Jamie
Quatro
Traducción
de Regina López Muñoz
Libros
del Asteroide, Barcelona, 242 páginas.
La historia que se narra en esta novela,
empieza in extremis, donde otras
acaban: una mujer y un hombre yendo a un hotel. Pero el inicio es una boda en Malibú con todo lujo de detalles. La
novia, graduada summa cun laude, se
casa con el primer chico con el que salió en serio. Ella es cristiana, el
novio, agnóstico, pero maleable en opinión de la novia, capaz de modificar su
conducta para satisfacer las necesidades de los demás.
Son Margarett (Maggie) y Thomas. Serán para
siempre una sola carne. Un largo salto en el tiempo: Maggie y Thoman llevan una
vida normal, aunque un tanto aburrida, y en la vida de Maggie aparece James,
los dos cuarenta y cinco años. Inician una relación epistolar, a través de
correos electrónicos especialmente, basada en sus afinidades intelectuales, en
el interés mutuo por la poesía y la teología. Algo puramente platónico, porque
Maggie, en su matrimonio con Thomas nada tiene de que quejarse: una mujer
madura, casada y con hijos que han crecido en una familia tradicional y
estructurada. La vida perfecta para cualquier mujer, pero ella siente que el
hastío, la insatisfacción están corroyendo su matrimonio.
Por eso inicia esa relación con James,
un famoso poeta. Con él mantiene
conversaciones sobre teología y literatura mística. La comunión de ideas no se
queda solo en eso. Su relación con el poeta y teólogo hace que en el corazón de
Maggie la llama mortecina que le unía a su marido, se apague para siempre.
Ambos, Maggie y James se encuentran en un congreso en Nashville y allí
descubren que sus agendas cordiales están sincronizadas, son el uno para el
otro. Y claro, surge el deseo. Y tras un apasionado encuentro sexual, en la
protagonista brota el conflicto: la relación entre el amor carnal y su fe.
A partir de entonces, Maggie no cesará
de interrogarse sobre la moralidad, la fidelidad y la voluntad de Dios. Lucha
en cuerpo y alma contra la tentación. Y le pide perdón a Dios: “Querido Dios:
¿Puedes perdonar a alguien por un acto del que no es capaz de arrepentirse?”
(página 38) Será un romance dubitativo, marcado por la fe, por el saber que
está traicionando a su marido, que es una mujer adultera, pero también por el
deseo. Una lucha entre la fe y el deseo carnal.
Jamie Quatro
nos sumerge en esta novela en las embriagadoras y a la vez confusas mareas del deseo sexual,
acuciada su conciencia de la protagonista por el permanente peso de la culpa.
El mal -o la sensación de mal- detrás del placer. Llega a pensar que no se
debería pedir perdón por sentir lo que siente su cuerpo de una forma natural. ¿Acaso no dice San Juan
de la Cruz que podemos llegar a excitaciones sexuales en el transcurso de los
actos espirituales? El desgarro se instala en Maggie porque, dice, me he
follado a alguien que no es mi marido, y aquí surge el desgarro: al mismo
tiempo está enamorada también de su marido y del hombre con el que ha tenido
sexo. ¿Qué debería hacer?, pregunta Maggie. Dejar a un marido, despedirse del
hombre con quien se acostó por primera vez
hace muchos años, al marido que se levanta para traerle un vaso de agua?
En el desenlace, el sermón de fuego: déjame
arder pero camina conmigo entre las llamas porque no podemos pasar la vida
entera renunciando. Quizás en tantos años
de renuncias, Dios solo haya sido un hermoso y aterrador cuento de
hadas! Pero aunque no lo haya sido, y así termina la novela: “Al final de todas
las cosas, cando venga el Amor y me pregunte lo que sé, los señalaré, allí
sentados a la sombra. Y diré: Ese hombre. Esa mujer” (página 243).
No son pocas las anotaciones que cabe hacer
sobre esta novela. En primer lugar, la temporalización íntima, el sometimiento
total del tiempo de la novela en todas
sus dimensiones a la perspectiva interior de un personaje, Maggie en este caso.
Jamie Quatro se sirve de una estructura fragmentaria, con continuos saltos en
el tiempo, los que le permite a la novelista ir reconstruyendo retazos de la
vida de los principales protagonistas. Y también el sentir de un marido y la
existencia familiar, incluida la vida íntima y que la ubicación de los deseos
sexuales se haga en su temprana adolescencia. Es una estructura escritural en
la que se combinan planos temporales, cartas, mensajes, diarios … con la narración
propiamente dicha.
Pero lo más logrado de esta novela es el hecho
de haber plasmado el dilema ético de la protagonista con una sinceridad desgarradora.
En nuestro mundo en el que la infidelidad está al orden del día, con crecientes
avances en las encuestas y estadísticas -también en el mundo femenino- ¿merece la
pena, como hace Maggie, fustigarse de una forma cruel por la debilidad y a la vez
rastrear desde el seno de su familia y sus adolescencia el origen de una libido
que, casi sin darse cuenta la convirtió en adúltera? ¿Cómo se resuelve el dilema
de esta mujer atormentada? No seré ningún spoiler si me pregunto si realmente merece
la pena echar por la borda una existencia plácida, aunque sumida en ciertas rutinas
y en el hastío, por un pasión amorosa que recompensa y estimula el placer con una conciencia atormentada. Aquí precisamente
reside el desgarro que el lector observará en la existencia atormentada de la mujer
protagonista de esta intensa novela.
Francisco Martínez
Bouzas
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