Graham Greene
Traducción de Eduardo Jordá
Epílogo de Mario Vargas Llosa
Libros del Asteroide, Barcelona, 2019, 311 páginas.
Graham Greene (1904-1991) es autor de una
amplia y variada gama de obras que él
mismo clasificó, consciente de que en su producción literaria están las novelas
propiamente dichas y aquellos otros textos que solamente son “entertainments”.
Pero también en las novelas de mayor calado, la buena calidad estilística, la
organización dramática de la trama y la intensidad de los interrogantes morales
no llegan a aparecer en todas por igual. Se suelen destacar tres novelas en las
que el análisis religioso y ético cobra mayores pretensiones: El poder y la gloria (1940), El revés de la trama (The Heart of Matter) de 1948 y El final del affare (The End of Affair) de 1941, entendiendo Affair en el sentido de enredo amoroso
que precede a una curioso conversión: una mujer que teme que su amante
adúltero, como ella, haya muerto en un bombardeo de Londres, promete a Dios, en
quien probablemente no cree, renunciar al amor de ese hombre si ha salido con
vida.
Así sucede y en las hojas de su diario
empieza a tomar cuerpo la presencia del “Otro”, el Dios posible, rival temible
para una amante mortal.
El argumento contiene pues una inequívoca
historia de adulterio ambientada en Londres durante la Segunda Guerra Mundial.
La novela presenta a Maurice Bendrix, un escritor de cierto éxito que conoce a
Sarah Miles, esposa de un vecino, Henry Miles, un funcionario entregado de
forma obsesiva a su trabajo. Pronto sobreviene la pasión amorosa entre los dos
y viven una fuerte experiencia erótico-amorosa en el Londres de la inmediata
postguerra. La relación está marcada por los celos de Bendrix y los
sentimientos de culpa que siente Sarah, ya entonces de fuertes creencias
católicas. Ambos saben que el enredo amoroso que les une no puede tener un
final feliz.
Dos años después de esta aventura adúltera,
Bendrix se reencuentra con Henry, el marido de Sarah, que le confiesa su
preocupación, ya que sospecha que su mujer tiene un amante. Entonces, ante la
indecisión del marido, Bendrix contrata a un detective que le traslada el
resultado de sus investigaciones. Y aquí se demuestra que las apariencias
muchas veces son engañosas. Bendrix logra contactar de nuevo con Sarah y
descubre lo que está ocurriendo, especialmente cuando el detective logra leer
el diario íntimo de Sarah que se reproduce en la novela.
A través de sus páginas, el autor nos
permite conocer el conflicto religioso que desequilibró a Sarah en su momento,
hasta el punto de llevarla a prometer a un Dios en el que apenas creía,
renunciar a su relación adúltera si su amante Bendrix había escapado de la
muerte en el bombardeo. El “Otro”, el Dios posible, se convierte así en un
rival invencible para una amante mortal.
En la novela, oportunamente rescatada por
Libros del Asteroide, con traducción de Eduardo Jordá y un epílogo que admite
muchos interrogantes de Mario Vargas Llosa, caben varias lecturas: la más fácil
y superficial: la narración de un adulterio en medio de la Guerra, que influyó
sin duda en el nivel moral de las consciencias de la gente. Y otra más
profunda, que atañe sobre todo a la culpa y a los que esta lleva consigo: ¿es
lícito y razonable romper las normas morales, cuando uno cree en ellas, ante el
empuje de la pasión amorosa? Estos interrogantes anidan en la mente de Sarah
que es sin duda el personaje más logrado de la novela. También el más
torturado. Y en esas interpelaciones a la propia conciencia reside lo mejor de
la novela: la forma atormentada en la que Graham Greene es capaz de
transmitirnos los sufrimientos y las esperanzas de los protagonistas.
En esta novela, el autor renuncia a la
linealidad cronológica. El autor se sirve de analépisis, de escenas
retrospectivas y de corrientes del pensamiento que quizás de una forma caótica
discurren por la mente consciente de los protagonistas (flujos de conciencia).
Todo ello, junto con ciertos pasajes del
diario de la protagonista femenina, dotan al relato de un ritmo acelerado. En
la novela, como ya quedó apuntado al menos indirectamente, tiene gran
importancia el componente religioso. El gran mérito de este libro es la acuidad
de su autor para narrar historias, y su destreza para hacer visibles los
sentimientos y sufrimientos humanos, especialmente los interiores. Es el estilo
de Graham Greene, su personalidad que se hace visible a través de diálogos
concisos, descripciones acertadas, y el cambio de voz narrativa que hallamos en
el último tercio de la novela. Cambia la voz que narra la historia,
ofreciéndonos una perspectiva distinta de los mismos hechos y enriqueciendo la
historia.
Francisco
Martínez Bouzas
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