viernes, 18 de noviembre de 2011

LA FIEBRE DE WERTHER O LA FETICHIZACIÓN DEL ARTE


Las penas del joven Werther
Johann Wolfgang Goethe
Traducción de Isabel Hernández
Alba Editorial, Barcelona, 2011, 203 páginas



En su colección “Alba clásica, Alba Editorial  nos ofrece una nueva traducción del libro icono de Romanticismo germánico, la obra que, sin duda, más impactos emocionales provocó, generadora del llamado Werther-Fieber (Fiebre de Werther) y de miles de suicidios mímicos -se habla de unos dos mil-, hasta el punto de que no faltó quien escribiera un final alternativo para la novela. Me estoy refiriendo al título original alemán Die Leiden des jungen Werther que la traductora Isabel Hernández vierte al español bajo el rótulo Las penas del joven Werther. La obra, que fue sin duda el primer gran triunfo de Goethe, vio la luz en 1774. Un año más tarde el libro sería prohibido por inmoral. No obstante siguió editándose con pequeñas correcciones de imprenta y rápidamente la novela se convirtió en el libro más popular de Alemania y un reclamo para medio mundo. La versión definitiva de la novela es obra del mismo Goethe, realizada con motivo de la edición histórico-crítica de 1787 (“edición de Weimar”).En esta edición es en la que se basa la traducción de Isabel Hernández y el volumen de Alba Editorial incluye las ilustraciones que realizó Daniel Nikolaus Chodowiecki para la primera impresión del libro.
La novela le supuso a su autor su primer gran triunfo, transformándolo de un desconocido en un escritor célebre. Libro de cabecera de Napoleón y del mismo Frankestein, atrajo a miles de visitantes, jóvenes deprimidos y enamorados, que acudían en masa a visitar a Goethe, al que solamente conocían por esta obra. Las penas del joven Werther es pues una clara manifestación del fenómeno de la fetichización de la obra de arte, del que hablan Adorno y Lukács y que, en buena medida, reflejan las peculiaridades que se derivan del arte moderno en general.
Las penas del joven Werther es uno de los pilares del movimiento Sturm und Drang en la literatura alemana. Novela epistolar semiautobiográfica y que cuenta con varios eventos paralelos en la vida de un amigo de Goethe, Jerusalem, que al igual que Werther, se suicidó con pistolas prestadas por el amor no correspondido que sentía hacia una mujer casada.
Una breve sinopsis de la trama argumental nos presenta al joven Werther que se recupera en el campo de unas penas amorosas. En un baile conoce a Lotte (Carlotte), hacia la que siente de inmediato una profunda atracción amorosa, especialmente al oírla citar a Klopstock ante el espectáculo de una tormenta. Pero Lotte tiene un prometido que, aunque poco
Johann Wolfgang Goethe
celoso, no da muestras de sensibilidad espiritual. Werther intenta vanamente permanecer lejos de Lotte, pero acaba por volver junto a ella, incluso después de conocer su matrimonio. En una visita le lee su traducción de Ossian y se aproxima demasiado a ella que le rechaza. Werther entonces decide suicidarse con una pistola que le ha pedido prestada al marido ausente.
En esta colección de cartas se hacen palpables los elementos que anuncian el Romanticismo: la sobrevaloración del sentimiento y de la imaginación, el predominio de esta sobre la razón, el gusto por la naturaleza, la celebración como héroes de los hombres corrientes frente a los héroes universales, rechazo del mundo y de la sociedad, de sus convenciones y tiranías, desenlaces trágicos que a menudo concluyen enel suicidio.
¿Qué vigencia puede tener hoy esta histeria de amor imposible? Respondo haciendo míos los juicios de José María Valverde: “Hoy en día no estamos muy seguros de que esta novela pueda seguir conmocionando tanto: a pesar de su flexibilidad en los cambios de nivel estilístico y de su indudable habilidad de montaje -muy apta para el cine-, probablemente incluso los adolescentes de hoy la encuentren un tanto afectada, y, sobre todo, extraña a sus sistema de reacciones de sensibilidad, algo que cambia de época a época, aparte de los valores morales”




Fragmentos

“¡Desdichado! ¿Acaso no eres un necio? ¿Acaso no te engañas a ti mismo? ¿Qué significa toda esa pasión delirante, sin fin? Sólo tengo plegarias para ella; en mi imaginación no aparece otra figura que la suya y todo lo que hay en el mundo lo veo sólo en relación con ella. Y eso me procura unas horas tan felices…¡hasta el momento en que tengo que volver a separarme de ella! Cuando he pasado dos o tres horas sentado a su lado, deleitándome con su figura, y con sus modales, con l expresión celestial de sus palabras y todos mis sentidos, poco a poco, han ido excitándose, y todo se ensombrece ante mis ojos, y no oigo apenas nada, siento como si un asesino me agarrara por el cuello; entonces mi corazón, latiendo violentamente, intenta dar aire a mis oprimidos sentidos aumentando aún más su confusión…”
…..

“Está decidido, Lotte, quiero morir, y te lo comunico sin la menor exaltación novelesca, tranquilo, la mañana del día en que te veré por última vez. Si llegas a leer esto, queridísima, la fría sepultura cubrirá ya los rígidos restos del impaciente, del desdichado que, en los últimos momentos de su vida, no conoce mayor dulzura que hablar contigo. He pasado una noche terrible, pero ¡ay!, una noche que me ha hecho mucho bien. Ella es la que afianzado, la que ha determinado mi decisión: ¡quiero morir!”

(Johan Wolfgang Goethe, Las penas del joven Werther, páginas 91-92, 169)

2 comentarios:

  1. Agradecerte una vez mas, Francisco,laaproximacion y la mirada reflexiva sobre textos tan importantes como este que te ocupa hoy.

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