martes, 13 de junio de 2017

¿DE DÓNDE ESTA MANÍA DE SER PÁJARO?: UN POEMARIO DIVIDENDO



¿De dónde esta manía de ser pájaro?
Cristina Requejo
Prólogo de Juan Carlos Mestre
Ediciones Enkuadres, Alzira (Valencia), 2017, 74 páginas.

   Hay prólogos que, por su categoría autorial o por su contenido, son un aval y un anticipo del convite que nos aguarda con la lectura del texto prologado. Uno de ellos es el de este poemario en el que Juan Carlos Mestre nos invita a emprender el vuelo con los poemas de Cristina Requejo, porque cuando el Premio Nacional de Poesía 2009, accede a introducir un poemario, con palabras brillantes o inteligentemente desquiciadas en un torrente de metáforas, la calidad de versos, estrofas y poemas que les siguen está garantizada. Podemos tener entonces la seguridad de que nos esperan “voces en plenitud de vida” (página 8).
   Como ya escribí en otro momento, publicar nunca fue una urgencia para Cristina Requejo. El concurso de un periódico madrileño, un juego más que otra cosa, despertó y azuzó sus inquietudes poéticas, y la voz lírica reventó como si estuviese poseída. Fue así como sintió la necesidad de jalonar sus jornadas con poemas, algunos de ellos recogidos en las páginas de este libro. Un breve retablo vital compuesto por cincuenta poemas y estructurado en dos grandes secciones que han dado lugar a su primer libro en solitario.
   Digo retablo vital porque, de alguna manera, A Cristina Requejo la poesía le ayudó y le sigue ayudando a salvar la vida. Por eso este poemario es un dividendo. Son palabras de la autora. A la vida, incluso cuando nos llega como un desaire y se transforma en problemas serios, le podemos demandar no un alienante consuelo sino la justa recompensa cosechada con nuestros sudores. De ahí nace este libro: poemas escritos para retratar el yo después de una herida. Aunque no todos: muchos de ellos habían sido escritos con anterioridad para ser archivados en una carpeta. Mas otros surgen como un impulso frenético, poseída la autora, no por inexistentes musas, sino por la necesidad de vivir y por la imposibilidad de estar alejada de la escritura. Y así volar.
   Desde el título, el libro presenta una gran carga significativa: el vuelo de los pájaros como metáfora basada en la utopía de la “necesidad expansiva” de hacer y deshacer, de elevar las alas.
   ¿De dónde esta manía de ser pájaro? es un poemario de la experiencia. La voz poética que en sus versos descarga sus pensamientos y sobre todo sus emociones, no inventa nada. “No hay ficción” -palabras de la autora- en los poemas de Cristina Requejo. Son poemas-verdad, sustentados en historias propias o apropiadas de los seres cercanos y que, en buena medida, definen lo más auténtico de lo vivido. De ahí el frecuente empleo de la primera persona. También de la segunda: un tú casi siempre interpelado. Cristina Requejo mira hacia sí misma y hacia el contorno de seres que han acompañado su vivir con alegrías y lágrimas. Retrospecciones de toda una vida gracias al poder de la memoria. La poeta traduce pues la experiencia vital, las cristalizaciones emocionales de su existencia en la revelación del poema. Lírica descriptiva, no de geografías externas, sino de los senderos más íntimos del ser. Poesía, por consiguiente, mimética con relación, sobre todo, a la propia realidad interior.
   Intimismo que se despliega por igual en las dos partes del poemario. Las dos comparten la misma tonalidad. El recuerdo de un octubre concentrado el yo poético en el minúsculo universo de un jersey, aceptando lo que se desvanece, estrenando alas para así renacer. La celebración de la sensorialidad, de la carnalidad que se rebela, que se niega a ser injerto; es árbol que rechaza ser apresado, dispuesto a vivir quizás en las afueras, mas lejos de quimeras, aunque recordando la sensualidad de las madrugadas. Negándose desde el epicentro de sus ganas a celebrar más funerales.
   La experiencia del yo que se despliega y reitera en muchos poemas y de la que no podía faltar la tópica amatoria, no siempre gozosa. El amor en ese enfrentamiento dialéctico entre su presencia o su ruptura. Lo positivo y lo negativo. Cuando es experiencia vivida, cuestión de fe o alejamiento. Así la voz poética recuerda el amor que regresa, celebra el amor saboreado en cada orgasmo o sabiendo que son otros los ombligos en los que se derrama el semen, pero que sigue siempre vivo en la fragilidad de la memoria, aunque solamente sea como cicatriz.
   La tonalidad versal de los poemas de Cristina Requejo es bastante uniforme: un componente melódico intenso en general, mas sin descoyuntarse como un tsunami. Con poemas en los que la voz poética se transforma en suave sinfonía, en recuerdo melancólico.
   Carmínica es sin duda la actitud que prevalece en la mayoría de los poemas. La actitud más plenamente lírica en la que la expresión de los sentimientos predomina de forma casi absoluta, modulada a veces con un talante apelativo o apostrófico: la poeta reta, interroga o dirige la palabra al objeto lírico, a un tú del que no se esperan respuestas.
   Transitan los versos de Cristina Requejo por un territorio lingüístico generalmente sencillo. A veces, sin embargo brillante, preñado de originales metáforas, si bien alejadas siempre de la retórica y de la grandilocuencia. Un poemario que persigue ante todo la claridad expresiva y la comunicación, primero con el propio yo y después con los potenciales lectores. Pero, en la luminosidad de su desnudez, los poemas de ¿De dónde esta manía de ser pájaro? tienen mucho de ceremonial de conjuro, un conjuro especialmente contra el tiempo.
   Son estas algunas de las claves para internarse en este primer libro en solitario de una poeta que lo escribió y vivió como el gran rédito que le otorgó la vida, conjurándose contra las inconsistencias de las obras primerizas.

Francisco Martínez Bouzas

                                           
                                               
Cristina Requejo


Selección de poemas

MONÓLOGO DE LA PIEL

“Como el agua que fecunda la tierra,
tus palabras penetran en mis poros,
haciendo, como la luz,
visible lo invisible.
Sucede así,
como una caricia que,
sin requisitos
atraviesa mis fronteras.”
(Página 21)

…..

COMO UN FANTASMA, HUBO

“Hay tantas cosas que son parte de ti
y surgen cuando vuelves,
la risa de la lluvia y lo aprendido
en la insurrección del tacto,
la alegría de arrancarnos las plumas
una a una, y no volar atrás,
allá donde el pasado pierde forma y memoria.
Me giro, cierro los ojos,
me tapo los oídos y destierro mi alma
(todo es mentira, me digo)
Pero hubo un tiempo
en que el amor
eyaculaba cada día en nuestras bocas,
y no necesitábamos volar.
Lo recuerdo, hubo un tiempo,
y a veces renace en la memoria de mis huesos”
(Página 24)

…..

SACRIFICIO

“Sometí mi cuerpo
al temblor de la carne,
cuando la noche
nada podía ofrecerme.
El misterio eras tú
con tus glaciares
excavando en mi sangre.
¿Comprendes ahora
por qué a veces
añoro los grilletes.”
(Página31)

…..

Y ASÍ SABERTE

“Saberte como palabra,
como tacto, como destino
al que mi cuerpo emigra
en este invierno demacrado.
Saberte cerca,
en cada orgasmo,
en el error y en la certeza,
o en la inocencia de quien ama
y no se reconoce en el pecado
(¿recuerdas aquellos pájaros azules?)
Saberte amándome
a través de otros cuerpos,
en el calor fingido de otras manos,
en la distancia que no impide el fervor,
ni el verso o la lujuria
(saberte a tientas,
ahí,
sabiéndome)”
(Página 35)

…..

VACÍO

“Saberte en otro ombligo
derramando su semen
mientras otras te nombran,
abiertas e inconclusas.
Co un leguaje sin materia,
semejante a mí misma,
pactar un infinito en cada vértice
de todo lo incumplido.
Ignorar esa humedad del hambre
y el vaho que produce en mis espejos,
como si la renuncia me mantuviera a salvo
de ti y de la hipotermia
               (y esconder el vacío que siempre me delata,
                como si nada hubiera sido)”
(Página 39)

…..

AQUEL AMOR GUARDADO

“Yo te amaba en secreto,
sin caricias ni más piel
que la que dibujaba con mis dedos,
desde el umbral de un presente perplejo.
Irremediablemente, te amaba
e inventaba emboscadas
que espolearon mi quietud,
indemne en la seguridad de la distancia.
Te busqué a la deriva,
siempre oculta,
prendida mi piel de un vértigo
que se concentraba en la trayectoria
de seis palomas y su vuelo.”
(Página 53)

3 comentarios:

  1. Excelente crítica para una poeta inteligente, sensible y luminosa.

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  2. Muchas gracias, Lu, por tus palabras. Hice lo que pude para que mis palabras reflejaran la esencia (o parte de ella) del poemario de Cristina Requejo, una poeta merecedora de esos calificativos que tú empleas.

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  3. Cristina lo merece y tus palabras son acertadísimas. Un gusto contarte como amigo.

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