jueves, 4 de junio de 2020

NOVELA QUE ATRAPA Y ATERRA



Malaria sentimental
Xavier Queipo
Brinte Notworks, Santiago de Compostela, 2019, 186 páginas.

     


   Xavier Queipo (Santiago de Compostela, 1957) es un escritor que frecuenta todos los géneros: narrativa, poesía, literatura infantil y juvenil, ensayo e incluso ha hecho varias incursiones en performances. Sin embargo, como narrador es como ha alcanzado sus mayores éxitos. Desde Artico e outros mares (1990) hasta Os kowa (1916) es donde su pluma ha dado a luz obras importantes en la narrativa gallega como O paso do noroeste, Dragona, Extramunde o Los kowa. Piezas narrativas que suturan aventura con imperativos éticos; traducidas al español y portugués muchas de ellas y que se han hecho merecedoras de los premios más importantes de la narrativa gallega.
   Hoy revisito tras diez años Malaria sentimental, una novela que sigue siendo actual y digna de de figurar  en esta bitácora.
   Xavier Queipo escribe en varias de sus piezas al estilo de Conrad. Lo hace en Malaria sentimental con plena acuidad. El relato es una vez más una tentativa, como en el caso de O paso do noroeste, de viaje al corazón de las tinieblas o de sobrevivir entre las banquisas  heladas de los mares del norte. Un viaje al corazón de la selva camboyana con la finalidad de estudiar la flora parásita del templo de Angkor, cuando aún subsistía la resistencia guerrillera de los Khemeres Rojos, con bandas rivales en su interior.
  En Malaria sentimental la aventura se sitúa ciertamente allí donde es legítimo pensar que la podemos encontrar: en la acción. Desde esta perspectiva es una novela enteramente aventurera que se ajusta a las definiciones canónicas del género: superación de espacios y tropiezos que acosan a los protagonistas en su caminar por la selva. Y que, por la misma naturaleza de las cosas, actúan de la única forma concebible; es decir en un comportamiento lineal. Sin embargo, en contraposición con las leyes del género, no destaca en la novela de Xavier Queipo la así llamada “retórica del acto”. Las reflexiones, las consideraciones existenciales, los interrogantes éticos no pierden importancia  frente a los hechos. Son estos acertadamente el verdadero objetivo de la acción narrativa, mas no muy alejados de los hechos, y como horizonte de resonancia, la digresión ético-existencial.
   Malaria sentimental es al mismo tiempo una novela que cautiva y aterra. Engancha y seduce el lector desde la primera línea con esa llegada al trópico y con el sucederse continuo de la aventura,  con el encuentro amoroso con la sensibilidad de de Woi, con la despedida hablando del tiempo y de la nada, con el viaje en avioneta sobre los arrozales, el aterrizaje, la brevísima visión de Angkor, el asalto y el secuestro por manos guerrilleras, el viaje por la selva, la llegada al campamento, la reclusión en un pozo anegado de orines, el trabajo en el campo, la tentativa de huida y el escarmiento: los tres días y las tres noches en la tortura del parque. El calvario negro: comidos por las sanguijuelas  y trabados por las ratas. La firme voluntad de resistencia y las noches de soledad.
   Y en la mitad del infierno, el despertar del sexo entre los dos oficiantes que son números impersonales. Todos como una epifanía y un desahogo en esa frontera lábil entre el mar y el deseo, repitiendo la máxima pactada hasta el delirio: el amor solo existe en la imaginación de los hombres..
   

                                                  
Xavier Queipo
 

 Como paño de fondo el escalofrío. El estremecimiento suscitado desde el comienzo por la sensación de ahogo de una selva lujuriosa, pero terrible e inabarcable, de la que están ausentes los caminos, no así los azares. Y con el suelo siempre húmedo y resbaladizo; y uno siente que está siendo observado, que está siendo cazado, que tiene su existencia pautada. El horror, el estremecimiento delante de una realidad trágica, delante de la barbarie totalitaria de los Khmeres Rojos. Una experiencia terrorífica que se hace presente en el cuerpo del guía-amante, despellejado y laminado en la tortura.
   Un final bien poco eufórico para esta historia escrita con agilidad, con realismo y verosimilitud, sin aquellos excesos de divagaciones científicas y de distracciones intertextuales de los primeros libros del autor.
   Una historia que cuenta un viaje al corazón de la tenebrosidad, para  hallar únicamente un gran vacío y permanecer definitivamente solo. Con un interrogante removiendo nuestra conciencia: ¿Hasta cuándo André Malraux enterrado con los franceses ilustres tras haber expoliado Angkor? ¿Hasta cuándo  los museos de medio mundo construidos sobre o con las ruinas del Tercer Mundo? ¿Hasta cuándo Tercer Mundo?

Francisco Martínez Bouzas

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