domingo, 22 de agosto de 2021

TERROR EN EL CABO DEL MUNDO

El Cabo del Mundo

Xabier Quiroga

Ediciones B, Barcelona, 2018, 440 páginas

 

   

 

 

    Xabier Quiroga es en la actualidad uno de los narradores en lengua gallega más prolificos, autor además de obras extensas. Como muestra, El baile de los estorninos recientemente publicada y sus 795 páginas. El Cabo del Mundo, editada en gallego en el año 2005, fue Premio de la crítica de narrativa gallega, y junto con la obra mencionada y Izan o da saca, son obras narrativas centradas en la guerra y posguerra española en Galicia.

   Es una de las formas de cómo la ficción gallega está desterrando el manto de la desmemoria, permitiendo así que salgan a la luz, muchos acontecimientos pesarosos de nuestro pasado franquista. La justicia que nunca se hizo con los que se rebelaron, con los torturadores, con los agentes del terror, la está asumiendo la literatura de forma ficcional, pero sin faltar a la verdad, y, tal como se afirma en las primeras líneas de la novela de Xabier Quiroga, siendo conscientes de que los hecho que no se recuerdan es como si no hubieran acontecido. De ahí la coherente necesidad de la llamada Memoria Histórica. A dicho propósito se sumó, de una forma original y disimétrica la llamada narrativa de tipo social, y en concreto la novela de Xabier Quiróga El Cabo del Mundo,  hace tres años.

   El autor nos ofrece una historia y una trama narrativa que, desde el presente y de forma alejada de todo maniqueísmo, intenta investigar en aquellos desgarradores días del años treinta y seis, en los que la barbarie represiva acabo siendo ocultada por el andancio de una guerra sin frentes bélicos en Galicia, pero marcada por el terror en una doble vertiente: las de los juicios , una farsa preparada en forma de venganza y que el autor denomina “paralegal”, ejercida por los escuadrones de la muerte de falangistas y asimilados, a través de los conocidos como “paseos”, “sacas”, y la actuación de “las patrullas del amanecer”.

   Esta labor de investigación y de la que se apropia un profesor diagnosticado de cáncer terminal, roto por la vida y derrotados en sus sentimientos, que no enterró a su padre, escucha cómo alguien grita: “Adiós asesino”. Desde ese momento, consciente de que tiene las horas contadas, intenta desesperadamente resolver dos dudas: descubrir en primer lugar si su padre había sido o no un asesino, y saber si la mujer a la que siempre amo, lo ama igualmente.

   La indagación lo lleva a investigar compulsivamente en los libros de historia y en la memoria de los vivos para desvelar lo que había pasado en una cantina ribereña una noche de julio del años 1936, situada en un recoveco del Miño, conocido como “Cabo del Mundo”. Sin embargo se encuentra con el hecho de que las clases dominantes, los “señores del olvido”, promoverán la pérdida de la memoria colectiva y la eliminación de toda documentación oficial de las huellas del terror.

                                       

                                       Xavier Quiroga

 

   La narración se convierte entonces en un verdadero relato detectivesco, en el que incluso entra en acción un improvisado Holmes, y tiene el mérito de ahondar, desde el punto de vista ficcional, pero con base en datos documentales, en la represión falangista en el sur de la provincia de Lugo.

   Una estructura arquitectónica fácilmente habitable por el lector y que permite que la acción avance de forma dosificada, una verdadera inmersión en la Galicia profunda y un estilo de prosa elaborado, pero que reproduce cuando es necesario el gallego oral, a veces muy basto y expresivo, contribuyen a darle verosimilitud a esta historia de terror en rel Cabo del Mundo.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

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