Brigitte
Giraud
Traducción
de María Teresa Gallego Urrutia
Editorial
Contraseña, Zaragoza, 2019, 217 páginas.
Recibida con división de pareceres tanto por
parte de los lectores como de la crítica, Tener
un cuerpo de Brigitte Giraud cuenta en primera persona muchos aspectos de
la propia biografía de la autora, estructurándola en cinco partes que
corresponden a cinco periodos cruciales
de la vida de una mujer. Esa voz en primera persona ilumina escenarios y
secuencias. Pero, como he señalado, novela contradictoria en opinión de los
lectores -no de la mía- Una novela que no acaba de cuajar, una narradora que “a
mí por lo menos (me resultó) de lo más antipático, en opinión de la traductora.
O bien, novela extraordinaria, original y brillante tanto en su planteamiento
como en su ejecución. Un texto sobresaliente para otros lectores.
La novela se desarrolla en cinco partes que,
en buena medida, reconstruyen cinco periodos claves en la vida de una mujer: la
infancia, la adolescencia, el amor, la maternidad y finalmente el duelo. En
esas cinco etapas tenemos la oportunidad de descubrir las cicatrices en la
existencia de la voz narrativa: la fiebre de la escarlatina con la que se
inicia el relato, recibida por la paciente con dignidad que hace que se sienta
una heroína. Una heroína con las nalgas al aire que le hacen tomar conciencia
de que tiene un cuerpo que come, juega y duerme, prescindiendo de la condición
femenina. La nueva realidad del hermano no intuido en el cuerpo de la madre. Y
todos los intereses, gustos, pequeñas aventuras, dolores y emociones en la vida
de una niña.
Hasta que entra en el mundo de las mujeres,
que es el mundo de las cifras, de los ciclos. Se abre el portal de la
adolescencia: el primer beso que le sorprende pero no le desagrada; y comienza
desear que su piel atraiga a otra piel. Y se vuelve callada y soñadora. Los
primeros complejos disimulados con los maquillajes. Un cuerpo que entra
plenamente en escena, un cuerpo cada vez más expresivo que siente la llamada de
la carne. La primera experiencia sexual que apenas funcionó. Impera el silencio
y el miedo al embarazo; y el cuerpo se convierte en enemigo. Pagará la factura
con un aborto.
Pero pronto descubre el amor sin miedo y con
su chico se convierten en pareja y experimenta los sabores y sinsabores de la
vida doméstica. Pasan los años y siente que vive en una repetición infinita de
amaneceres y ocasos. Descubre las cremas que son “antiedad”. Pero también
reajusta sus ideas sobre la maternidad y empieza la cuenta atrás para ser
“vosotros” y sentirse feliz de que su cuerpo esté “habitado” por otro cuerpo.
Aprende a ser madre, sin miedo de ser
brusca, con el inicio de las noches en blanco. Pendiente, alerta. Y descubre
que el padre siente que tiene un hijo, algo que la deja pasmada. El relato
acompaña desde la mirada de la madre, quizás con excesivos detalles, el
crecimiento del hijo.
Finalmente el duelo: la muerte del chico, un
cuerpo amado que desaparece. Pero ella, en su aturdimiento, sigue impermeable a
cualquier sensación. Y vuelve a ser una sola persona, aunque su cuerpo necesita
algo que prolongue a su pareja para no sentirse tan vacía, tan vulnerable, tan
sola, sin ningún proyecto. Todo en su cuerpo parece en perfecto estado pero algún
día estallará. Hasta que acepta inventarle a
cada día una razón de ser, “no dejar que gane la partida el vacío.”
Tener
un cuerpo es una suma de cuerpos de la misma persona, retenidos en la
memoria, y que corresponden a distintas etapas vitales. La autora exprime sin
piedad esos periodos vitales. Y lo hace con buena tonalidad y gradación
literarias; en forma plástica algunas veces. Simbólica en muchas otras. Con
multitud de temas tocados o analizados que brotan en cada momento de la etapa
vital que describe. Plasmando en la novela la escritura de su propio cuerpo,
interpreta la violencia que se ejerce contra los cuerpos femeninos, violencia
ejercida en no pocas ocasiones por las propias mujeres.
Novela fragmentaria, hecha de retazos, con
un buen empleo de las elipsis. Retrato pues de una vida en sus diferentes etapas,
contada desde la conciencia del propio cuerpo y que sin duda mueve a la empatía
con la protagonista.
Francisco Martínez
Bouzas
Un libro muy interesante según tu descripción. Gracias, esperaré más información tuya.
ResponderEliminarSaludos sitio web Rabato