forma parte, con otros seis sellos editores, del consorcio Contexto que publicita a través de Internet las ediciones de un grupo que le está aportando aires nuevos a la edición en España; a la vez que, desde la independencia, se presentan como alternativa al “libro único” de los grandes megagrupos. Hoy me siento gratificado de poder hacerme eco de tres de los últimos títulos de esta editorial de nombre tan quijotesco.

Una mujer de nada de Leonor Paqué. La autora es una de tantos y tantas españoles /as hijos de padres analfabetos que acceden a la universidad a base de esfuerzos y equilibrios. Desde su condición de periodista y profesora de la UNED, cree que las palabras son llaves capaces de abrir todas las puertas. En esta novela, editada en la colección “Bárbaros”, Leonor Paqué nos acerca a gentes que, a primera vista, parecen emerger de la prehistoria, hombres y mujeres habitantes de las cuevas, donde amasan el pan que les debe durar diez días. Cuevas de tierra apisonada que no son recreo de turistas, sino los únicos sitios para resguardarse del frío o del calor. Allí vivió María, la abuela de Leonor Paqué y, con ella, un grupo de mujeres analfabetas enfrentadas a un mundo que no son capaces de entender, pero en el que luchan todos los días denodadamente para sobrevivir. También ellas, como tantos y tantas españoles y españolas fueron perdedores de la Guerra y las victimas de una posguerra llena de hambres y miserias.
   Con una prosa llena de fuerza y de bríos, Leonor Paqué les da ahora la voz que nunca tuvieron ocasión de ejercitar.

Izquierda y derecha de Joseph Roth.  Joseph Roth ( Brody 1894 – París 1939 ) es uno de los grandes escritores de la literatura centroeuropea. Adscrito genéricamente al expresionismo, sus textos narrativos gozan de una hechura y estilo muy personales. Izquierda y derecha fue publicada en 1929. Sandra Chaparro Martínez la vierte ahora al español. En la novela, y a través de tres biografías paralelas ( las de los hermanos Bernheim y la del enigmático Nikolai Brandeis ), Joseph Roth metaforiza y recrea el ambiente de la República de Weimar, el hundimiento de una sociedad dormida y las antesalazas del nazismo. Un friso, a la vez esperpéntico y doloroso, del Berlín de entreguerras, que contempla turbios negocios y el ascenso imparable del nazismo. Una sociedad convertida en espectáculo, como si formara parte de un gran cabaret que Joseph Roth radiografía con gran agudeza, a la vez que nos hace sentir la angustiosa soledad del hombre moderno frente al poder y al dinero.

18 Escritores. La novela latinoamericana contemporánea de Paz Balmaceda y el Colectivo FU. Como bien dice la prologuista, Lolita Bosch, más allá de los escritores del boom, desconocemos casi por completo la buena literatura que se hace en español en otras latitudes. Aquella que no se ha hecho merecedora de los premios nacionales o por la que no han apostado alguna de las editoras independientes. Y también con la prologuista, reconozco que nos perdemos un mundo entero por descubrir y en el que zambullirnos. Paz Balmaceda recogió el guante: la propuesta de Lolita Bosch de reunir a escritores latinoamericanos que escribieran en español y que pudieran aportar una perspectiva muy personal. El Colectivo FU, formado por lectores y con sede virtual en Barcelona, seleccionó dieciocho autores con los que conversó Paz Balmaceda en el marco del Festival de novela latinoamericano “Fet a Amèrica”, que tuvo lugar en la Ciudad Condal en octubre de 2010.
Paz Balmaceda
   Así pues un interesante y estimulante libro de conversaciones entre escritores de todas la edades y latitudes del continente, sobre temas como el contexto social como eje del mundo literario, tradición y modernidad, la reflexión literaria, la fragmentación ideológica del tiempo, la ternura y la crueldad en el discurso narrativo, los usos locales del español versus la “traducibilidad” que exige la industria editorial española… Y sobre todo, el primer contacto con dieciocho autores latinoamericanos: Antonio José Ponte, Carlos Velázquez, Diamela Eltit, Giovanna Rivero, Horacio Castellanos Moya, Inés Bortagaray, Israel Centeno, Iván Thays, Javier Vásconez, Lina Meruane, Luis Humberto Crosthwaite, Marta  Aponte Alsina, Pablo Ramos, Pola Oloixarac, Slavko Zupcic, Sergio Chejfec, Tomás González y Yuri Herrera. Nombres que apenas nos suenan pero que están ahí, hacen buena literatura y nos permiten ver que la narrativa española en América va más allá de García Márquez, Vargas Llosa, Roberto Bolaño o César Aira

martes, 1 de febrero de 2011

INCAPACES DE LEER A PYNCHON



Thomas Pynchon. Un escritor sin orificios
Rubén Martín G.
Ediciones Alpha Decay, Barcelona 2011, 92 páginas.

   Rubén Martín G. aún no tiene la experiencia de haber sido publicado. Éste es su debut. Un libro que tiene su germen en el blog “Cuaderno Célinigrado”. Después de editar algunos post sobre la novela de Thoman Pynchon, El arco iris de la gravedad, “con el tono jocosos de alguien que deja el libro a la mitad y lo desprecia”, recibe el encargo de Alpha Decay para poner por escrito un ensayo cerebral, ese lavado de cerebro y la conciencia de su propia incapacidad para leer a Pynchon. Alguien ha calificado a Rubén Martín como el “Pnchoniano Mayor del Reino”, apelativo que él rechaza porque, como a Pynchon, no le interesa la fama y quizás por eso se esconde tras la imagen de un simiesco monstruo peludo.
Rubén Martín G.
   La propuesta que le brinda a os lectores, la forman unas modestas consideraciones, “intuiciones incomprensivas”, que nacen de la lucha a muerte para lograr una lectura mínimamente  fructífera y comprensiva de la obra pynchoniana. Porque Pynchon, ese “célebre desconocido” como se le califica en el texto, exige de su público un esfuerzo desmedido para poder hincarle el diente a sus novelas. Considerado como uno de los paradigmas de la postmodernidad maximalista y relacionado por Harold Bloom entre los grandes novelistas norteamericanos de nuestro tiempo junto a Don DeLillo, Philip Roth y Cormac McCarthy, su novela más conocida, El arco iris de la gravedad fue rechazada por los administradores del Premio Pulitzer por “ilegible, sobrescrita y obscena”. Se ha dicho que las reglas lógicas que gobiernan este mundo encuentran en Pynchon todas las posibles respuestas que, desde la literatura, se pueden ofrecer a nuestras dudas y acríticas certezas. Lo cierto es que sus temas habituales  ( la entropía, la paranoia, el giro apocalíptico de la historia más reciente, la ausencia de significados y el caos en que se halla inmersa la existencia humana ) y un estilo que desintegra al lenguaje, convierten la lectura de Pynchon en una ardua tarea, hasta el punto de que el mismo texto parece agotar toda posibilidad de lectura.
   Aproximándonos ya al libro de Rubén Martín, es necesario advertir en primer lugar que Thomas Pynchon, un escritor sin orificios no es una guía sobre cómo leer a Pynchon.  Es al contrario, según definición del autor, “un día de turismo por el fracaso de un lector de Pynchon”. Al lector se le presentan dos cartas anónimas tras el artificio de una investigación para fijar la identidad del autor de las mismas. En la primera de ellas, Rubén Martín cuestiona la huida de la fama por parte de Pynchon. El escritor goza de un status público y, como tal, está bajo el castigo de ser de todos nosotros ( … ), millares de vidas tumorándole ( página 37 ). En definitiva Rubén Martín, tomando como ejemplo a Pynchon y su enfermiza huida de la fama, plantea el tema de las relaciones entre lo privado y lo público y la forma como lo segundo modifica lo primero.
   La segunda, en cambio, gira en torno a lo que Marc García García ha denominado “la estética de la dificultad literaria”. Presentada como una crítica ficticia  - es lo que se merece Pynchon por escribir para un lector ficticio -  rechaza de plano andarse con paños calientes e interpela duramente al narrador norteamericano: la forma de Pynchon es el canon ininteligible; su escritura mata la lectura, agota al lector “con una pocas palabras”; lo aburre con su gesto pretencioso a lo largo de mil páginas. Conclusión obvia: cada vez son menos los que han leído  a Pynchon y más los que fingen haberlo leído. “Cada día más sometido a cuestión su estro macarra” ( página 85 ).
   Rubén Martín, aunque es un narrador con orificios, también escribe sin concesiones ni golosinas artificiales. En algunos momentos sus interpelaciones a Pynchon alcanzan la fuerza de un gran aliento poético. En las escasas páginas de este mini libro de tapas doradas inaugura un nuevo género: la epístola paranoica convertida en crítica fingida. Es lo que se merece Thomas Ruggles Pynchon, un escritor sin un solo orificio.