Sobre la historia natural de la destrucción
W. G. Sebald
Traducción de Miguel Sáenz
Editorial Anagrama, Barcelona, 158 páginas.
En un momento en el que varios países y sus habitantes están siendo sometidos a la destrucción y a la muerte, no parece una idea desacertada, acudir a un no-nobel, W.G. Sebald (Wertach, Alemania 1944-2001) y tener en cuenta sus reflexiones sobre la destrucción de Alemania por los Aliados, cuando la Segunda Guerra Mundial ya la habían ganado. Durante la Guerra más de ciento treinta pueblos y ciudades alemanas fueron tomadas como objeto de las bombas de los Aliados hasta llegar a arrasar muchas de ellas.
Si el dolor es igual para todos ¿por qué un ominoso silencio que durante décadas desplegó una cortina de olvido sobre las víctimas del otro holocausto, el sufrido por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial? El sentimiento de ignominia que se extendió en la sociedad germana en la posguerra, convirtió en tabú colectivo la espantosa y sistemática destrucción de las ciudades alemanas por los aviones aliados. Posiblemente muchos de los afectados lo vieron, como se señala en un relato de Hans Erich Nossack sobre la destrucción de Hamburgo y los gigantescos incendios, como un castigo merecido.
Sin embargo, en los últimos tiempos, distintos autores, entre ellos Enzensberguer, Günther Grass, Jörj Friedrich, Anthony Beevor… han hurgado en la herida oculta de una guerra justa, pero con matanzas premeditadas. El último en explotar este tabú colectivo fue W.G. Sebald. El escritor alemán fue uno de los casos más relevantes de escritores que apuestan por los géneros híbridos, por la literatura fronteriza. La noficción que transita de la fabulación al ensayo y de la palabra a la imagen o al documento oficial, quizás como la única manera de supervivencia.
Sebald es sin duda uno de los escritores con mayor autoridad moral para inquirir sobre el porqué de la destrucción sistemática de Alemania, y sobre el silencio que equivale a la negación del pasado. Porque las referencias al exterminio de los judíos europeos ocupan un lugar central en su obra, en especial en Los emigrados y en su última novela, Austerlitz.
W.G. Sebald
Hace años, Anagrama reunió en su colección ”Panorama de narrativas” dos textos de Sebald, paridos como hijos mestizos. En Sobre la historia natural de la destrucción ahonda en efecto en las raíces del “ominoso silencio”. En uno de los textos de ese libro “El escritor Alfred Andersch”, el protagonista analiza un caso que llama la atención y es significativo. Alfred Andersch, mediocre y vanidoso como escritor, cobarde y oportunista como persona, es un ejemplo paradigmático de cómo un personaje público realiza intentos, más o menos conscientes, de adaptación y de ajuste mediante discretas omisiones.
En esa preocupación por retocar la imagen reside una de las razones fundamentales que explica la incapacidad de toda una generación para describir y traer a la memoria los horrores presenciados y que el escritor analiza en el texto que abre el libro, “Guerra aérea y literatura” en el que nos atormenta y paraliza con imágenes espantosas.
Francisco Martínez Bouzas
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