De un desastre oscuro. Sobre el fin de la verdad de estado
Alain Badiou
Traducción de Irene Agoff
Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 2013, 76 páginas.
(Libros de siempre)
Traslado de Wikipedia la información biográfica de Alain Badiou: “Alain Badiou (Rabat, Protectorado francés de Marruecos, 17 de enero de 1937) es un filósofo, dramaturgo y novelista francés.
Su padre, Raymond Badiou (1905-1996), fue miembro de la SFIO (Section française de l'Internationale ouvrière), formando parte de la Resistencia francesa durante la ocupación nazi, y siendo elegido alcalde de Toulouse entre 1944 y 1958.
Realizó estudios de filosofía en la Escuela Normal Superior de París entre 1956 y 1961. Ha impartido lecciones en la Universidad de París VIII y en la ENS desde 1969 hasta 1999, fecha en la que fue nombrado director del departamento de filosofía de esta. También imparte cursos en el Collège international de philosophie. Fue discípulo de Louis Althusser, influenciado por sus primeros trabajos epistemológicos. Es considerado, junto con su contemporáneo Jacques Rancière, uno de los filósofos más importante de la actualidad en Francia.1
Militante temprano, fue miembro fundador del Partido Socialista (PSU) en 1960. Implicado en los movimientos políticos en torno al mayo francés, y simpatizante con la izquierda maoísta, ingresó en la Union des communistes de France Marxiste-Léniniste en 1969. Actualmente participa en el grupo L'Organisation Politique, junto con Sylvain Lazarus y Natacha Michel.
Su obra principal es El ser y el acontecimiento, donde defiende que las matemáticas constituyen la verdadera ontología, o "ciencia del ser en tanto ser". En 2006 ha publicado su segunda parte, Logique des mondes. L'être et l'événement 2, publicada en castellano en 2008. Así mismo en castellano y gallego están traducidas algunas de su obras más importantes como La ética.. Ensayo sobre la conciencia del mal (Traducción de Emilio Araúxo), entre otros articulos menores. Fue Francisco Sampedro el autor de la traducción. De un desastre oscuro al gallego.
Es Amorrotu, su casa editora la que sintetiza en las siguientes líneas la temática fuerte de este pequeño ensayo: “Lo que el espectáculo del mundo sugiere finalmente al filósofo ?espectáculo que de ninguna manera es su objeto, sino sólo el espacio indistinto donde proceden algunas verdades, condiciones para que exista ese lugar de pensamiento que es la filosofía? es que la crisis es general. Y no solamente la del Estado-partido del Este: también la del Estado-partidos del Oeste. Pues se trata de la perturbación a la que es arrojado el mundo por haber agotado sus efectos el enunciado milenario que identifica la política con el Estado. Y si este enunciado agotó esos efectos es, justamente, por haberlos llevado hasta el corazón de la voluntad emancipadora. El fin de ese monstruo, el comunismo de Estado, arrastra en su caída y desvitaliza a toda subjetividad política que pretenda, sea bajo el tema revolucionario, sea bajo el tema del derecho, aparear la coacción estatal con la universalidad liberadora. Desde este punto de vista, tanto en los países del Este como en los países del Oeste, la historia de la política comienza. Comienza apenas. La ruina de toda presentación estatal de la verdad inaugura este comienzo.»
Alain Badiou
Por mi parte considero que las páginas de Alain Badiou son merecedoras de una honda reflexión, que sobrepasaría por su dimensión la naturaleza de estas líneas. Sirva como valoración subjetiva esta modesta exhortación: échenle una hojeada bien demorada a estas páginas todos aquellos que consideran que es necesaria la des-estatalización de la Verdad, empezando por esa “verdad” milenaria, y sin embargo muy reciente en la historia entera de la humanidad, que identifica la política con el Estado; los que acreditando y mantiendo fidelidad al Octubre de 1917 piensan que, con la muerte del comunismo estatal en los países del Este, no murió el comunismo, sino un muerto, y con él la capacidad de usurpación (la falta del comunismo, el primado de la economía). Pero también los que albergan sospechas sobre el irresistible triunfo de la democracia occidental y que el capital-parlamentarismo sea “conmensurable con la idea de humanidad”. Y la propiedad la esencia de la civilización. Todos los que creen en la idea de (re)comenzar el marxismo como hipótesis política inaugural, “puesto que no existe marxismo y su significado, no obstante, sigue siendo equivalente a la pasión por la igualdad, a la intolerancia con los opresores, al deseo de justicia y al infinito rosario de luchas emancipadoras que van desde Espartaco a Mao (no el hombre de Estado sino el líder rebelde). Por último acérquense a la energía de estas páginas todos aquellos juramentados a favor de la existencia sobre verdaderos ensayos sobre la Verdad.
Francisco Martínez Bouzas
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