Xavier
Alcalá
Ézaro
Ediciones, Santiago de Compostela, 354 páginas
(Libros
de siempre).
El hecho de que Alén da desventura de Xavier Alcalá haya sido reeditada por tercera vez en estas fechas, es una buen aliciente para perdernos una vez más en las intrigas y aventuras por tierras y mares ignotos del continente de América del Sur. El dominio a la hora de narrar, tanto en gallego como en español de Xavier Alcalá (Miguelturra, Ciudad Real, 1947) acompaña esta trepidante historia que recoge los relatos de un marino inglés, Isaac Moore y del misionero español, el padre Sineiro. Xavier Alcalá es uno de esos escritores nacidos fuera de Galicia, pero que asumió y adoptó el gallego como lengua propia.
Parafraseando la valoración que H. James hizo de Stevenson, es legítimo referirse al Xavier Alcalá de Alen da desventura / Al sur del mundo afirmando que es un lujo hallar a alguien que conoce el arte único de fabular aventuras. Porque de eso se trata: aprovechar la aventura como recurso narrativo, y sumergirnos enteramente en la misma, recreando de forma adecuada un tiempo, un lugar e incluso una lengua.
Al sur del mundo no es solamente una escapada a horizontes exóticos, con navegaciones, selvas, desiertos o inmensas llanuras, sino un difícil ejercicio de encaje con el hilo primoroso de una lengua trabajada, cuidada hasta la extenuación. Aunque me vuelva a referir a las peculiares armas lingüísticas y estilísticas que emplea el autor es preciso constatar que ante todo, Al sur del mundo es sobre todo un libro con una trama plenamente aventurera. Una novela en la que, poco a poco, se van venciendo espacios y obstáculos, aunque seguramente le haríamos más justicia a la esencia de la trama del libro de Xavier Alcalá si concordamos en que aquí sucede al revés: que son las trabas y dificultades las que derrumban a los héroes de la narración, en la que ciertamente no caben más desventuras, como tampoco cabían en la imaginación de Isaac Moore, actor principal de unos de los relatos que acertadamente suturados, le dan forma al libro de Xavier Alcalá.
Digamos también que, como mandan los cánones de la novela de aventuras, el comportamiento de los héroes que van mostrando su aventura-desventura por las páginas del relato, es plenamente lineal, aunque referido desde el punto de vista de dos narradores distintos, y por supuesto fingidos, Así mismo, y tal como mandan las reglas del género, en la novela de Xavier Alcalá predomina la “retórica del acto”. Igual que el lenguaje de los de los personajes y sus acciones, no sus reflexiones y consideraciones, abundantes, no obstante en el diario del padre Sineiro, pero que el lector percibe como fruto de una voluntad estilística.
Con relación a la trama argumental bastaría con decir que en Al sur del mundo, viajamos, por medio de la letra impresa hacia las costas y regiones patagónicas en eu tiempo -el último tercio del siglo XVIII-, sumergiéndonos de llenos en la atmósfera de rivalidades entre ingleses y españoles y con la desconfianza de los indios “serranos” de la cordillera andina, siempre al acecho.
En este tiempo y en este escenario estructura el autor su obra pespuntando con el hilo de dos relatos que refieren acciones en parte coincidentes: las desventuras de Isaac Moore que nos introduce en la perspectiva de los ingleses, y el Diario del padre Sineiro de Malpica que nos acerca a la de los españoles. Y más en particular a la de un misionero que coincide en el tiempo y en la misma geografía con el personaje del puritano inglés, si bien no se encuentran hasta el desenlace.
Xavier Alcalá
El presente narrativo, sin embargo, tiene lugar en otras latitudes: en tierras ferrolanas donde el ilustrado Gabriel Alcaraz, comisario del Arsenal, actúa como cimiento e introduce dos acontecimientos que ocurren en América. Las tres variedades tipográficas que emplea el autor, le ayudan al lector a situarse en cada uno de estos tres elementos estructurales de la obra.
Se trata, en mi opinión, de una novela compleja y muy trabajada, tanto en el desarrollo de la trama argumental, como en sus aspectos formales. Xavier Alcalá nos cautiva ciertamente con la narración verosímil de hechos que nunca acontecen en territorios australes, apelando, como decía J. Conrad, a nuestra capacidad para el deleite, para la admiración del esplendor de mundos fabulados. Menos interés ofrece, en mi opinión, la parte ferrolana del relato: la relación de las conversaciones, intrigas o repercusiones de las ideas ilustradas entre los personajes que, desde la ciudad departamental, son testigos interesados de los sucesos americanos. Concluyo aludiendo de nuevo al armazón formal de la novela: el dominio que el autor muestra de los registros lingüísticos, especialmente los del mundo náutico; su capacidad para imitar el artificio y las maneras del lenguaje religioso del siglo XVIII, y su dominio trabajado para recrear ambientes, hacen del autor de Al sur del mundo, un maestro de verosimilitud al que podemos leer, lo que constituye un verdadero placer.
Francisco Martínez Bouzas
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