(Microrrelatos
y cuentos breves)
Aminta Buenaño
Editorial Hispamer, Managua,
2017, 260 páginas.
Una generosa cosecha de más de un centenar y medio de microrrelatos y
cuentos breves le da forma y contenido a este nuevo libro de la escritora,
comunicadora y activista social Aminta Buenaño (Santa Lucía, Guayas, Ecuador),
cuyo primer oficio fue y es la literatura, a la que llegó, como ya señalé hace
años, no desde la política o la diplomacia, sino al revés. Doy por hecho que
para la autora ecuatoriana la escritura, sobre todo de los textos de la
microficción, supuso un verdadero reto, pues lo suyo, al menos hasta ahora, han
sido los cuentos largos o de mediana extensión y la novela. No es fácil interesar
y llegar a emocionar o al menos sorprender empleando los mínimos recursos. E
incluso en los cuentos breves que jalonan el libro de Aminta Buenaño y que no
suelen superar la página y media, la gramática del relato es semejante. Todos
ellos, los hiperbreves y los breves se juegan la vida, como opina el escritor
argentino Andrés Neuman, en las primeras palabras, ya en el título diría yo. En
las últimas, la resurrección o el naufragio.
Como
tantos otros y otras, Aminta Buenaño es consciente de que esta época
hiperdigital y fragmentaria en la que vivimos, se persigue la concisión, la
brevedad, la economía del lenguaje. Y ese lema o imperativo procura la autora
traducirlo en los textos de este libro. Y a fe que la escritora domina la
gramática del microrrelato. Gracias a ese dominio, el lector obtiene el regalo
de la recompensa inmediata. Títulos no demasiado explícitos y que sin embargo
ejercen eficazmente su función orientadora; economía lingüística -lo contrario
sería vulnerar el arte de la minificción o irse por las ramas-; núcleos
diegéticos explícitos o implícitos altamente condensados que suscitan en el
lector la sorpresa, la sonrisa o incluso el deseo de elaborar la propia
historia. Son textos, los de Aminta Buenaño, que en su fugacidad, sugieren, no
cuentan. De este modo, es el lector el
que alcanza el éxtasis por sí mismo. Juego con el doble sentido de
algunas palabras. Varios de los microcuentos de este libro se sirven de este
recurso (“Más…turbación”, “Penetración”, “Toilette”, “Desnudo”, “El triángulo”
o “La esposa infiel”, entre otros).
Aminta
Buenaño hace uso además de la elipsis, porque este subgénero, si por algo se
caracteriza, es por no obviar las cosas. Son microrrelatos, pero no palabras
vacías e inanes; cuentan una historia, narran algo, están más allá del aforismo
o de la simple ocurrencia. Escritos con palabras justas y necesarias, de modo
que el lector los pueda ver casi como fórmulas matemáticas. Y con finales que
es donde el lector debe recibir el cachete narrativo, la sorpresa que le hará
reír o reflexionar. Me permito echar mano de una de las primeras minificciones
de esta antología porque es una muestra paradigmática de lo dicho: “Penetración. Se agitaba ansioso cerca de ella, atraído por el latir de su carne.La
recorría. Montaba sobre los vellos dorados de su piel. La exploraba buscando la
zona más íntima y vulnerable para penetrarla, pero ella resuelta lo impidió. De
un solo manotazo mató al tenaz mosquito que la molestaba” (página 19).
Sobran mis palabras, el breve texto lo dice todo.
La
arquitectura compositiva de de los cuentos breves es similar, excepto, claro
está, en la brevedad y concisión. Todos ellos cuentan historias, decenas de
historias creíbles, sin que necesariamente sean del todo coherentes. Uno de los
privilegios de la ficción es la libertad
para no imitar a la realidad al pie de la letra. Si algo distingue a la
narrativa breve es la existencia de una situación narrativa única, formulada en
un espacio imaginario y en un decurso temporal, si bien algunos de sus
elementos pueden estar sugeridos al margen de la lógica clásica. Y desde este
punto de vista es preciso reconocer que los cuentos breves que nos brinda
Aminta Buenaño, nos sugieren historias, muchas de ellas extraíbles de la vida
real, del fermento psíquico de la propia vivencia personal. Otras de la
historia, de aquel Quito colonial en el que Manuela Cañizares se pelea con la
miseria, contra el yugo español y, tras surgir como una diosa, “en jarras y
resuelta”, arenga a los patriotas.
No
resulta fácil aquilatar con exactitud la riqueza temática de estos cuentos y
minicuentos, a pesar de que la autora los clasifica en ocho grandes secciones,
algunas con títulos tan llamativos como “Historias de amores y desamores” o
“Eva después del paraíso”. Además, algunos núcleos temáticos como el erotismo,
la sensualidad o la violencia son transversales y se hallan presentes en más de
un apartado. Esa es la razón por la que me centraré, sobre todo, en los
enfoques y puntos de vista que la escritora deja translucir en sus textos.
En muchos
de ellos se nos invita a reconciliarnos -si eso hiciera falta-, habitar y
disfrutar del erotismo. Un erotismo y una sensualidad que la escritora aborda
generalmente de forma sutil, metaforizada alguna vez, sin adormecer por ello la
lujuria, sin artificiosos eufemismo que nos roben las palabras más expresivas y
castizas que todos conocemos. Y al mismo tiempo, sin caer en la chabacanería.
Los cuerpos, tanto los masculinos como los femeninos, aparecen como objetos de
deseo. También los de esas mujeres en cuyos cuerpos se deja percibir la
“carnicería del tiempo” (página 26), pero que siguen siendo apetecibles y ellas
mismas siguen deseando. No hay edades para las pulsiones eróticas. Las viven,
sin duda alguna, las mujeres de mediana edad, esas adolescentes de cincuenta o
sesenta años, como se ha expresado la autora. El deseo, la tensión amorosa,
ciertas miradas, estremecimientos, éxtasis… viven o reviven con las lecturas de
estos textos.
Si existe
un posicionamiento inequívoco de Aminta Buenaño es contra la pandemia de la
violencia de género. Ni siquiera es preciso declararse feminista, como se nos
dice en uno de los microcuentos que hizo Eva al ser expulsada del paraíso, para
rechazar tajantemente la violencia
contra las mujeres. Es suficiente con aceptar la humanidad que nos
define para conmovernos con las “traiciones indigestas”, con las derrotas
consentidas o no que han sido y siguen siendo las vidas de tantas mujeres,
vencidas por la violencia, el miedo o la cobardía. Mas si hay un relato que
resume la historia milenaria de agravios y ultrajes contra las mujeres es
“Historia no oficial de la vagina”. La vagina que chorrea sangre no menstrual,
sino la del golpe, la humillación, el vasallaje. Ese relato es en su conjunto
una “metonimia” elocuente de la dominación golpeadora de la clase de los machos
sobre la de las hembras. Centurias de imperio patriarcal y sometimiento
femenino están recapituladas y se hacen visibles en este microrrelato y en
muchos otros como “Fragilidad”, “Defensa personal”, “Migrante quiere pasar la
frontera”, “Celópata”. Y tantos otros.
Otros de
los enfoques que focaliza la escritura de Aminta Buenaño son la soledad, la
traición, el miedo, la vejez, la enfermedad, la muerte presentida o temida, los
amores obsesivos, esas mujeres diferentes pero valientes y libres,
aproximaciones al mundo de los animales, el sencillo secreto del hombre más feo
del mundo o las imperecederas ganas de amar y ser amados o amadas y que
tantas veces nos hacen sufrir.
Y con
este talante, hasta la página final, entreteniéndonos también con realidades
cotidianas, en su proteica variedad, que igualmente forman parte de la vida.
Destilando realismo, pero también humor, ironía, ingrávidas y agudas
ocurrencias, juegos de palabras. Manjares de fantasía escritos con
personalísimo acento, capaces de producirnos escalofríos, furias o deleites.
Una prosa enramada en los primores de la fantasía sirve de apropiado atavío a
esta amplia colactánea de relatos muy
narrativos, pese a su brevedad, y cuya lectura será sin duda una experiencia
inolvidable.
Aminta Buenaño |
Fragmentos
Historia no oficial de la vagina
“Era una vagina que chorreaba sangre, pero no era la sangre ritual, cíclica
y animal de la menstruación. Era la vagina del golpe, de la agresión, del
vasallaje de los miles de años en los que el guerrero depredador tomaba su botín y humillaba al poblado. Era
la vagina los millones de mujeres sepultadas en la nada en donde nunca
alcanzaron a tener voz y solo eran vagina. Era una vagina chorreante de un
crimen normalizado que no escandalizaba a nadie. Era la vagina. Y entonces esa
vagina chorreante fue escribiendo, cantando, peleando y fue haciéndose persona
por cuenta propia y ahora hay muchos y muchas que reclaman que mejor era,
cuando era solo una vagina.”
…..
Eva después del paraíso
“Cuando Eva fue expulsada del paraíso, en lugar de lamentarse por la
terrible pérdida tuvo la revelación súbita de que lo inesperado llegaba como
una lluvia de estrellas en su vida. De una existencia sosa y aburrida en el
jardín del Edén a una vida trepidante, llena de incertidumbres y emociones; en
donde iría dibujando cada uno de sus pensamientos, conquistando cada uno de los
escalones, dejando de ser la costilla para llegar al todo. Mientras Adán,
compungido y temeroso, reclamaba a Yahvé
y la acusaba con infantiles gimoteos, Eva en un rapto de felicidad, se
declaraba feminista.”
…..
El triángulo
“Todo
funcionaba maravillosamente entre nosotros tres, hasta que se fue ella y
apareció la costumbre…”
…..
“Manuela Cañizares surgió como una diosa indignada, sin pensarlo más, en
jarras y resuelta, les arrojó aquella parrafada de fuego que sería el
combustible de la epopeya que vendría después: «¡Cobardes… hombres nacidos para
la servidumbre!, ¿de qué tenéis miedo…? ¡No hay tiempo que perder…!». Desde
aquel día esa ola de fuego que despertó su palabra fue creciendo por toda
América, incendiando valles y montañas, riscos y quebradas, liberando; mientras
Manuela, acusada de puta, delincuente, incendiaria; perseguida con sentencia de
muerte por las fuerzas realistas, se escondió en un valle cálido para morir sin
siquiera vislumbrar aquel instante de arrojo que había eternizado; convencida
de que su vida había sido solo humo, niebla o vergüenza como era la costumbre
de las mujeres audaces de su tiempo…”
(Aminta Buenaño, Con (textos) fugaces, páginas 61, 67, 123, 193)
Muy interesante ...
ResponderEliminarMuchas gracias
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