Jean Rolin
Traducción de Manuel Arranz
Libros del Asteroide, Barcelona, 2019, 137 páginas.
Pocos
sellos editoriales independientes les ofrecen al lector libros e la calidad de
los editados por Libros del Asteroide. Crac
de Jean Rolin es una prueba manifiesta. Su autor, Jean Rolin, es un reportero
francés de primer orden, capaz de recorrer el África austral, errar por la
maltrecha Yugoslavia, compartir con los palestinos los ritos cristianos,
topografiar la marginalidad de la capital de Francia. Rolin es un veterano y
avezado periodista al que le obsesione explicar social e históricamente el
territorio a sus habitantes. Es capaz de amalgamar libros ligados con el calor
personal por las tierras que visita. Sus obras demuestran que se mueve con
igual agilidad en cualquier género o subgénero literario.
Crac es la reconstrucción de un periplo,
motivados por una coincidencia como la que un día se encontró el escritor
francés: pasó la infancia en la localidad de Dinard como lo había hecho
bastantes años antes el legendario T. E Lawrence, conocido como Lawrence de
Arabia. Esta coincidencia se convirtió en el hilo que tiró de Jean Rolin para
experimentar por sí mismo y emprender su propia travesía por Oriente, por las
treinta y una fortalezas medievales que apareen en el índice de la tesis
doctoral de T.E Lawrence en Oxford. Si bien las actuales fronteras, guerras y
conflictos entre Líbano, Siria y Jordania, delimitarán el espacio por el que se
pudo mover. Pero si pudo visitar varias de ellas: Beaufort, el Crac de los
caballeros, Kerak… nombres que remiten a las gestas de las Cruzadas. Rolin
repite el viaje de Lawrence con el mismo espíritu aventurero. Pero además le
incitó otro motivo: comprobar que existe humanidad en el paisaje.
Inicia el
periplo en Damasco en plena guerra civil. Un coche le conducirá al Crac. Así su
viaje corre en paralelo con el de Lawrence, que a los veinte y un años se aleja
de Beirut en dirección al sur. Reproduce así mismo las impresiones de Lawrence.
La
crónica sigue la ruta de Lawrence por los países que antaño constituyeron el
escenario e las Cruzadas: Siria, Líbano, Jordania, Palestina e Israel. El autor
se detiene en cada lugar para dar cuenta de conflictos, acontecimientos; para hablar
de personas pata recordar sucesos que habían pasado desapercibidos. Su viaje, no
obstante, fue un cúmulo de contratiempos. Recordemos que viajó en tiempos de
guerra.
El gran
interés de Rolin, un joven de asombrosa resistencia, es ofrecer el esqueleto
fantasmal de una secuencia histórica: la que fascina por la caballerosidad de
los cruzados, engañado, sin embargo, por un personaje de proporciones míticas
que jamás existió.
El libro
se titula Crac porque el castillo d Crac de los caballeros
resume el imaginario de unas cruzadas que configuran la historia de Oriente
Medio y su actual disposición geográfica y política. Una obra que recoge pues
aventura e historia, Oriente y Occidente, las dos religiones: cristianismo e
islam, y una guerra reciente que causó innumerables daños en “uno de los
castillos más bellos del mundo”.
El autor
estructura el libro entre el reportaje etnográfico y el libro de viajes. Y se adentra
en las actuales guerras de Oriente Próximo, especialmente en los castillos que en
Siria, el Líbano, Jordania, recuerdan la época de las Cruzadas, tomando como referencia,
como ya quedó señalado, el viaje que un joven de veinte y un años, T. E. Lawrence,
había realizado en el verano de 1909.
En el texto
del reportero francés nos encontramos con la esencia de las Cruzadas después de
las batallas, con el viaje de Lawrence que el autor rastrea a través de las cartas
que escribió a su madre y amigos; con la actual guerra de Siria y las incidencias
propias del viaje. Un libro que rezuma sinceridad y rebosa de datos y fragmentos
procedentes de otros textos y de la correspondencia del viajero y erudito británico
T. E. Lawrence.
Francisco Martínez Bouzas
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