Antonio Tabucchi
Traducción de Carlos Gumpert
Editorial Anagrama, Barcelona, 2016, 183 páginas.
Anagrama publica la que parece
ser la edición definitiva de Il gioco del
rovescio que Antonio Tabucchi
escribió a partir de 1978, aunque no fue editado hasta 1981. La primera edición
española es de 1986, y con relación a ella, la nueva traducción añade dos
relatos que habían aparecido, junto con
otro que Tabucchi decidió eliminar, en la edición de Los volátiles del Beato Angelico; más otro relato, “Fuegos
artificiales”, inédito hasta ahora en español. El mismo Antonio Tabucchi (Pisa,
1943 – Lisboa, 2012) nos ofrece, en un breve prólogo de carácter informativo,
una sucinta exégesis de alguno de los relatos. Admite que el primero, “El juego
del revés”, a pesar de que ni el mismo escritor haya sido capaz de entender la
relación que puede existir entre su vida personal y los libros que escribe,
conserva un cierto reflejo autobiográfico. Otros tres relatos (“Teatro”, “Paraíso Celeste” y “Voces”) le fueron
contados y él se limitó a añadir la forma de relatarlos. El resto son prosas
que nacieron sin ningún nexo con lo conocido o lo vivido.
Pero tanto unos como otros comparten el
mismo aire de familia: “una cosa que es «así», era sin embargo de otra forma” (página 12). Un rasgo
distintivo que el autor de esta nueva traducción, Carlos Gumpert, en un buen
trabajo sobre Antonio Tabucchi, ajeno al prólogo, interpreta como algo seminal
en la poética del escritor toscano, aprendido de Pessoa, es decir el concepto
del “revés de las cosas, símbolo de nuestra incapacidad de conocer la
realidad.”
Sabido es que Tabucchi se alimenta, en buena
medida de la obra del maestro del disfraz y de los heterónimos. Fernando
Pessoa, pero también de Borges y de Scott Fitzgerald; y en estos relatos se
patentizan varias de las obsesiones del genial escritor portugués: el revés de
las cosas, como ya señalé, el relativismo de la verdad, el peso de los
recuerdos, el genial “pecado” fernandino de escudriñar la esencia de las cosas desde otras perspectivas.
Precisamente por eso, la coprotagonista del primer cuento, Maria do Carmo
Meneses de Sequeira reitera ante el narrador que Pessoa es un gran genio porque
supo comprender el otro lado de las cosas, de lo real y de lo imaginado, “su
poesía es un juego del revés”. Porque para Tabucchi el descubrimiento de que
aquello que vivimos puede ser narrado de otra manera constituye un profundo
giro cultural. Justamente el envés de las cosas se yergue entonces como la gran
clave interpretativa de la obra narrativa del escritor.
Es así como Maria do Carmo alcanza su
reverso en una narración basada en el cuadro Las Meninas de Velázquez. Es también
así como en el relato “El Pequeño Gatsby”, en el que afloran los recuerdos de
las vivencias de un hombre en relación con su esposa, Fitzgerald se convierte
en el pequeño Gatsby. O el poeta Dino Campana en “Vagabundeo”, uno de los
relatos sin “domicilio fijo” viaja en el carromato del mercachifle Rogolo
regalando arte encerrada en pequeños papelitos que reparte de casa en casa hasta llegar a
Canossa. En “Carta desde Casablanca”, el segundo relato, Tabucchi nos permite
leer la carta fantaseada de un travestí argentino nacido en Italia dirigida a
Lina, su hermana. Se hace llamar
Giosefine, el entrañable apodo con el que llamaban a una palmera a la que los dos querían
entrañablemente; y le da cuenta de su vida hasta su primera actuación como
mujer. En otro de los relatos, “Teatro”, un recién licenciado en Ciencias
Políticas y Coloniales, recuerda, cuatro años después de su llegada a la
colonia portuguesa de Mozambique, la cena y la sesión teatral a la que fuera
invitado por un diplomático inglés. El teatro al que asisten, se desarrolla en
un viejo galpón de madera y, en ese escenario, el inglés interpreta distintos
papeles de Shakespeare. Tabucchi nos presenta en este cuento que le contaron,
el juego del doble y también del envés, ya que el diplomático había sido un
gran actor shakesperiano, desaparecido sin embargo del mundo civilizado. En fin,
“Dolores Ibárruri llora lágrimas amargas” es el relato más breve y en él,
Tabucchi hace aflorar los recuerdos de una madre sobre su hijo asesinado.
También aquí juega Tabucchi con el reverso, en este caso de una persona, porque la historia que han hecho
circular, se contrapone a la visión que ella tiene del hijo asesinado.
Tanto en los cuentos a los que he aludido
expresamente, como en el resto, Tabucchi se propuso captar el revés de las
cosas, darle cabida a otros puntos de vista, a aquellos que normalmente quedan
ocultos en las sombras, alejados de la visual predominante. Quizás su profundo
conocimiento de Pessoa indujo al joven Tabucchi a reflexionar sobre la
naturaleza contradictoria de lo real, sobre su esencia compleja y múltiple. El
juego del revés consiste así mismo en ponernos en lugar del otro, en asumir su
forma de pensar y de querer. Y todo esto expuesto con los efluvios de una prosa
alejada de cualquier giro rompedor. Una prosa pausada, intimista, reflexiva,
tersa y limpia, pero capaz de expresar lo etéreo y lo liviano. Una prosa de la
que Antonio Tabucchi fue el gran maestro y un insuperable orfebre.
Francisco
Martínez Bouzas
Fragmentos
“Cuando
Maria do Carmo Meneses de Sequeira murió, yo estaba mirando Las Meninas de
Velázquez en el Museo del Prado. Era un mediodía de julio y yo no sabía que
ella se estaba muriendo. Me demoré contemplando el cuadro hasta las doce y
cuarto, después me alejé lentamente procurando
transportar en mi memoria la expresión de la figura de fondo, recuerdo
que pensé en las palabras de Maria do Carmo: la clave del cuadro está en la
figura del fondo, es un juego del revés; crucé los jardines y cogí un autobús
hasta la Puerta del Sol, comí en el hotel, un gazpacho bien frío y fruta, y fui
a acostarme para engañar el bochorno meridiano en la penumbra de mi habitación.
Me despertó el teléfono a eso de las cinco, o tal vez no me despertó, me
hallaba en un extraño duermevela, fuera zumbaba el tráfico de la ciudad y en la
habitación zumbaba el aparato de aire acondicionado, que, en mi conciencia era
en cambio el motor de un pequeño remolcador azul que cruzaba el estuario del
Tajo al atardecer, mientras Maria do Carmo y yo lo observábamos.”
…..
“Rodolfo
murió en diciembre del año sesenta y uno, ya se lo he dicho, se pasó los
últimos días muy inquieto, pero no por la enfermedad, estaba angustiado por lo
que estaba sucediendo en el mundo, o sea en Rusia, no sé exactamente qué, sé que Kruschev había revelado las atrocidades cometidas por
sus predecesores y él se atormentaba, ya no dormía, ni los somníferos le hacían
efecto, después un día llegó una carta para él, el remite decía: La Pasionaria,
Moscú. Y dentro estaba escrito: Dolores Ibárruri llora lágrimas amargas.
Pues
eso, era así mi hijo. ¿Qué le han hecho? He visto su foto en los periódicos, le
han hecho pedazos, y yo ni siquiera he podido verlo, han escrito que ha hecho
cosas… me falta valor para decirlo…atroces. ¿Han dicho atroces? Pues usted ha
podido escuchar otra historia, la historia de una persona a la que usted
conoce, yo le he hablado de mi Piticche, le agradecería que no mencionase ese nombre en su periódico,
discúlpeme si lloro, no quería llorar pero las lágrimas se me salen solas, ¿qué
hago bien en llorar?, tiene usted razón, hago bien en llorar.”
…..
“Rogolo
se sentó y Dino le explicó en qué consistía su aportación. Consistía en
embellecer cada hojita con una frase artística, porque era bello que el arte
llegara así a la gente, llevada por el pico de un loro que elegía al azar entre
las hojitas del destino. Y aquella era la extraña función del arte: llegar con
el azar a personas al azar, porque todo es azar en este mundo, y el arte nos lo
recuerda, y por eso nos pone melancólicos y nos reconforta. Nada explica. Como
no explica el viento: llega, agita las hojas y los árboles quedan atravesados
por el viento, y el viento vuelve y se marcha.”
(Antonio Tabucchi, El
juego del revés, páginas 15, 110, 164)
Muy bueno...
ResponderEliminarParece ser una auténtica obra maestra, con un estilo fino que me atrapa a leer, muchísimas gracias Francisco, por tu hermosa reseña, muy bien explicada. Te dejo una brazo y mi más sincera felicitación.
ResponderEliminarEl revés de las cosas... Buena temática y siempre, buena elección tanto para relatos como para personajes, ya sean o no ficticios. Lo que ocurre es que buscarle el revés a las cosas es un poco adictivo y después del revés, viene el revés del revés y así...se puede escribir sobre algo o alguien que siempre, nos aportará matices muy diferentes entre sí
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