Bajo el rótulo El futuro de la imaginación, la barcelonesa Editorial Anagrama
puso a disposición de los lectores una de las obras menos conocidas del crítico
literario más conocido de nuestros días, Harold Bloom (Nueva York, 1930), The Future of the Imagination. El autor
de El canon occidental abre este
pequeño libro con el discurso de aceptación del “Premi Internacional Catalunya
2002”; y recoge así mismo varios capítulos monográficos en los que, sin
vocación canónica esta vez, nos brinda sus opiniones sobre un grupo
considerable de escritores clásicos o contemporáneos, Desde William Shakespeare
o Miguel de Cervantes hasta Jorge Luis
Borges o José Saramago. Ensayos, miradas e ideas ciertamente interesantes, pero
en buena medida ya expuestas en sus obras anteriores más conocidas.
Fijo pues este micro ensayo en los
interrogantes que Harold Bloom formula, en la primera parte del libro, sobre la
literatura del futuro, sobre la literatura que se verá en la obligación de
reformular y regenerar los modelos narrativos del siglo XX, acomodarlos al
actual siglo XXI y abrir nuevas rutas a
la novela en la era de internet.
Desde la cota de los setenta y dos años, la
edad que tenía cuando pronunció el discurso, Harol Bloom contempla la
literatura del siglo XX, y con satisfacción reconoce que el firmamento
ficcional no fue derruido ni en la época de T.S. Elliot, ni con la moda de los
profetas posmodernos parisinos, ni en la era de lo que él llama “los días del resentimiento”.
Pero al mismo tiempo, advierte que es preciso entender y reconocer que
cambiaron las formas literarias y que algunas se disiparon en la brumas del
tiempo. Como pasó siempre. Las novelas de Cervantes substituyeron a los libros
de caballería, por poner un ejemplo. En la era de la tecnología, en el momento
en el que miles de escritores publican en el informe y amorfo mar de internet,
Bloom sugiere como remedio regresar a la idea del genio individual, en el que
se encarna, como siempre a lo largo de la Historia, la imaginación creadora y
las formas narrativas.
Porque internet pone a nuestra disposición
todo el conocimiento pero no la sabiduría. ¿Dónde hallarla? En esos nuevos talentos
del arte de contar historias que sin duda aparecen cada día entre nosotros, capaces
de construir las narraciones elípticas del futuro. Un rechazo, un no contundente
a la literatura enciclopédica al estilo de
En busca del tiempo perdido o Finnegans
Wake, sino en un tipo de literatura sapiencial elíptica semejante a la de Lewis
Carrol. Todo esto exigirá que aprendamos a ser esos lectores elitistas que no se
sienten satisfechos con la idea de que todo vale que preside esas aguas amorfas, omnipresentes a
través de la red.
Un público lector avanzado, audaz y exigente y
la emergencia de figuras literarias en las que cristalice la genialidad. He aquí
pues los dos pilares en los Harold Bloom cimenta el futuro de la imaginación.
Francisco
Martínez Bouzas
Muy bueno ...
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