En espera de una pronta reflexión valorativa
del reciente poemario de Eva Yarnoz Cauces del
que teje (Ediciones Trea), reproduzco como una primicia uno de los poemas
más emblemáticos del libro: “Copular”. Como se podrá observar, las palabras,
versos y estrofas han perdido su acepción deshonesta para aquellos o aquellas
que consideran que una de las funciones fisiológicas y emotivas más importantes
de los seres humanos es un pecado a no ser que sea directamente un acto que genere
una nueva vida. Desafortunadamente hay muchas personas que piensan así. Eso es
olvidar la evolución del homo sapiens
sapiens bajado de los árboles y la realidad corporal y anímica del ser
humano. Y han adquirido otras dimensiones metafórica y quizás sinestésicas insospechadas
Reproduzco el poema con la grafía tal
como aparece en el libro.
Copular
“tú sabes que la
luz limpia hiende los versículos sucios de sangre, de bilis que hierve. de
hambre. tú sabes que no sabemos estar con el olor que hiede. sino que sabemos
escalar las obras inacabadas con los reptiles.
estamos en el proceso de construir las ciudades que
se derrumben.
estamos
construyendo para que todo se desmorone.
estamos con los
ojos en la disolución de los gérmenes que polucionan.
con los gérmenes
disolutos de los nombres
que vierten y
conmueven a los seres indisolubles.
la lama no es
vertical, sino que se extiende. construir hacia delante es cercar el territorio
que no e recorre.
yo diría algo entre
las nubes que resuene. diría “hábitos” y
“copular” y corrientes. diría con los
dedos “alcanzo lo que hierve y toco levemente lo que es leve”.
quiero ver el orden
que cerca la formas que se disuelven. quiero
convertir en el ojo la disolución sin término. quiero hervir con las
partículas tiernas que bailan. quiero hendir con mi mano disoluta la partícula
ilusionada. quiero abrir los senderos de las piernas o el brazo que se aferra. quiero recorrer
vertebral la cuesta empinada que te encumbra.
quiero verter mis
líquidos sobre tu espalda húmeda del liquen y de las hierbas. Quiero
convertir la hierba en la sangre de las
venas, y convertir las venas en la letra de un alquimista. convertir sin formas
lo informe en la vida. Un que no se manifiesta.”
(Eva Yarnoz, Cauces
del que teje, paginas 12-13)
No hay comentarios:
Publicar un comentario