martes, 26 de septiembre de 2017

DOS NUEVAS JOYAS LITERARIAS DE EDITORIAL MINÚSCULA

La barcelonesa Editorial Minúscula nació hace dieciocho años, en 1999, aunque su primera publicación apareció en el año 2000.Minúscula es uno de los sellos editoriales independientes que han enriquecido el escenario cultural frente a la voracidad de los megagrupos, a las tiranías del ultracapitalismo también en el negocio de los libros. Creada y dirigida por Valeria Bergalli, inició su catálogo centrándose en la literatura del siglo XX, especialmente en la narrativa de tradición germánica e italiana. Y con el firme propósito de editar determinados libros con pasión, entusiasmo y curiosidad intelectual.
   Los primeros autores editados por Minúscula fueron Marisa Madieri, Josph Roth, Klaus Mann e Irmgard Keun. Formaron parte de un catálogo que se irá ampliando, con el paso de los años, con libros de otros ambientes geográficos y temporales. Verde agua de Marisa Madieri, con posfacio de Claudio Magris, explicita el interés de esta editorial independiente por el imaginario urbano y el imaginario cultural de los espacios, la cuestión de la identidad, el papel de la frontera, el exilio o el peso de la infancia.
   Tiene el mérito Valeria Bergalli de dar a conocer la faceta como cronista de Joseph Roth, puesto que en España solamente era conocido como autor de novelas. Además en Minúscula hay voluntad de no diferenciar entre géneros, entre novela, ensayo y periodismo, lo cual casa perfectamente con el momento de la narrativa actual en la que la novela se está haciendo cada vez más autoficcional, más digresiva y ensayística.
   Son seis las colecciones de Minúscula: “Alexanderplatz”, “Paisajes narrados”, “Con vuelta de hoja”, “Tour de forcé”, “Microclimes” (libros en catalán” y “Micra”. Es mi interés resaltar el acierto de esta última, una colección en la que Minúscula edita textos breves pero muy singulares; y en la que han visto luz pequeñas joyas narrativas como Jugaban con sapientes de Francisco Solano, Casa ajena de Silvio D’Arzo, El libro de los bolsillos de Gonzalo Maeir u Obra muerta de José Luis de Juan. Las últimas incorporaciones al catálogo de “Micra” son Te me moriste del escritor portugués José Luís Peixoto y Quemaduras de Dolores Prato. Sobre ellos y con una propósito meramente informativo adelanto las respectivas presentaciones editoriales, con la intención de volver, en los próximos días o semanas, con mi valoración personal.

Francisco Martínez Bouzas



Te me moriste
José Luís Peixoto
Traducción de Antonio Sáez Delgado
Editorial Minúscula, Barcelona, 2017, 57 páginas.

El libro:

«Hoy he regresado a esta tierra ahora cruel. Nuestra tierra, padre. Y todo como si continuase. Ante mí, las calles barridas, el sol ennegrecido de luz limpiando las casas, blanqueando la cal; y el tiempo entristecido, el tiempo parado, el tiempo entristecido y mucho más triste que cuando tus ojos, claros de niebla y marejada lejana fresca, devoraban esta luz ahora cruel, cuando tus ojos hablaban alto y el mundo no quería ser más que existir. Y, sin embargo, todo como si continuase. El silencio fluvial, la vida cruel por ser vida. Como en el hospital. Decía nunca te olvidaré, y hoy lo recuerdo.» Un libro extraordinario de uno de los escritores actuales más sobresalientes.

El autor:

José Luís Peixoto (Galveias, Portugal, 1974) es uno de los escritores portugueses más destacados. Su obra, que incluye tanto narrativa como poesía, ha sido traducida a más de veinte idiomas. Distinguido con numerosos premios, como el Prémio Oceanos, el Premio Libro de Europa, el Prémio da Sociedade Portuguesa de Autores y el Prémio Literario José Saramago, sus libros han sido finalistas a distintos galardones internacionales como el Femina y el Impac Dublin. En castellano han aparecido, además de Te me moriste, Nadie nos mira, Una casa en la oscuridad, Cementerio de pianos, Libro, Dentro del secreto, Galveias y En tu vientre.



Quemaduras
Dolores Prato
Traducción de César Palma
Posfaccio de Elena Frontaloni
Editorial Minúscula, Barcelona, 2017, 71 páginas.

El libro:

«Con frecuencia se mencionaban ciertas “quemaduras” [...] que el “mundo” solía causar a quien intimaba más de la cuenta con él. [...] No sé por qué, pero cuando se hablaba de las quemaduras, las miradas y las voces solían dirigirse más a mí, como si una inteligente e iluminada previsión avisara que yo estaba más expuesta que las otras a esos percances.» Intenso y deslumbrante, Quemaduras condensa el riquísimo universo poético de Dolores Prato, una escritora cuyo material primigenio fue siempre autobiográfico. Este relato no exento de ironía sobre una adolescencia pasada entre los muros de un colegio de monjas nos conduce, gracias a la poderosa mirada de Prato, a tiempos pasados en los que personas y objetos adquieren una impresionante densidad mítica.

La autora:


Dolores Prato (Roma 1892-Anzio 1983) creció en Treia, en la región italiana de las Marcas. Aquí residió hasta 1912, instruida primero por sus tíos, a quienes su madre la había confiado, y luego por las monjas salesianas. En 1918 obtuvo en Roma el título de magisterio; opuesta al fascismo, hasta 1927 enseñó letras en la escuela pública y posteriormente dio clases particulares. Una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, colabora con diferentes publicaciones, como Paese Sera, y publica dos libros,Sangiocondo (1963) y Quemaduras (1967), ambos autoeditados. En 1980, la editorial Einaudi publica una versión parcial (que ella consideraba amputada) de la novela Giù la piazza non c’è nessuno; la edición íntegra no apareció hasta 1997.

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