Un testamento español
Arthur Koestler
Tradución de José Erezuma
Amarando Editores, Madrid, 275 páginas
(LIBROS DE FONDO)
Una pequeña empresa editora, Amaranto
Editores, hizo posible hace unos años que los lectores españoles puedan conocer
un testimonio imprescindible acerca de la Guerra Civil española. Y una pieza
literaria en sí misma, que de forma rotunda y repulsiva cumple el “dictum” de
Walter Benjamin: no existe obra de arte que no sea a su vez un documento de la
barbarie.
Me estoy a referir al libro de Arthur
Koestler, publicado en 1937 en inglés con el título A Spanish Testament y en 1966 bajo el rótulo Dialogue with death. Existe una trágica colección de obras
literarias de autores extranjeras basadas por entero en la Guerra de España: La esperanza de A. Malraux, Homenaje a Cataluña de G. Orwell, Los grandes cementerios bajo la luna de
Georges Bernanos y Por quién doblan las campanas de Hemingway. El relevante testimonio
que ofrece Koestler para la comprensión de aquellos acontecimientos dramáticos
pero históricos, es merecedor así mismo de figurar en esa biblioteca de
referencias directas sobre la Guerra Civil española.
Nada importa la trayectoria personal del
autor, embadurnado en el aluvión de delirios del siglo XX y atormentado de
forma indecible en unos momentos
históricos en los que la liquidación de vidas humanas se convertía en una actividad frenética e
industrial. Hoy sabemos que no fueron precisamente héroes ejemplares, sino
mitómanos e incluso impostores y, en el caso concreto de Koestler, bebedor,
mujeriego, posiblemente violador y con una evolución ideológica que es un
espejo del siglo XX.
Sus virajes
van desde el sionismo radical hasta el comunismo soviético con el que
rompe en 1938, al poco tiempo de la publicación del “testamento”, intentando
mantener posiciones antitotalitarias,
fruto de las cuales es la novela Darkness
at non (El cero y el infinito, en
español), la primera obra literaria en la que se denuncia el sistema
estalinista y los procesos de Moscú.
Este radical antitotalitarismo tiene sus
raíces en Un testamento español, que
en su diseño original era la transcripción de los diarios de las cárceles
franquistas, donde permaneció más de cien días condenado a muerte por
espionaje. No obstante, tal como hoy lo podemos leer, es un libro fragmentario
en el que se recogen los restos de diarios escritos en la prisión, la
reconstrucción de otros y una reelaboración de un viaje a Málaga como reportero
para dar fe de los que hacían los fascistas cuando entraban en una ciudad.
El tema del libro es sin duda la muerte. La
muerte, las farsas de juicios, la ejecuciones sumarias durante la Guerra y el
espanto de los que van a morir invocando a sus madres, que adquieren en estas
páginas, la hondura de un tema literario. Es por eso que se puede establecer un
paralelismo entre la narración del “testamento” de Koestler y el Homenaje a Cataluña de Orwell. En ambas
obras hallamos la narración de una experiencia de primera mano, la de la
vecindad con la muerte, un aspecto que los diferencia del “frescor lírico” que
es La esperanza de Malrraux y la
apología del gesto viril que pretende ser la novela de Hemingway. La
experiencia de la muerte fue siempre para Koestler una pulsión que lo
arrastrará finalmente al suicidio. Así pues, este testimonio es, por encima de
su interés político, una honda reflexión filosófica sobre el valor de la vida y
de la muerte.
Francisco
Martínez Bouzas
Arthur Koestler |
Fragmento
“Fue
el comienzo del primer día de prisión, el primero de ciento dos días.
No
hubo ni desayuno, ni agua para lavarse, ni peine para peinarse. No había nada
que hacer sino esperar. Caminaba arriba y abajo, seis pasos y medio en una
dirección, seis y medio en la otra, esforzándome por pensar en cosas agradables
y ser un buen compañero conmigo mismo. Me vino a la mente un pasaje de una de
las Sanders Stories de
Edgar Wallace:
«Solamente
tenemos que morir una vez. Algo que a mi no me ha convencido nunca. Si
muriéramos más de una vez, nos acostumbraríamos a ello, mi viejo Ham.
¿Entiendes lo que quiero decir? Se trata de filosofía»
(…)
“A
eso de las cuatro se oyó un ruido en el pasillo. Una voz empalagosa leyó una
lista de cuarenta o cincuenta nombres; se abrieron unas puertas, que se volvieron
a cerrar con estruendo. Ruido de pasos, cuchicheos, sonidos misteriosos.
Puse
esta vez la oreja en lugar del ojo en el agujero de la cerradura. Sólo podía
percibir que una larga fila de hombres arrastraban los pies a lo largo del
pasillo, lentamente, titubeando, como si caminasen en contra de su voluntad. El
sonido de los pasos se desvaneció. Cuarenta o cincuenta hombres marchaban hacia
la muerte.
Me
acosté en el catre, y me pregunté si el cantante estaría entre ellos, si serían
ejecutados uno por uno o en grupos; con fusiles o con ametralladora. Mi
imaginación, fuera ya de mi control, me mostró la escena cincuenta o cien veces,
en todas sus variantes posibles.”
(Arthur Koestler, Diálogo
con la muerte, páginas 103-105)
Parece impactante !
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta
Tengo un amigo apasionado de la literatura y la historia sobre la Guerra Civil española. Le he pasado tu reseña. Seguro que le encanta.
ResponderEliminarLa frase que cierra el último fragmento tiene la fuerza de una ametralladora... cada imagen una bala...