Arantza Portabales Santomé
Editorial Lumen, Barcelona,
2019, 428 páginas.
En el inicio de cualquier novela o relato puede haber una frase que nos fascina
de forma definitiva. Eso le ocurrió a la autora de esta novela, publicada
simultáneamente en gallego y en castellano: “la belleza es roja como un cuenco
de cerezas”. A Arantza Portabales le penetró esta frase en la cabeza y ya no hubo
vuelta atrás, a pesar de que a los largo del texto de la novela el color tojo adquiere
una dimensión bien alejada de la hermosura y muy próxima a la cercanías de la
muerte. Así pues la belleza de las cerezas no es la imagen que fusiona la trama
de la novela.
La autora no es una profesional demasiado
experimentada de la escritura. Escribe sobre todo relatos cortos. Trabaja como
funcionaria de la administración gallega y hace poco que comenzó a escribir.
Pero fue empezar y no parar. Se forjó en la microficción publicando en
castellano A Celeste le compré un
rastrillo. Y a partir de aquí, comenzó a producir en gallego: Sobrevivindo y sobre todo Deixe a súa mensaxe despois do sinal (2018), traducida al
castellano y publicada igualmente por
Lumen, una novela intimista construida a base de monólogos y publicada asímismo
en varios idiomas..
Retorna ahora con una novela calificada como
negra. Pero el lector debe ser cauto porque con frecuencia se vende gato por
liebre: novelas que no traspasan las líneas que demarcan lo detectivesco o de
la novela policiaca, son muchas veces comercializadas como negras.
No obstante
el núcleo de Belleza roja es
un crimen. La trama da comienzo con un cuerpo asesinado en una habitación de
Santiago de Compostela en la noche de San Juan. Una chica de quince años,
Xiana, envuelta en un mar de sangre. Se encarga de la investigación el
inspector Santi Abad y la agente Ana Barroso. Y poco más se puede revelar del
transcurso de la investigación y de la historia si no queremos spoilerizar la
trama. Solamente que existen seis sospechosos: los que aquella noche cenaban en
el jardín de la casa. Alguien asesinó y salió de su habitación sin dejar una
sola huella en un piso cubierto de sangre. Una tía de la chica, Lía, halla el
cadáver y, a los pocos días, será ella
la que intente suicidares.
Con una estructura basada en el climax y con
dos voces narrativas y una tercera que
nos lleva a lo largo de la investigación, la novela tiene una parte claramente
policíaca. Los dos policías hacen su trabajo, son falibles pero sumamente
eficaces, analizan la escena del crimen, son sabuesos incansables e intuitivos.
Y tratan sobre todo de descubrir lo que pasa por la mente del asesino.
Pero esta novela va más allá de los que se
suele considerar género policíaco. Es una verdadera novela negra, una de las
pocas que se escriben tanto en gallego como en otras lenguas. Aquí la
resolución del enigma no lo es todo. La parte más importante y meritoria de la
novela de Arantza Portabales es el retrato social y, sobre todo, la penetración
en la psicología sumamente compleja de los personajes relacionados con el
crimen, labor que no se le confía a una
“maquina de pensar”, sino a dos policías que, con sus idas y vueltas, con
múltiples interrogatorios, se empeñan en
descubrir el asesino, los motivos del crimen, los que pasa por el interior
de los personajes: sus debilidades y desajustes. La parte cubierta del iceberg.
Todos ellos, sin excluir a los policías
(maltratador y con una relación sentimental y sexual entre ellos surgida
durante la investigación). En la novela se tocan otros temas importantes: el
papel de la mujer en la sociedad, el movimiento feminista, la reinvención del
concepto social del escritor o escritora….
Con gran agudeza la autora es capaz de
introducirnos en la interioridad de estos personajes, confundidos y rebosantes
de inestabilidad emocional. Y eso justamente explica el desenlace del crimen.
Al final el lector percibe el significado de que la belleza es roja solamente se
puede comprender cuando se descubra la pulsión de la sangre.
Así pues, novela policíaca, pero con su fuerte
en la investigación de la psicología de los personajes.
Francisco Martínez
Bouzas
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