Amélie Nothomb
Editorial Anagrama, Barcelona, 206 páginas.
(LIBROS DE FONDO)
Si en otros de sus libros se
había definido como grafómana, como una verdadera maniática de la escritura, en
su novela, Biografía del hambre (Anagrama, 2006), una verdadera protobiografía
de la autora, Amélie Nothomb declara ser la personificación del hambre: “El
hambre soy yo…Suponiendo que yo fuese el universo, me rijo por esta única ley:
el hambre”. La novela, editada en Francia en el año 2004, confirma la intención
de la escritora belga de publicar veinte novelas en otros tantos años, de
parecidas dimensiones y escritas con ese estilo ligero, construido a base de
miradas incisivas, de humor e ironía
cortantes, si bien espontáneas y no premeditadas. Y Amélie Nothomb, está siendo
fiel a sus propósitos. Sus dos últimas obras son respectivamente del año 2012 y
del 2013: Barbe blue, recientemente
traducida por Anagrama (Barba Azul) y
La Nostalgie heureuse, aún no traducida.
Amélie Nothomb, la “sale gosse” (la chica mala)
de la literatura francesa, se reveló en el año 1992 como un prodigio precoz,
con Higiene de l’assassin, una novela que
vendió más de 350.000 ejemplares. Años más tarde obtiene un éxito sin precedentes
con Stupeur e tremblementes, que
cosechó el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa
y unas ventas que superaron el millón de ejemplares. Hace algunos años, los
alumnos gallegos de bachillerato le otorgaron el Premio Arzobispo Juan de San Clemente a Metafísica de los tubos, una nueva
ficción de esta mujer, uno de los fenómenos europeos más peculiares y extraños
de los últimos tiempos. Pero en cualquier caso, la narradora belga sabe
conectar con inaudita complicidad con los interrogantes e inquietudes de
nuestro tiempo.
En su obra podemos diferenciar dos líneas
narrativas esenciales: aquellos textos que son ficciones puras (Higiene de l’assassin, Cométique de
l’enemi...) y aquellos otros que se basan en temáticas autobiográficas. En
esta última línea se inscribe la novela que editó en español Anagrama en el año 2006, Biografía del hambre, que forma parte de
lo que la propia autora denomina “autobiografías temáticas”.
En el hambre halla Amélie Nothomb la palabra
que mejor resume algunos aspectos de su existencia. Pero el hambre es también
una suerte de motor de la
civilización. El hambre es universal, es historia, es vida.
Hambre obligada y hambre querida. La narradora belga es una experta en ambos
territorios. Como ya apuntamos, se autodefine, parodiando a Flaubert, como
hambre, como la personificación del hambre. El hambre es la esencia de la vida,
de la creatividad, del pasado y del futuro, la escuela del deseo en todas sus
modalidades. Es por eso que Amélie Nothomb, que no oculta que de niña era
insaciable, que lo devoraba todo (conocimiento, chocolate, las matemáticas que
la exaltaban…) realiza en este libro una apología contagiosa del apetito,
reivindicando una gula con múltiples registros: hambre de comida, pero también
de amor, de lecturas, del tan apetecido chocolate, de bebidas, de escritura.
Biografía
del hambre es en realidad la propia historia de Amélie Nothomb desde los
trece años hasta que es contratada como intérprete por una empresa japonesa. A
lo largo de capítulos breves, pero muy incisivos, la autora belga recupera, con
ironía y ciertas gotas de cinismo, la etapa de su infancia de niña y
adolescente anoréxica, recorriendo el mundo tras una familia de diplomáticos.
Un recorrido “autogeográfico” que tiene su punto de partida en Japón, verdadero
paraíso para la
pequeña. Luego, la China maoísta donde el hambre prospera
para llegar a Nueva York, ciudad de la abundancia. Al
final, acompañará a su padre hasta Bangladesh, territorio donde el hambre
mantiene su gran imperio.
Un libro construido a base de episodios
breves, a veces cínicos y sentimentales, a veces dramáticos, que dan fe de los
problemas de relación de la chiquilla consigo misma y con los demás. Y como
telón de fondo, el hambre absoluta, el hambre de vivir y el deseo de
descubrimiento y desvelo de una niña insaciable. Subrayamos por último que en Biografía del hambre Amélie Nothomb
habla de su anorexia de forma directa. En otros libros, en especial en Diccionario de nombres propios, ya se
había enfrentado con el tema, pero narrando historias de un personaje de
ficción. Ahora es la propia anorexia, de la que la escritora fue víctima desde los trece a los diecisiete
años, la que se convierte en tema ficcional. Con estilo confesional, Amélie
Nothomb revela en pocas páginas ideas sueltas, experiencias y recuerdos que
forman una protobiografía carente de reglas. El tono sincero y directo de la
narradora – adolescente, inconformista y original, hacen de esta mirada
biográfica un obra de agradable lectura, a pesar de esa escritura ligera, marca
de la casa y de ciertas revelaciones que semejan trivialidades, pero en las que
existen buenas dosis de talento.
Francisco
Martínez Bouzas
Amélie Nothomb |
Fragmento
“Ya que no había más alimentos, decidí
comerme todas las palabras: me leí el diccionario entero. La idea era no
saltarme ninguna entrada: ¿cómo decidir de antemano que algunas no merecían la
pena?
La tentación de ir y venir de una letra
a otra como cualquier usuario del diccionario era fuerte. Se trataba de leerlo
en orden estrictamente alfabético, para no perderse ni una sola de sus migajas.
El efecto producido era aturdidor.
Fue así como me percaté de una
injusticia enciclopédica: algunas letras eran más interesantes que sus vecinas.
La más apasionante era la letra A: ¿acaso se debía al lado pérfido señalado por
Rimbaud? ¿O era simplemente debido al poder turbador, a esa energía de los
principios?
Sospecho que esa lectura tenía un
objetivo suplementario, que en aquella época no me había confesado: el deseo de
no permitir que mi cerebro se dispersara todavía más. Cuanto más adelgazaba,
más sentía que se derretía lo que me hacía las veces de espíritu.”
(Amélie Nothomb, Biografía
del hambre, páginas 179-180)
Gran exposición...
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