martes, 18 de abril de 2023

REALIDAD Y FICCIÓN EN UN MUNDO VIRTUAL

Magnífica desolación

Javier Moreno

Editorial Candaya, Avinyonet del Penedès (Barcelona), 2023, 313 páginas.

 

   

    “Con el cuerpo y el corazón partido”, aquí está de nuevo Candaya con Magnífica desolación, la postrera aportación de Paco Robles que hace casi veinte años inició su andadura con Olga Martínez  como co-editora y compañera de vida. Magnífica desolación es pues el último libro que Paco Robles editó en vida. Vaya ante todo mi homenaje para los dos editores que nos demostraron que pueden existir y existen empresas editoras independientes que publican libros de gran calidad.

   Y ahora dos líneas para una breve semblanza del autor, Javier Moreno. Murciano de 1972, licenciado en matemáticas                                            y en literatura comparada -disciplinas que a primera vista parecen antitéticas-, autor de varios poemarios premiados, de cinco novelas, de relatos y de un largo ensayo.

   Magnífica desolación acoge cuatro relatos de extensión considerable, de tal modo que cada uno de ellos podía ser considerado una novela corta, una nouvelle, cada uno con una entidad. Un subgénero adyacente de la novela y el cuento, que narran historias muy distintas, pero entre ellas mantienen relaciones temáticas.

   En las Claves sobre Magnífica desolación, una inestimable ayuda que nos ofrece Candaya, se define la temática común de estos cuatro relatos-nouvelles: los límites de la realidad y de la ficción, fronteras siempre muy difusas.

   “Pentimento” Es el relato o que abre el libro. El innominado protagonista pretende aislarse en una cabaña en medio del bosque. Lleva de todo, preservativos incluidos, pero se olvida de los libros. Por casualidad encuentra el último que había escrito en la cabaña. Puede, por consiguiente, revisar los personajes de esa novela: sus espacios, sus emociones. La historia de un personaje, un soldado, víctima de los años de conflicto. Narrará la persecución en la que un sargento persigue al soldado conocido como el carpintero, un desertor al que la gente venera. Desertó porque no quería luchar en ningún bando. El protagonista finalmente, conceder de esa ficción, tiene la impresión de estar cometiendo un sacrilegio, porque la ficción, sin ser real, podría llegar a serlo.   Una nouvelle que, a medida que crece, se hace cada vez más interesante y cuestiona la relación entre ficción y realidad.

   La segunda nouvelle “Los reinos de lo irreal” combina la narración heterodiegética con la homodiegética, y su escenario es Chicago. Narrada en forma de diario de siete días, el protagonista persigue el rastro del artista y pintor Henry Drager y de la  fotógrafa Vivian Maeir. Ambos han fallecido y están enterrados en un cementerio de la ciudad estadounidense. A los dos les unen las casualidades y empatías como la protección de los niños. Tras sus piezas se mueve el protagonista, si bien la visión de cuarto de Deager  lo sume en melancolía. Es en este relato donde  el lector hallará las dos palabras que rotulan el libro: cuando Amstrong y Aldrin llegaban a la luna, Vivian y Henry paseaban por la playa vacía una tarde de julio en una “magnífica desolación”.

   La tercera novela corta, “Magreb”, la más breve y con secuencias más cortas, es una conversación que se ejecuta indefinidamente entre el protagonista y L, una mujer separada o en espera de separación. Un relator interdiegético, que confiesa tener una existencia insignificante, conoce a L en un viaje programado a Marrakech. Ella le incita probar un cigarrillo, pero no quiere ser la inductora de un vicio. Entre vasos de whisky, la conversación se prolonga a lo largo de los días. Y en ella se cuestionan y dialogan varios problemas cruciales como la naturaleza del alma. Y de nuevo la dificultad de la realidad: lo que el otro está pensando, me aleja de la realidad, o por el contrario me sumerge en ella. Un relato con una historia sin desenlace y con no poco de ensayo.

    

                                      

                                            Javier Moreno   

 El último relato o nouvelle (“El cielo de Madrid”) no se inicia con el tema central, sino con un diálogo entre varios personajes y una visita a la playa de las Catedrales en la costa cántabra de Lugo. Hasta que surge el problema de cómo distinguir la realidad de la ficción que sobrevuela en todo el libro. Y en qué medida somos hoy manipulables. El trasfondo virtual es la aplicación AltLife. Y en ella, un profesor universitario consume buena parte de su vida alternativa. Beatriz, la alumna con la que se cita, le remite a esa web AltLife con una única pregunta: “quizás aquí podamos ser felices”. Pero en esa web no existe la posibilidad de viajar en el tiempo, hacia adelante o hacia atrás. Lo que más le concierne y preocupa al profesor es si el algoritmo  de un programa informático era capaz de gobernar su voluntad. Un cuestionamiento por la tecnología que junto con las relaciones ficción-realidad marcan la substancia de este libro.

   Un libro o cuatro nouvelles profundas y de lectura intrincada que seguramente no incendiaran las noches de los lectores, pese al estilo de prosa que parece que acaricia a los que lo intentan. A veces, abrumador, como el mismo autor escribe en el primer relato: la literatura actúa como el hombre que destripa un pez: despreciando gestos, prescindiendo de una gran cantidad de datos cuya presencia haría del texto, por exhaustivo, un documento abrumador.

 Francisco Martínez Bouzas

 

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