Nicolas
Mathieu
Traducción de Amaya García Gallego
Alianza
Editorial, Madrid, 2019, 456 páginas.
El protagonista de esta novela de Nicolas
Mathieu, Leurs enfants après eux, ganadora
hace dos años del Premio Goncourt es un verdadero antihéroe. La novele arranca
en el verano de 1992, con Anthony que acaba de cumplir catorce años. Es vulgar
en todos los sentidos, vive una vida artificial y parece condenado a un mundo
sin salida, con un futuro lleno de nubarrones como el de su padre, una víctima
más de la desindustralización de la región de Lorena. Novela de formación,
espejo de una juventud que pendula entre
el deseo sexual -desea ir a una playa
nudista y está loco por una chica- y la frustración de una existencia sin
norte, porque las desigualdades sociales lastran cualquier posible futuro de la
juventud.
Por eso, a la par que novela de iniciación, Sus hijos después de ellos es un fresco
sociológico de la decadencia industrial de la Francia de la periferia. Seres
desmotivados como Anthony que solamente
piensan en hallar en el incierto amor de Steph, una joven de la burguesía
provinciana y que a la vez lo desprecia y lo busca, la estrella polar de su
vida. En esa existencia desmotivada, a Anthony le queda el refugio de las
motos, las peleas, el instinto sexual y el alcohol.
La trama novelesca se desarrolla en el valle
ficticio de de Heillange en el noreste de Francia, en plena Lorena, castigada
por la desindustralización, con paro creciente y ausencia de perspectivas.
Transcurre en cuatro veranos de los años noventa. Sus principales
protagonistas, no obstante ser una novela coral, son Anthony que inicia la
historia con catorce años y la termina con 20; el joven Hacine, hijo de
marroquí nacido en Francia, y la
joven Stéphanie - Steph- , el
objeto del deseo de Anthony. Todos jóvenes ya que ese es el punto de vista del
autor: retratar a los jóvenes que se ahogan en el claustrofóbico valle, con un
futuro cada día más negro para ellos. Igual que lo fue y los es para sus
padres.
En agosto de 1992, Anthony tiene catorce
años y está tan aburrido que acaba robando una canoa para poder curiosear en
una playa nudista cercana. Pasarán cuatro veranos, cuatro momentos hasta el
mundial de futbol de 1998. Y en ese intervalo, el autor relata unas vidas que
transcurren sin pausa en la Francia de los hombres que se consumen en el tajo y
las mujeres enamoradas que se marchitan a los veinte años.
Anthony, a sus catorce años, crece a la
sombra de la crisis conyugal de sus progenitores debida al paro del padre y al
alcoholismo y a la frustración de la madre que ha vendido su belleza a la falsa
promesa de una periferia que no la compensa. Hacine, adolescente que descuenta
en su conducta la integración no alcanzada por su padre emigrante; y Steph,
belleza viciada, objeto de pasiones y caprichos que dificultan la definición de
su identidad. Entre ellos, como en cualquier época adolescente, sus encuentros
se suceden bajo el signo de sentimientos exacerbados: el amor, la atracción
sexual, el rencor, el rechazo, incluso la violencia.
Y como telón de fondo, un escenario privado
de cualquier atisbo de romanticismo, y repleto de criminalidad y de crisis:
fábricas cerradas, droga cada día más
difícil de hallar, peleas… Un paisaje árido incapaz de dar cabida a cualquier
forma de afecto, descargando brutalmente sobre estos jóvenes y trazando la
senda de sus destinos inapelables. Destinos anunciados que generan el deseo de
fuga mientras la edad adulta se acerca de forma inexorable.
Sus
hijos después de ellos recalca la idea de que la sociedad es una máquina de
perpetuación. Una cadena fatalística que el autor pone hábilmente de relieve.
Solamente algunos son capaces de huir de los confines sofocantes de la región.
La mayoría, sin embargo, permanece bajo la capa asfixiante de una condena común
y generalizada.
En el diseño de la delicadeza de estas relaciones,
nacidas en el tormento de la pasión amorosa, reside la fuerza de esta novela de
formación. Además Nicolas Mathieu es capar de insertar los elementos fundamentales
de la crisis económico-social, los conflictos de pareja, en los ojos de los adolescentes.
No se olvida de aquel escenario desolado
en el que tres adolescentes se hallan desorientados. Por eso, a la par que novela
de iniciación, el texto de Mathieu es un fresco sociológico de la Francia de la
periferia, escrito con lenguaje sumamente plástico, revestido de la oralidad, sin
omitir el relato de las escenas de un sexo
crudo, descarnado. Sincero en algunas ocasiones.
Francisco Martínez
Bouzas
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