Relatos
Samuel Beckett
Traducciones de Félix de Azúa, Ana María Moix y Jenaro
Talens
Tusquets Editores, Barcelona, 250 páginas
(LIBROS DE FONDO)
Los relatos recogidos de forma definitiva en
la colección Fábula de Tusquets Editores y que han tenido distintas
reediciones, forman parte de la producción literaria de Samuel Beckett en su
etapa francesa, que es en la que se asienta y confirma su verdadera carrera
como escritor. En efecto, Samuel Beckett, nacido en 1906 en Foxrock (Irlanda),
amigo de Joyce que influyó notablemente en su personalidad literaria, así como
de Marcel Proust, sobre el que escribió un ensayo crítico, se estableció de
forma definitiva en París, donde publicó sus obras más conocidas,
indistintamente en inglés o francés.
Sus trágicas alegorías de espera angustiosa
y de absurdo existencial, le convirtieron en uno de los grandes representantes
del teatro del siglo XX, y le harán merecedor en 1969 del Premio Nobel de
Literatura, una verdadera catástrofe para el escritor, según su mujer, dado su carácter
reservado. Su escritura es trágica alegoría
de la búsqueda imposible, del absurdo vital como los textos que hallamos en Esperando a Godot (1953), Final de la partida (1957), ¡Oh que días más hermosos! (1960).
Pero Samuel Beckett también cultivó la
narrativa. A su regreso a París tras la Segunda Guerra Mundial -durante la
ocupación francesa tuvo que huir de la Gestapo-, creó tres grandes novelas que
suelen considerase que forman parte de una trilogía: Molloy (1951), Malone muere
(1951) y El Innombrable (1953), para
el escritor sus mayores logros. Y textos narrativos dispersos.
Retrato de S. Beckett por Reginal Gray (1961) |
Veintiuno de estos textos están recogidos en
esta colectánea de Tusquets. Relatos en su mayor parte de mediana extensión,
tendentes al minimalismo, escritura desnuda y escueta, levantada con una gran
economía de recursos. Crípticos y con frecuencia pesimistas. Pesimismo
atemperado, no obstante, por un especial sentido del humor, negro y sórdido.
Una obra narrativa breve que cubre el período 1945-1980. Son las fechas de la
publicación del relato que abre el libro, “Primer amor” y del que lo clausura, “Mal
visto mal dicho. Y entre ellos “Sin” (1969), paradigma de una escritura
desprendida de todo artificio formal, representación del lenguaje puro y duro.
Un texto difícil al que sin embargo, como su traductor al español, Félix de Azúa,
muchos especialistas han considerado como la pieza clave, la más rigurosa y
exacta del escritor irlandés.
También en estos textos breves se vislumbran
las constantes de la actitud como
escritor de Samuel Beckett: exploración de la condición humana hasta sus más
arcanos y crepusculares límites. Angustia, pesimismo existencial, percepción de
la tragedia que es el nacimiento, absurdo, nihilismo. Imposibilidad de
comunicación, las ilimitadas dificultades para encontrar significados en un
mundo cambiante. Todo lo que Beckett desplegará en sus obras mayores, tanto
teatrales como narrativas, se halla ya esbozados en estos relatos breves,
pequeñas joyas literarias, cuyo sentido profundo puede ser interpretado desde las
palabras que pronuncia Puzzo en el segundo acto de Esperando a Godot, antes de hacer mutis con Lucky: “Ellas paren a horcajadas sobre una tumba, la luz brilla un
instante, luego, otra vez la noche”.
Francisco
Martínez Bouzas
Fragmentos
“Testos para nada”
“Si
dijera, allí hay una salida, en alguna parte hay una salida, lo demás llegaría.
¿Qué espero pues, para decirlo, creerlo? ¿Y qué significa, lo demás? ¿Voy a
contestar, intentar contestar, o bien seguir, como si no hubiera preguntado
nada? No sé, no puedo saber nada por anticipado, ni después, ni durante, el
futuro dirá, un instante próximo, o lejano, no oiré, no comprenderé, hasta tal
punto todo muere, apenas nacido. Y los síes y los noes nada significan, en esta
boca, son como suspiros puntuando una pena, o son respuestas, a una pregunta
incomprendida, a una pregunta muda, en
los ojos de un mudo, de un retrasado, que no entiende, que nada ha entendido,
que se mira en un espejo, que mira hacia delante, en el desierto, los ojos
desmesuradamente abiertos, suspirando sí, suspirando no, de vez en cuando.”
…..
“Sin”
“Ruinas
refugio cierto por fin hacia el cual de tan lejos tras tanta falsedad. Lejanos
sin fin tierra cielo confundidos ni un ruido nada móvil. Rostro gris dos azul
claro cuerpo pequeño corazón palpitante solo en pie. Apagado abierto cuatro
lados derribados refugio cierto sin salida.
Ruinas
esparcidas, confundidas en la arena gris ceniza refugio cierto. Cubo todo luz
blancura rasa rosa rostros sin rastro ningún recuerdo. Jamás fue sino aire gris
sin tiempo quimera luz que pasa. Gris ceniza cielo reflejo de la tierra reflejo
del cielo. Jamás fue sino este sueño inmutable la hora que pasa” (…)
“Cuerpo
pequeño bloque pequeño corazón palpitante gris ceniza solo en pie. Cuerpo
pequeño apiñado gris ceniza corazón palpitante frente a la lejanía. Cuerpo
pequeño bloque pequeño partes invadidas culo un solo bloque raya gris invadida.
Quimera la aurora que disipa las quimeras y el otro llamado anochecer.”
…..
“Mal visto mal dicho”
“Sin
transición de lleno azota el vacío. El cenit. Aún es atardecer. Cuando ya no
sea de noche será atardecer. Día inmortal que aún agoniza. Por una parte brasa.
Por otra cenizas. Partida sin fin ganada perdida. Desapercibida.
En
la reanudación la cabeza está bajo la manta. No importa nada. Nada más. Tan es
verdad que lo real y -¿cómo decir el contrario? En fin esos dos. Tan es verdad
que los dos si antaño dos en este momento se confunden. Y que al compadre
cargado de saber triste el ojo ya no señala apenas más que confusión. No
importa nada. Nada más. Tan es verdad que los dos son mentiras. Real y -¿cómo
decir mal el contrario? El contraveneno.”
(Samuel Beckett, Relatos, páginas 110, 183-187,
240-241)
Excelente presentación.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, amigo, por este regalo. Además de los magníficos párrafos, la foto del autor me parece magnífica. Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo toda esta página. Quisiera saber si aún continúas con este blog. Me interesa mucho. Gracias. Un cordial saludo,
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