martes, 16 de marzo de 2021

DEL YOGA A LA KETAMINA

Yoga

Emmanuel Carrère

Traducción de Jaime Zulaika

Editorial Anagrama, Barcelona, 2021, 320 páginas

 

    

 

En este libro, y quizás más que en ningún otro, Emmanuel Carrère riza el rizo de la ficción, dejando en la distancia el corsé de los géneros en los que suele suturar un sinfín de reportajes, crónicas y biografía. Ya lo había experimentado con El adversario, De vidas ajenas o Limónov. Libros de no ficción, pero que no dejan de ser novelas. Pero en Yoga avanza un paso más y, al igual que en Una novela rusa, se explora a sí mismo. Por consiguiente, lo que nos ofrece es autoficción, la de su existencia durante tres años (2015-2018).

   Lo que en un principio iba a ser un libro condescendiente, y hasta simpático, sobre el yoga, terminó convirtiéndose en una crónica personalísima de una depresión, con un divorcio e internamiento en un hospital psiquiátrico, con un diagnóstico preciso: bipolaridad con alternancia entre estados de euforia y otros de profunda depresión..

   Yoga es pues un híbrido, un Frankenstein, según reconoce el autor con un cinco a un diez por ciento de ficción. El resultado es una especie de monstruo que refleja los que el escritor fue en esa tríada de años. Y sobre todo, un libro de una honestidad sin filtros, el narcisismo de la sinceridad. Emmanuel Carrère escribe no ficción, y por consiguiente se enfrenta a lo real, en el que el eje principal es su propia existencia y las relaciones con personajes con los que ha interactuado.

   Anoto ya de entrada que esta no es la versión original del libro. La ex mujer de Emmanuel Carrère, la periodista Hélène Devynck le obligó, debido a un contrato firmado, a eliminar del texto toda referencia a ella y al matrimonio común.

   La novela se inicia con el relato autobiográfico sobre la relación del escritor con el yoga y con la confesión de su ego molesto, despótico, “cuyo poderío aspiraba a reducir”. Con conferencias que le parecen un lavado de cerebro hasta el punto de que imagina estar en Corea del Norte. Un inicio más bien tedioso. Pero pronto  comienza a hablar de sus amigos, por ejemplo de Emmanuel B Guilhen, lector asiduo de Charlie Hebdo y de los relatos fantásticos que leía en la adolescencia. Todo ello junto con los comentarios sobre el yoga y el taichí. Hasta que comprende que tiene que sondear en el interior de sí mismo para alcanzar la realidad. Y comienza a pensar como Van Gogh que “la tristeza durará siempre” y a desear estar un poco menos lastrado por su ego.

   El relato da un giro radical cuando se entera del atentado de Charlie Hbdo y que entre las víctimas está su amigo Bernard  Maris. El lector entra acto seguido en la parte más interesante de esta autoficción: “Hostoria de mi locura”. Es el abismo del hueco de la vida de Carrère, que lleva por nombre depresión y trastorno bipolar. Todo comienza con una relación secreta con una mujer de la que no conoce nada. Es el inicio del desastre. En el resto del libro, aborda directamente las consecuencias psíquico y psiquiátricas de su crisis, de su desastre, de su tendencia hacia la autodestrucción, de su trastorno bipolar. Y repasa su vida como un documento clínico, incluidos sus libros.

    

                                      

                                        Emmanuel Carrère

 Una hospitalización de cuatro meses en un centro psiquiátrico, tratamiento con antidepresivos que le colocan en una situación semejante al  a las near deth experiences, hasta que llega la fase más dura con petición de la eutanasia. Electrochooks con anestesia general, la artillería pesada, hoy llamada TEC, terapia anticonvulsiva. La alternativa era la muerte.

  Una novela que partiendo de una amplio análisis del yoga y su experiencia, que a veces se convierte en intranscendente, desemboca en una historia en la que Emmanuel Carrère da cuenta de lo peor que hay en él. Dramatismo y dolor en muchas secuencias y episodios, que revelan, sin embargo, que a Emmanuel Carrère se le da mejor escribir no ficción sobre otros personajes que arriesgarse en la autoficción y hacernos llegar su combate interior contra la depresión. Todo ello partiendo de esa religión laica que es el yoga, y usando la narrativa -así lo reconoce- para recubrir diligentemente las cosas como son, en lugar donde no se miente. El estilo claro y envolvente hace más llevadero la lectura de ciertas secuencias de este libro que, además del yoga y la depresión, contiene otros ejes de interés: el terrorismo yihadista, el peregrinaje de los emigrantes que llevan años llegando a Europa o muriendo en el Mediterráneo.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

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