Domingo. Relatos, crónicas y recuerdos
Natalia Ginzburg
Traducción de Andrés Barba
Acantilado, Barcelona, 2021, 138 páginas.
En traducción de Andrés Barba, Acantilado reúne en Domingo. Relatos, crónicas y recuerdos parte de la producción breve de Natalia Ginzburg (1909-1991. Personaje de primera magnitud en la literatura italiana contemporánea, autora de numerosas y notables novelas, ensayos, obras de teatro, biografías de escritores y colactáneas de artículos escritos para la prensa. Pero Natalia Ginzburg fue sobre todo una protagonista de primer orden en la renovación cultural que llevó a cabo una generación de escritores, intelectuales y artistas en la posguerra italiana. Una renovación sobre todo politica e ideológica, no solo formal que les permitió que contactaran con su tiempo, denunciando además todo tipo de injusticias, abusos y corruptelas que tenían lugar en los años del milagro económico italiano (años 50 a 70 del pasado siglo).
Siete cuentos breves de gran calidad como el que rotula el libro, “Domingo”. Basándose en anécdotas mínimas, Natalia Ginzburg recupera los años de la niñez, la casa domética, el verano familiar, el jardín, la amistad, la escuela, la carencia de dinero, las diferencias entre ricos y pobres. Textos escritos en un período dilatado de tiempo (1933-1988) y titulados Un’assenza - no Domingo que es la traducción española- y que reúne veinte textos breves: siete relatos, varias crónicas, un poema y algunos recuerdos.
Todos ellos reiteran las grandes inquietudes literarias de Natalia Ginzburg: el mundo femenino, las humildes reivindicaciones diarias, la idealización de la ciudad, los campesinos y su idiosincrasia, los estragos y vicisitudes originados por las guerras.
Escritos con medios que parecen muy pobres, cada relato de Natalia Ginzburg es una revelación, un acontecimiento que, de forma imperturbable, va sumando gestos, objetos, pulsaciones dialogales que se amalgaman de forma secreta y no se olvidan. El medio capaz de que todo esto tenga vida es la vos áspera, dutil, entonada de forma arisca en una narración que se revela infalible en la descripción de la realidad.
Son siete los relatos, algunos de gran calidad, como “Domingo” que narra la difícilmente comprensible relación amorosa que une a un hombre con su ex mujer, tras dieciocho años de separación y que jamás cesó de hacerle daño. “El paso de los alemanes por Erra” es un cuento, a la vez precioso y terrible. Reconstruye el paso de las tropas alemanas por un pueblo italiano tras el armisticio, y da cuenta de los abusos de la guerra.
Natalia Ginzburg
La segunda parte del libro lo inaugura”Recuerdo”: una colección de crónicas y recuerdos en los que, empleando la primera persona, la autora despliega una mirada testimonial y recoge acontecimientos autobiográficos. En esta parte presenciamos una Natalia Ginzburg que emplea una tonalidad más dura, más comprometida con la denuncia de las pésimas condiciones, con la pobreza extrema, con el despido de los obreros o con el terror ante la ocupación alemana y el fascismo. Sin que falta en esta segunda parte una confesión personal que la autora revela tras la muerte de su primer marido. En “La casa” la autora aprovecha la búsqueda de una casa con su marido para agasajarnos con un magnífico fresco de Roma y de la vida urbana.
Hasta en sus textos más breves, Natalia Ginzburg fue una fantástica escritora que todo lo supo plasmar con buen ojo psicológico. Por eso, cada relato de Natalia Ginzburg es la revelación de una voz inconfundible que explota con acuidad tanto los límites de la ficción, como la crónica y la narración autobiográfica.
Francisco Martínez Bouzas
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