miércoles, 25 de septiembre de 2019

LA UTÓPICA LUCHA POR LA INMORTALIDAD


Operación Inuit
Lola Fernández Estévez
Grupo Tierra Trivium, Barcelona, 2019, 279 páginas.

    


   Tras su debut en 2016 en su pasión, que no es otra que la escritura, con una novela de aventuras y a la vez criminal (Tiempos del sal), a la que siguió en 2018 una pieza costumbrista y a la vez feminista (Natica), Lola Fernández Estévez cambia de registro y en Operación Inuit nos ofrece una novela de acción y a la vez de investigación e intriga.
   La novela, en efecto, da comienzo con un hecho que tiene totas las trazas de ser criminal: un periodista, Antonio Villegas que investiga el plan que una poderosa organización mundial está urdiendo, aparece ahogado en la playa de Sitges.
   Así se inicia Operación Inuit, nombre del plan. Y, sin solución de continuidad, hace acto de presencia la verdadera protagonista de la trama. La joven doctora Eulalia Martín (Laly, en el resto de la novela), trasladada recientemente al pueblecito de El Figaró. Allí comprueba que varios pacientes mayores han muerto de manera misteriosa, Un anciano, Quim, le advierte de que se están cargando a la gente, envenenando poco a poco a los viejos haciéndoles tomar un medicamento nuevo de nombre IF-1 que recetan a personas mayores de sesenta y cinco años. Un medicamento inteligente que actúa con más o menos fuerza en función de la edad, y causa leucemia, pero avalado por el hecho de incentivar la generación espontánea de nuevas mitocondrias dentro de las células  envejecidas. Las autopsias demuestran que el nuevo “medicamento” temporizador IF-1 perjudicaba más o menos según el estado de deterioro del cuerpo.
   Un medicamento, en definitiva, que mata ancianos. Y Laly recuerda con estupor que también su madre murió de leucemia mientras tomaba el IF-1. La eliminación de los ancianos ahorrará grandes cantidades de los presupuestos, según piensa Quim, un anciano que fue reportero de guerra. El Instituto Catalán de la Salud no acepta sus conclusiones y suspende a Laly de empleo y sueldo porque ha dejado de administrar un tratamiento con rango de vacuna mundial para administrar a los viejos en un mundo donde no tienen cabida.
   Detrás de todo ellos se encuentra la “Operación Iunuit”, el plan urdido para eliminar parte de la población de la tercera edad en países desarrollados debido a su coste económico; y la manera de hacerlo es utilizar un medicamento legal. La longevidad de la población es una amenaza. Pero también los recién nacidos son una amenaza.
    La novela introduce al lector en lo más recóndito de ciertas organizaciones planetarias y en su intento de controlar la población mundial. Tener el poder sobre la vida y la muerte; y por eso se convierte, en ciertas secuencias, en un thriller criminal. Plantea así mismo la posibilidad de mundos futuros, tales como viajar en el tiempo. Ribetes pues de ciencia ficción. Pero el núcleo central de la novela es el interés de obtener medicamentos regenerativos, rehaciendo células humanas. Ese es el propósito del plan urdido por los máximos responsables de la Operación Inuit, seres que jugaban a ser Dios. El desenlace que no revelaré, nos hace ver que sigue siendo una vana utopía el empeño de la especie humana en alcanzar la inmortalidad.
   Una novela de intriga, de acción, de buenos y malos que plantea múltiples temas además del central: la soledad de los ancianos -hacerse viejo es morir para los que amas-; la edad de la pérdida: los ancianos se han convertido, en la sociedades actuales, en muebles viejos e insensibles que han dejado de ser los transmisores de la memoria colectiva; la ética médica; la prepotencia de las industrias farmacéuticas que crean o hacen  desaparecer a su antojo medicamentos en función del rendimiento económico, no de las necesidades de los enfermos; la redes sociales que no son vida real, son simulacros.
    
                                            
Lola Fernández Estévez

 
   Desde el punto de vista formal, la autora presenta un relato lineal estructurado en forma de diario. Un narrador omnisciente narra los acontecimientos en tercera persona, con abundancia de diálogos y pequeñas descripciones adecuadamente integradas en el desarrollo de la trama. Quizás hace intervenir la escritora a demasiados personajes que crean cierta confusión. Un estilo cuidado pero sencillo; amplia información bien documentada sobre temas médicos. Un ritmo demasiado lento al principio que cobra viveza a medida que nos acercamos al desenlace. Novela, pues, de intriga, cercana a veces a una novela negra. Es de agradecer el hecho de que la autora, en un tema que se presta a ello, renuncie al adoctrinamiento. Y aunque hay buenos y malos en la novela, lo son por sus actos, no por preconceptos maniqueos.

Francisco Martínez Bouzas

lunes, 16 de septiembre de 2019

"LA CASA SALVAJE": ASÍ ES VIVIR


“LA CASA SALVAJE”: ASÍ ES VIVIR


La casa salvaje
Ángela Álvares Sáez
Editorial CELYA, Toledo, 2019, 43 páginas

    



   Hace dos años. Ángela Álvarez Sáez escribía que “hay cosas, personas, voces poemas, canciones que te hace sentir como si todo pudiera ocurrir. Como si se abriera un vórtice y el corazón te diera un vuelco y te sientes extasiado por tanta belleza”. Palabras inspiradas, pues eso es lo que me ha ocurrido con la lectura de los cuatro poemas de este libro. Su lectura, en efecto, ha provocado en mi una especial y gozosa turbación, a pesar de la amplitud de estos poemas que le dan forma a este libro, La casa salvaje con el que la autora se hizo merecedora del XVII Premio Internacional de Poesía León Felipe. Uno más a añadir a su ya amplia colección de galardones. La casa salvaje se nutre de poemas muy reflexivos y sentimentales, mas, en mi  opinión más apelativos que elegíacos tal como los valoró el jurado. Quizás también elegíacos, pero solo en cuanto nos pueden exhortar a la reflexión, respondiendo a motivos íntimos y también a algunos públicos, pero no de lamento, sino  de reconocimiento y gozo por el hecho de vivir, de sobrevivir.
   La poeta, en efecto, se sirve de íntimos universales poéticos que articula en poemas largos, manteniendo en cada verso la tensión poética y resolviéndolos en la circular perfección reflexiva, evocativa y sentimental.
   En el primer poema “Génesis” escuchamos la voz de un “futurible” -hablando con palabras mentecatas- de algo que no ha llegado a nacer. Su madre, un útero que le impide respirar el mar; el agua en la que nada es líquido amitótico. Sin tener ojos, sabe lo que es ver, sin tener oídos, escucha el canto materno. La voz del padre cose la aridez de sus huellas. E invoca a la madre: “Siento tu calor, madre. Siendo el tacto de tus cicatrices” (página 12), y se empapa de la sangre que lo alimenta. Y sigue el poema invocando el no nacido todo lo que una madre es para un feto: caricias, miedo, dolor que las manos maternas activarán. Algo semejante, aunque con una tonalidad no tan íntima, ocurre con el padre: “No estás conmigo, pero te siento una parte de mi” (página 13). Pero el futuro no es la tranquilidad del vientre materno. Y todo lo que ahora siente: la placenta, el útero… llegará un día en que se habrá escindido del poema y también de la vida.
   Reflexiona igualmente todo lo que en sus venas se conserva de sus antepasados. Hasta que llega el momento de abandonar el poema raíz. Por eso invoca a la madre para no nacer. Pero prorrumpirá en este mundo y caminará hacia la tierra de sus antepasados. El linaje está salvado. Intenso y hermoso poema en el que la poeta cede la voz al que va nacer y que ya presiente que la vida no es una mar de rosas.
   La existencia prosigue tras el nacimiento, y la poeta la representa en el poema “Luz y sombra”. La luz y las sombras que se perciben en la tierna infancia con sus juegos, con los cantos de la madre al llegar la noche. Los monstruos del sueño acechan a la niña, pero ahí está Mamá. Es una bebé recién nacida que aún no ha hundido sus raíces en la tierra. El padre acude de noche cuando gimotea. Aprende palabras en su niñez todavía incipiente y dorada, y se vuelve arena en el poema.
Un giro radical se produce en el tercer poema, “Amor y violencia”. Un muestrario espantoso de ese “homo homini lupus” en los tiempos actuales: con ejércitos bombardeando ciudades, niños desplazados, el horror desgranado en el silencio, mujeres asesinadas en México, el atentado en los trenes de Madrid… Y la naturaleza sangrando con una quebradura constante: animales desangrados, asados, cocidos vivos… Y en medio de tanta violencia, el amor: con tu hija recién levantada corriendo hacia ti.  El amor y la maternidad como una pulsión dorada y roja. Sí, el amor, pese a la violencia, porque es el que nos salva.
    
                                           
Ángela Álvarez Sáez
 
   Cierra el libro el poema, en mi opinión, menos vitalista: “Eternidad”. Un canto a la tierra de los ancestros a la que volveremos; y así retornaremos al poema inicial. La vida será un volver. “Volver a sembrar el poema para ver florecer el almendro de la infancia” (página 39). Retornar a los sitios amados, gozados, incluido “el límite metálico de Madrid” (página 41). Volver a los miedos, también al miedo a no ser. Volver a todas las experiencias vitales hasta cerrar los ojos y no ver nada porque la eternidad “ha hundido sus raíces en mi carne” (página 43)
   Poesía de nuevo existencialista del autodescubrimiento de los enigmas del ser, de la vida y del mundo. De las grandes incógnitas que fustigan el corazón del hombre, que diría Dámaso Alonso. Poesía ajena a las medidas métricas y rítmicas pero no carente de forma. Un libro muy breve pero rebosante de sustancia, de vida, de carnalidad. Formando los cuatro poemas una gran metáfora sobre los que es vivir.

Francisco Martínez Bouzas

jueves, 12 de septiembre de 2019

"CONDUCE RÁPIDO": UN FRISO DE LA NEGRURA


Conduce rápido

Diego Ameixeiras

Ediciones Akal, Madridn 2017, 160 páginas.





   

 “Pero son Matarte lentamente, Conduce rápido  y La crueldad de abril las que verdaderamente convierten a Ameixeiras en uno de los pilares de la novela negra en Galicia y España.”. Así afirmaba hace unos días en mi reseña de la novela Matarte lentamente. Hoy me satisface ofrecer el siguiente comentario de otra novela negra de Ameixeiras: Conduce rápido, publicada por la Serie negra de Ediciones Akal.

   Una de las obsesiones de Diego Ameixeiras como narrador es la de ser un fiel testigo de lo que sucede en la calle, sobre todo en los lugares públicos de nuestras ciudades. Suele hacerlo en todos los registros en los que escribe, incluso en el género folletinesco, tal como había hecho en Historias de Oregón, un retrato expresionista de una ciudad gallega rebosante de personajes sumergidos en inconcebibles intemperies vitales: Fue esta pieza narrativa la que supuso un comienzo en el cambio de registro, que proseguiría con Todo OK y Matarte lentamente. Un progresivo abandono del género detectivesco en beneficio de la novela negra, en mi opinión, una fórmula narrativa más rica y compleja que la simple investigación de un hecho criminal. En la novela negra el elemento estructurador es un retrato crítico de la sociedad, así como la introspección psicológica de los personajes. Una verdadera crónica social de un tiempo que suele convertirse en un espantoso friso de la actualidad áspera y dura, llena de vidas rotas, esclavas de las mayores pesadillas, perdedores, siempre perdedores.

   Ese mismo cauce es por el que Diego Ameixeiras deja transcurrir Conduce rápido. Una novela coral que aborda los submundos de la marginación social, atenazada por la extrema violencia. Estructurada en torno  a una trama principal y varias secundarias, que a pesar de que al inicio de la novela parecen independientes, terminan, sin embargo, entrecruzándose, encajando entre sí, ya que todas  ellas giran alrededor del mismo tema: el narcotráfico que atenaza a un grupo de personajes que se hallan en situaciones límites, y acaban casi que todas ellas en el bando de los perdedores.

   El detonante es un saco de lona envuelto con unos cordeles que un chico -uno de los muchos personajes de este coro de vidas precarias- encuentra en una playa gallega. Dentro, diez kilos de cocaína. Va a ser una excelente ocasión para que dos hermanos que viven en la marginalidad  de Santiago, busquen una solución definitiva para sus vidas; el golpe de fortuna que los saque de la miseria y de la delincuencia. Pero su miserable épica, con códigos muy especiales que la convierten ciertamente en una poética de la desesperación, acabará explotando en abismos de violencia, con la muerte como horizonte para la mayor parte de los antihéroes de estas historias cruzadas.

   En la novela hay delincuencia y hay narcotráfico. Peo ni los delincuentes ni los traficantes son grandes capos, ni delincuentes de guante blando. Son yonquis, gente que apenas logra sobrevivir a base de pequeños robos, resolviendo problemas de otros, tanto los sencillos como los complicados; o intentando venderles un saco de coca a los capos narcotraficantes que lo perderán en el mar. Crónica negra, negrísima, de una geografía de lo más obscuro de nuestra sociedad. Sin embargo todavía queda un resquicio: una puerta abierta para la esperanza e incluso para el amor.

    


                                            
Diego Ameixeiras
   

  Diego Ameixeiras levanta esta novela con una insólita economía expresiva, con la brevedad de secuencias escritas de manera sintética, con un estilo contenido, como flashes expresionistas. Estilo fotográfico, como se ha descrito a esta forma de narrar basada en el relato de las acciones y en los diálogos de los protagonistas.

   La novela cuenta lo que pasa en cinco días, y cada secuencia está marcada por la hora en la que acontece lo que se relata: la violencia que se va apoderando de la narración a un ritmo muy veloz. El autor omite todo aquello que no es estrictamente necesario para entender lo que ocurre. Como ha declarado el mismo Ameixeiras, siendo fiel al género, los personajes no deben tardar treinta páginas en subir una escalera. A pesar de esa economía expresiva, no faltan en la novela verdaderos logros expresivos. No son, sin embargo, resplandores líricos, sino relámpagos de violencia.

   Señalo finalmente la ausencia de  un propósito didáctico o moralizante en Conduce rápido, bastante frecuente en la novela negra. La visual penetrante del autor adopta en esta novela negra el punto de vista de los delincuentes, personas que se mueven en la marginalidad, en la pequeña delincuencia, o en otra más organizada, a los que el autor no condena ni redime. Nos hace llegar con gran habilidad y efectismo sus miserias, sus historias, o sus actos. Serán los lectores que leen para juzgar y no disfrutar de un buen producto literario, a los que les corresponde actuar de jueces.



Francisco Martínez Bouzas


sábado, 7 de septiembre de 2019

NOVEDADES DE SEPTIEMBRE, 2019, DE ANAGRAMA


  Sigue creciendo ese “catálogo de ensueño” de Editorial Anagrama, el sello editor independiente barcelonés que fundó hace cincuenta año Jorge Herralde y que ha pilotado desde entonces. Esa “peste amarilla” como la definió el patriarca de Planeta, José Manuel de Lara, ahora situada en la órbita de Feltrinelli y dirigida ahora por Silvia Sesé, mas con Jorge Herralde sin abandonar la nave. Anagrama ha ilustrado y sigue ilustrando y llenando de inolvidables vibraciones la vida de muchos lectores de España y de Latinoamerica. Desde hace unos años también la de aquellas y aquellos que leen en catalán. Más de mil títulos en su colección emblemática de narrativa. “Panorama de narrativas” y cerca de los seiscientos cincuenta en “Narrativas hispánicas”, las dos colecciones, junto con “Argumentos” más conocidas.
   Este mes de septiembre ha visto aumentar el catálogo de Anagrama en varios títulos en sus diversas colecciones. De ellos he recibido tres gracias al buen hacer y generosidad de su equipo de prensa, siempre tan atento y eficaz.
   Doy noticia de esas tres novedades en una primera visual informativa, elaborada a base de las presentaciones editoriales. Posteriormente volveré sobre estos títulos con mi valoración crítica.

Francisco Martínez Bouzas


Máquinas como yo
Ian McEwan
Traducción de Jesús Zulaica
Editorial Anagrama, Panorama de narrativas Barcelona, 2019,355 páginas.

Sinópsis:

McEwan explora la ciencia ficción: ¿puede una máquina llegar a entender y juzgar la complejidad moral de las decisiones de un ser humano?
Londres, años ochenta del siglo pasado. Pero un Londres distópico y alternativo, en el que la historia ha seguido algunos senderos diferentes. Por ejemplo, el Reino Unido ha perdido la Guerra de las Malvinas y el científico Alan Turing no se ha suicidado atormentado por las consecuencias del juicio al que fue sometido en los años cincuenta por su homosexualidad, sino que sigue vivo. No solo vivo, de hecho, sino plenamente activo, y dedicado al desarrollo de la inteligencia artificial, campo en el que ha conseguido un hito: la creación de los primeros seres humanos sintéticos, unos prototipos a los que da el nombre –según su sexo– de Adán y Eva.
Charlie compra uno de los Adanes de la primera hornada, pensados para hacer compañía y ayudar en la casa, y con ayuda de su amante, la joven Miranda, lo programa a su gusto. Pero Miranda oculta un terrible secreto,y ese ser sintético prácticamente perfecto, sin las fisuras pero también sin los matices morales de los verdaderos humanos, acabará descubriéndolo.
Y así, la peculiar relación triangular entre Charlie, Miranda y Adán derivará en una creciente tensión que obligará a los personajes a tomar decisiones difíciles y arrastrará al lector a plantearse dilemas morales tan incómodos como necesarios. Tras deslumbrarnos con esa suerte de revisitación del Hamlet shakespeariano narrada por un feto que era Cáscara de nuez, Ian McEwan afronta otra propuesta osada y ambiciosa, en la que se sirve de la ciencia ficción para lanzar algunas preguntas inquietantes: ¿qué es en definitiva lo que nos hace humanos? ¿Dónde están los límites éticos de la inteligencia artificial? ¿El fin justifica los medios? ¿Puede una máquina llegar a entender y juzgar la complejidad moral de las decisiones de un ser humano?

De este libro y su autor se ha escrito:

McEwan, uno de los escritores más sólidos y brillantes de Inglaterra, se adentra en territorio nuevo y apasionante» (Esquire).
«En esta novela sublimemente juguetona... no hay ni una página que no te haga pensar, o sonreír» (Craig Brown, The Mail on Sunday).
«Ahí arriba con sus mejores novelas. Logra combinar la oscura acidez de los geniales cuentos del primer McEwan con la legibilidad para todos los públicos de sus obras más recientes. Una novela tan inteligente no debería ser tan divertida, pero lo es» (Alex Preston, The Observer).
«Cautivador... Inolvidablemente extraño... Hay muchos placeres y muchos momentos profundamente perturbadores en este libro... Moralmente complejo y muy inquietante, animado por un espíritu travieso, siniestro e inteligente que es exclusivo de su autor» (Marcel Theroux, The Guardian). «Probablemente el mejor escritor inglés de su generación. Las ideas que explora aquí son importantes, hoy más que nunca» (Richard Dismore, The Daily Express).
«Divertida y políticamente aguda; da mucho que pensar. En esta obra brillante, el estilo literario y la chispa intelectual hacen una combinación ganadora» (Peter Kemp, The Sunday Times). 
«Nos recuerda que McEwan es uno de esos talentos que solo aparecen una vez por generación, y lo hace ofreciendo placer lector, perspicacia intelectual y una imaginación seductora» (Lara Feigel, The Spectator)



Aborto en la escuela
Kathy Acker
Tradución de Antonio Mauri
Prólogo de Eloy Fernández Porta
Editorial Anagrama, Panorama de narrativas, Barcelona, 2019, 200 páginas

Sinopsis:
  
 Cuando apareció en los setenta, se dijo de Kathy Acker que era la sucesora de Henry Miller, la primera pornógrafa feminista y la Patti Smith de la literatura pospunk. Sus libros fueron considerados «obscenos», «perturbadores» e «iconoclastas». Robert Mapplethorpe la fotografiaba; en Nueva York se movía en el área de Andy Warhol, Laurie Anderson y los Talking Heads; realizaba performances en Londres; los oráculos de la modernidad la entrevistaban con frecuencia; algunos críticos abominaban de ella, mientras que otros le dedicaban arduos y sesudos estudios en los que la calificaban de «feminista poslacaniana».
Aborto en la escuela (1984) es su obra definitiva, la novela que acabó de encumbrarla. Janey, su protagonista, se va de casa porque su padre –que también es su amante– se ha liado con otra mujer, y emprende un largo viaje hacia el fin de la noche narrado mediante todo tipo de recursos: «cut-ups» a o Burroughs, reescrituras y parodias de otros escritores (Hawthorne y Sade, Shakespeare y Emily Brontë), dibujos (¿obscenos?, ¿pornográficos?) y poemas, así como las más vitriólicas diatribas contra la religión, el gobierno y el lenguaje de los biempensantes, tejen la trama de este libro caleidoscópico, especie de mil y una noches de pesadilla, soñadas en los bajos fondos de Tánger y Nueva York. Libro pionero y de culto, clásico moderno del feminismo rock que anticipó múltiples preocupaciones rabiosamente actuales, Aborto en la escuela, que ahora rescatamos con un prólogo esclarecedor y enciclopédico de Eloy Fernández Porta, sigue siendo un festín de inventiva y provocación, un fantástico (y fantasioso) cóctel molotov de sexo, política y teoría que hoy resulta más saludablemente inflamable que nunca.

De este libro y su autora se ha escrito:
«Acker, la reina secreta de tantas chicas punk, me enseñó que está muy bien usar “feminista” y “experimental” en la misma frase. Claramente fue una de las más grandes escritoras que el mundo conocerá jamás» (Kathleen Hanna).
«Una escritora muy importante» (Alan Moore).
«Una Colette posmoderna» (William S. Burroughs).
«La escritura de Acker es virtuosa, exasperante, loca, muy sexy y muy dolorosa, y nace de los latidos de un corazón salvaje que nada puede domesticar» (Jeanette Winterson).
«Sus temas –hiperviolencia, terrorismo, aborto, agresiones sexuales, subversión del género– son fundamentales en este preciso momento… Su obra es generosa. Crea posibilidades» (Olivia Laing).
«Acker penetró en el corazón de la cultura americana con una fuerza intelectual pícara y espléndida que no se había visto antes» (Sapphire).
«Aborto me salvó la vida. La chica de esta historia tenía más voluntad y voz que cualquiera sobre la que hubiera leído o fuera a leer en toda mi vida» (Lidia Yuknavitch). «Aborto nos habla poderosamente... Salvajemente inventiva y directa» (Chris Kraus). «Hay autores con una obra tan singular que esperan años hasta que los cambios sociales y las tendencias culturales les permiten reencontrar a sus lectores. (…) Debería ser el caso del estilo destroyer de Kathy Acker… Sus novelas parecen escritas pasado mañana» (Jordi Puntí).
«El furioso legado de Acker, y este conciertazo de libro que está a punto de empezar, es munición de gran calibre para el combate» (Del prólogo de Eloy Fernández Porta).



Seis formas de morir en Texas
Marina Perezzagua
Editorial Anagrama, Narrativas hispánicas, Barcelona, 2019, 281 páginas.

Sinopsis:

Varios personajes, dos continentes y un corazón: una trágica encrucijada de destinos.
Esta es una novela sobre varias personas cuya suerte queda ligada por un corazón. No se trata de un corazón simbólico, sino de un órgano que palpita y da la vida… y también la muerte.
Esta es una novela sobre dos familias y dos continentes. Un hombre es ajusticiado en una cárcel china y sus órganos son objeto de tráfico. Su corazón acaba alojado en el pecho de un norteamericano, y ese trasplante marcará el futuro de las siguientes generaciones. Según la tradición budista, si el corazón no se entierra con el muerto este jamás logrará descansar en paz, y por tanto los herederos del difunto deben traer el órgano de vuelta a China.
Esta es una novela sobre tráfico de órganos, pecados que deben redimirse, actos de amor que buscan purgar culpas y actos de venganza que tratan de restablecer la armonía quebrada. Marina Perezagua construye una trama meticulosa y perturbadora que nos habla de la esencia del ser humano, del azar y del destino. La autora, que se ha ido consolidando como una voz imprescindible de la actual narrativa española, nos ofrece un libro que deslumbra e inquieta.

De este libro y su autora se ha escrito
«Destacar la admiración mayúscula que va mereciendo la sevillana Marina Perezagua, que va conquistando lectores seducidos por su valía… Una escritora culta, exigente con el estilo literario» (Pilar Castro, El Mundo).
«Perezagua deja perplejo a quien se atreva a seguirla, pues lo que brota de su escritura es una visión desasosegante y en ocasiones surrealista… Posee la escritora un dominio apabullante para describir la belleza dolorosa que esconde lo insospechado» (María José Obiol, El País).
«Marina Perezagua, una escritora singular…, con un cúmulo de obsesiones y referencias que la convierten en una revelación» (Lucía Lijtmaer, eldiario.es).
«Una de las mejores de la nueva generación de escritores en lengua española» (Salman Rushdie).