sábado, 12 de octubre de 2019

MÁS QUE UNA NOVELA DE AVENTURAS


Los kowa
Xavier Queipo
Traducción de María del Carmen Alonso Seisdedos
Mar Maior, Vigo, 2017, 208 páginas


   

   “¿Cómo poder imaginar entonces a que determinada región de los primeros siglos pueden conducir los pies de un hombre libre en el camino de la soledad, de la soledad extrema?”. No son palabras del autor de Los kowa, sino de J. Conrad extraídas de El corazón de la oscuridad, un autor y un libro a los que tanto nos recuerda la novela de Xavier Queipo, con la que obtuvo, en su versión original gallega, el Premio Blanco Amor 2015. Porque una gran parte de Los kowa nos sumergen en una historia constante de soledad extrema y en un combate de antagonistas. La novela es ciertamente una celebración de la aventura -mucho más como veremos más adelante-, que recalca en su trama los viajes, el misterio, el riesgo en ambientes desconocidos y nos pocos descubrimientos existenciales que antes no se tenían, como le aconteció a Marlow en el corazón de la oscuridad africana; o a Odiseo en los diez años de aventuras por los mares e islas mediterráneas, antes de regresar a Ítaca. Con sobrada razón afirma Xavier Quipo que la aventura se encuentra en el ojo del que mira…en la capacidad de expansión del propio universo.
   El inicio narrativo de Los kowa es Europa, para trasladarse acto seguido a la selva que sirve de frontera entre Brasil, Colombia y Perú. Hasta allí se desplaza una expedición de la que forma parte el protagonista, para estudiar la fauna invertebrada y la flora vascular de la Amazonía. Capturados sus compañeros por hombres armados, el protagonista queda solo en la selva, condenado a salir de la misma por sus propios medios. En una espiral de desolación y demencia, se desplaza río abajo con la esperanza de encontrar indios. Y de este modo da comienzo una asombrosa aventura equinocial, repleta de peripecias, incógnitas y descubrimientos.
   Un periplo por la selva, con un correlato de los hechos, que la voz narrativa nos traslada en primera persona desde dentro de la historia. Río abajo, en una selva, en la búsqueda de gente, combatiendo el miedo y viajando en la canoa solo por la noche. En el desarrollo de la trama es interesante el encuentro con un seringueiro, una brecha abierta a la esperanza. Y sobre todo el encuentro con los kowa, indios pacíficos, poseedores de una cosmogonía propia: hombres y mujeres separados en la vida diaria, y en convivencia un único día, cada tres lunas, en una gran fiesta seguida de una  ceremonia alucinógena y de una frenesí sexual. Es la celebración carnal de los sentidos entre aguas sulfurosas, en la que también participa el protagonista.
   Retornando al corazón de la novela, subrayo que Los kowa es una novela de aventuras, una magnífica celebración de la aventura, pero catalogarla únicamente como tal, significaría simplificar el incuestionable valor de esta pieza literaria. Como en los viajes de Conrad, lo que hallará el lector no son solamente distintos viajes entre los peligros de la naturaleza, sino el enfrentamiento interior del hombre con su destino, engullido por la selva en una constante historia de soledad.
    

                                               
Xavier Queipo



Así pues, una marcha interior de la que forman parte profundas reflexiones sobre el juego de equilibrios entrópicos, la espiral de la evolución no lineal, la defensa de las tribus indígenas, las críticas del eurocencrismo o blancocentrismo, la diatriba de las visiones sesgadas de un occidental que mide y evalúa la realidad por sus exclusivos parámetros. El autor logra  articular un relato en el que el substrato científico y ético no obstaculiza sino que potencia el aliento narrativo, intenso  y desafiante, navegando río abajo desde las fuentes del Amazonas.
   Sin renunciar a la arquitectura canónica del subgénero de la novela de aventuras (salida-viaje-retorno), Xavier Queipo logra articular un relato repleto de intensidad, en el que los componentes científicos y el substrato ético no obstruyen el aliento narrativo, intenso y desasosegante. Con un estilo de prosa en el que predomina una tonalidad que se mece entre un audible murmullo de fondo y una tensión angustiante. En resumen una buena novela para añadir al macrotexto narrativo de Xavier Queipo.

Francisco Martínez Bouzas

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