Gianni Celati
Traducción de Francisco de Julio Carrobles
Editorial Periférica, Cáceres, 1018, 347 páginas.
Lunario del paraíso es una novela con
visos clasicistas y bastante alejada de la modernidad. Su autor Gianni Celati
(1937) es sin embargo un escritor italiano relevante, especialmente en la
segunda mitad del siglo XX. Nacido en Sondrio, publicó Lunario del paraíso en 1978 y el libro muy pronto se convirtió en
un producto literario mítico, una de las novelas italianas más importantes de
la segunda mitad del pasado siglo. Gianni Celati compagina la creación
literaria con la traducción de los clásicos ingleses del siglo XIX: Twain,
Conrad o incliso Joyce. Hoy, gracias a la traducción de Francisco Julio
Carrobles y a la edición de Periférica, lo podemos leer finalmente en español.
La novela
pretende ser una especie de recuperación de los recuerdos de la juventud que de
nuevo recobra vida. De subsistir únicamente en la brumas nebulosas que acarrea
el paso de los años, el autor quiere transmitir a los amigos, alejados desde la
adolescencia, un período excepcional de sus vida. Y en efecto, tras cuarenta años,
de acontecidos los hechos, Gianni Celati, extrae de los repertorios de su
memoria, la odisea de un viaje hecho a Alemania cuando tenía aproximadamente
veinte años, tras la estela y las huellas profundas que Antje, una chica
alemana, había dejado en su corazón, después de haberla conocido
superficialmente en unas vacaciones estivales en la orilla del mar.
“Ciofanni” será el nombre con el que se dirija a él el padre de la
chica, viaja a un país desconocido, impulsado por el frenesí juvenil y las
necesidades de descubrir el mundo. Sigue a la joven hasta el Hamburgo de The
Beatles, y se siente feliz de dejarse hospedar por la familia de la joven
alemana. Pero en el fondo el viaje es el
colmo del absurdo, y en el mismo se suceden historias increíbles, encuentros
con mujeres, diversiones y sobre todo el brotar de raudales de vida.
Si el
término lunario significa el registro que comprende todos los días del año
distribuidos por meses, eso precisamente es lo que hace Gianni Celati. Pero hay
algo que el narrador evita de una forma intencionada: todo aquello relacionado
con las funciones laborales. Por eso mismo, la trama de la novela tiene una
cierta tonalidad picaresca, aunque de ella no están ausentes las referencias
críticas al capitalismo y a sus dictaduras opresoras y omnipresentes sobre todo
con los menos favorecidos.
De Lunario del paraíso se ha escrito que es
un texto no muy lejano de las narraciones de Bocaccio. Si
algo pretende contarle Celati a los amigos para los que escribe la obra, son
sus anécdotas y vivencias personales, más o menos apasionadas. De ahí que la
técnica que emplea es la irles preparando para lo que va a narrar.
Lunario del paraíso podría aproximarse
a una novela de formación, si bien muy
alejada del concepto tradicional de la misma. La objetividad Gianni Celati no
es otra cosa que apropiarse de todo aquello que es humano y novelesco,
recurriendo a una lenguaje ajeno a las reglas y sirviéndose, sobre todo, de la
lengua oral y de las jergas juveniles.
La novela
carece de un verdadero orden cronológico. Giovanni, el protagonista, asume el
rol de narrador oral, usando varios apóstrofes, tal como hacían los cuentistas
medievales. Otro hecho destacable es que esta es una novela sobre el pasado.
Todo en el libro pretende resucitar viejos recuerdos sin demasiada relación con
el presente. Es la poética de la lejanía
como ha sido definida. Viejos recuerdos que, en más de una ocasión, precipitan
al protagonista en un verdadero embrollo surrealista en la búsqueda del
paraíso.
En la
novela no faltan intertextualidades con la literatita. Ya en el título hay una
cierta referencia a La divina Comedia de
Dante. El personaje femenino de
Antje, la joven alemana, parece un calco de una Beatriz Moderna. El amor por
ella aparece sublimado y sobre todo controlado por sus progenitores. Giovanni,
por otra parte se describe tal cual otro Dante, como poeta de la mujer amada;
pero no está ausente la dimensión corporal. Giovanni confiesa encontrarse en un
continente de carne, mientras aspira a la elevación. Tal cual un péndulo,
oscila entre el deseo carnal y las aspiraciones espirituales. En definitiva, un
protagonista soñador, poeta, juglar y caballero. Un Don Quijote adolescente que
teje sus andanzas y recuerdos en una novela que no envejece y que nos llega a
través de un estilo de prosa fluido y con abundantes influencias de la
oralidad.
Francisco Martínez Bouzas
Muy interesante ...
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