Omer
Bartov
Traducción
de María Fernanda Trías Patrón
Malpaso
Ediciones, Barcelona, 2018, 247 páginas
La sencilla y minúscula portada del libro de Omer Bartov no deja lugar a dudas: rostros tachados como si nunca hubieran existido o hubiera sido aniquilada su misma vida. Es lo que narra Omer Bartov, otro de los grandes escritores que ha contribuido a que salgan a la luz uno de los hechos más abominables de la historia: el Holocausto. En este caso en la “nebulosa región de Galitzia”, donde se asentó y floreció una activa comunidad judía, en contacto y fricción con sus vecinos cristianos.
Omer Bartov, prestigioso profesor de
Historia Europea, escribió este libro tras haber interrogado a su familia judía
sobre sus orígenes europeos. Una larga y minuciosa exploración muy documentada
le condujo a uno de los capítulos más brutales y olvidados del siglo pasado: la
masacre genocida perpetrada por los nazis sobre los israelitas de Galitzia en
una sucesión de matanzas artesanales, pero cuyas trágicas consecuencias fueron
la eliminación de más del 90% del medio millón de judíos allí asentados. Y
posteriormente expulsados de la historia, y de cualquier narrativa polaca o
ucraniana, por la Unión Soviética o por la Ucrania independiente.
Los ecos de lo ocurrido, minuciosamente
investigados en viajes y documentos, dan lugar a este libro, con la
peculiaridad de que el autor permite que en alguna secuencia de su escrito
podamos “ver el momento del encuentro entre el que mata y el que es asesinado”.
Omer Bartov, nacido en Israel en 1954, tiene
sus raíces familiares en Galitzia, una región no solo cruce de caminos, de
etnias y religiones de la Europa del Este que ha sufrido toda clase de
dominaciones tanto imperiales como no imperiales: Polonia, Alemania, Rusia, el
Imperio austrohúngaro. Galitzia está en el medio de todo, y en su centro
medular, los judíos, población mayoritaria a lo largo de varios siglos.
El hilo conductor del libro es la
constatación de que, tras la eliminación física de los judíos, lo que
pretendieron hacer los nazis, fue el borrado de la memoria de su existencia, la
de la existencia de los judíos y la del genocidio. Del genocidio físico al
memorialista; de la desaparición de las personas, de sus huellas, de su pasado:
del lugar donde vivían los judíos, sus formas de vida, los lugares donde fueron
eliminados. Los alemanes habían deshumanizado a sus víctimas hasta el punto de
que estas habían dejado de existir para ellos como seres humanos. Por eso para
explicar el genocidio, simplemente lo mencionaban, pero no necesitaban saber nada
acerca de la realidad de los inmolados. De las víctimas, de su historia humana
apenas se ha escrito, y es lo que hace Omer Bartov en este libro que menciona y
especifica todo lo que ha sido borrado: sinagogas y cementerios principalmente,
o todo lo que tenga la Estrella de David. E incluso sustitución de recuerdos y huellas por otros
que nada que ver con el judaísmo.
Una huida del pasado, no solo grato sino
también vergonzoso. Pero lo más grave es que los poderes ucranianos actuales
han completado lo emprendido durante la ocupación nazi y soviética: la
eliminación, el borrado de todo vestigio judío en una región fundamentalmente
multiétnica, al menos hasta el Holocausto. Por ejemplo en Lviv, en Brodi,
Dogóbic o Sambir se recuerda a los mártires de la patria caídos durante el
terror nazi y soviético. Pero las matanzas
de judíos por los nazis son conmemoradas con símbolos cristianos. En
algunos casos existe una explicación: antes de huir, los rusos habían
diseminado un rastro de ejecuciones que los nazis aprovecharon para incendiar y
avivar el odio contra los judíos, situándolos al lado de los comunistas por la
propaganda antisemítica.
En su obra Omer Bartov analiza desde una
óptica neutral el cultivo y la difusión de las ideologías más perversas. Y el
nacionalismo identitario es una de ellas.
El hecho de atribuirle a los seres humanos cualidades espirituales o genéticas
por su procedencia es sumamente siniestro.
Omer Bartov escribe el libro sobre todo para
las nuevas generaciones, mas sin excluir la suya. Y su estrategia narrativa es
la búsqueda de equilibrio: “he tratado de encontrar un equilibrio entre una cierta
distancia sin llegar a crear una barrera entre el escritor y los acontecimientos”,
escribe. Es su papel como historiador y viajero, perteneciente a un pueblo masacrado.
El libro es un híbrido entre crónica de viajes e investigación histórica, Aquí no hay ficción.
Malpaso nos ofrece una edición muy reseñable, como
viene haciendo con los libros que saca a luz. Borrados incluye muchos mapas de la
evolución de la historia de Polonia, Ucrania, Galitzia y fotografías que ilustran
el viaje a la memoria de Omer Bartov.
Francisco Martínez
Bouzas
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