miércoles, 3 de mayo de 2023

UN CLÁSICO DEL PROXENITISMO EN EL MÉXICO DE LOS AÑOS 60

Las muertas

Jorge Ibargüengoitia

Edición de Antonio Sánchez Jiménez

Ediciones Cátedra, Madrid 2023, 264 páginas.

 

    

   Las muertas está considerada como una obra maestra del escritor de Guanajuato Jorge Ibargüengoitia (1928 -.1983); un escritor que abarcó casi todos los géneros (novela, relato, crítica, crónica). Está contemplado como uno de los escritores más influyentes de la literatura latinoamericana y uno de los que desmitificaron los contenidos de la historia de México.

   En el corpus literario de Jorge Ibargüengoitia Las muertas suele ser valorada como su pieza narrativa maestra, quizás por ser una conjunción de virtudes novelísticas y dramáticas, al expresar la increíble historia de las “Poquianchis”. Las muertas, en efecto, se basa en un caso real que conmocionó a los habitantes de México en 1964. El caso de las hermanas González Valenzuela, conocidas como las “Poquianchis”, imputadas por la justicia por torturar y matar a varias mujeres que trabajaban en su burdeles, hechos que acontecieron entre 1963 y 1964 en San Francisco del Rincón (Guanajuato). Antes de ser encarceladas sufrieron varios intentos de linchamiento.

   Todo ello tuvo una enorme repercusión mediática. Y el escritor se documentó con rigor para hacer del caso una crónica novelada, El libro de las Poquianchis. Sin embargo en la cita que abre Las muertas, el propio autor reconoce que algunos de los acontecimientos que relata son reales, si bien los personajes son imaginarios. Según algunos críticos, los objetivos que perseguía Ibargüengoitia   era rechazar la imagen satánica y amarilla de los crímenes que había presentado la prensa.

   La trama de Las muertas reproduce de forma ficcional la historia de las hermanas proxenetas Serafina y Ángeles Baladro (“Las Poquianchis”), dueñas de varios burdeles en tres pueblos de México, “cantinitas”, verdaderos antros de vicio. En esos burdeles mueren varias prostitutas, hecho que las hermanas ocultan en entierros clandestinos, pero que terminan por salir a la luz con el consiguiente juicio y condena de las proxenetas. Por medio corre una historia, eje de la novela: Serafina Baladro se venga de su antiguo amante, Simón Corona, haciendo que disparen y prendan fuego a su panadería, hecho que provocará investigaciones y que hará que las Baladro acaben en la cárcel.

    

                                               

                                      Jorge Ibargüengoitia

 

   Sin embargo es preciso aludir al factor de la desgracia: un político para ganar votos decide perseguir la prostitución. Y en efecto, uno tras otros cierran los prostíbulos. Pero durante la estancia de las mujeres ocultas en el último prostíbulo, las condiciones a las que se ven sometidas son tan precarias, que las prostitutas se ven obligadas a guardar fidelidad ante un régimen cada vez más estricto y autoritario que provoca la muerte de algunas prostitutas, y el intento de fuga de otras. En una de esas fugas casi matan a “La Calavera”, una prostituta de alto rango. Otras morirán en un rancho donde se habían refugiado, intentan huir, pero el amante de una de las proxenetas acaba con la vida de varias de ellas. Y cada muerte de una de estas mujeres lleva consigo la ocultación del cadáver en el mismo patio del casino.

   Es preciso resaltar el estilo y la arquitectura de la novela. Estilo  directo y sencillo, pero elegante, con abundante empleo de la farsa, la parodia y el humor que Jorge Ibargüengoitia emplea para eliminar la reverencia con la que se escribía en el México del pasado siglo sobre los héroes de la patria.. En cambio, la estructura es mucho más compleja, con múltiples analepsis  y prolepsis lo que convierte la novela, que se inicia “in media res” en un verdadero mosaico temporal. Ediciones Cátedra nos ofrece una edición crítica, precedida de una amplia introducción a cargo de Antonio Sánchez Jiménez.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

martes, 18 de abril de 2023

REALIDAD Y FICCIÓN EN UN MUNDO VIRTUAL

Magnífica desolación

Javier Moreno

Editorial Candaya, Avinyonet del Penedès (Barcelona), 2023, 313 páginas.

 

   

    “Con el cuerpo y el corazón partido”, aquí está de nuevo Candaya con Magnífica desolación, la postrera aportación de Paco Robles que hace casi veinte años inició su andadura con Olga Martínez  como co-editora y compañera de vida. Magnífica desolación es pues el último libro que Paco Robles editó en vida. Vaya ante todo mi homenaje para los dos editores que nos demostraron que pueden existir y existen empresas editoras independientes que publican libros de gran calidad.

   Y ahora dos líneas para una breve semblanza del autor, Javier Moreno. Murciano de 1972, licenciado en matemáticas                                            y en literatura comparada -disciplinas que a primera vista parecen antitéticas-, autor de varios poemarios premiados, de cinco novelas, de relatos y de un largo ensayo.

   Magnífica desolación acoge cuatro relatos de extensión considerable, de tal modo que cada uno de ellos podía ser considerado una novela corta, una nouvelle, cada uno con una entidad. Un subgénero adyacente de la novela y el cuento, que narran historias muy distintas, pero entre ellas mantienen relaciones temáticas.

   En las Claves sobre Magnífica desolación, una inestimable ayuda que nos ofrece Candaya, se define la temática común de estos cuatro relatos-nouvelles: los límites de la realidad y de la ficción, fronteras siempre muy difusas.

   “Pentimento” Es el relato o que abre el libro. El innominado protagonista pretende aislarse en una cabaña en medio del bosque. Lleva de todo, preservativos incluidos, pero se olvida de los libros. Por casualidad encuentra el último que había escrito en la cabaña. Puede, por consiguiente, revisar los personajes de esa novela: sus espacios, sus emociones. La historia de un personaje, un soldado, víctima de los años de conflicto. Narrará la persecución en la que un sargento persigue al soldado conocido como el carpintero, un desertor al que la gente venera. Desertó porque no quería luchar en ningún bando. El protagonista finalmente, conceder de esa ficción, tiene la impresión de estar cometiendo un sacrilegio, porque la ficción, sin ser real, podría llegar a serlo.   Una nouvelle que, a medida que crece, se hace cada vez más interesante y cuestiona la relación entre ficción y realidad.

   La segunda nouvelle “Los reinos de lo irreal” combina la narración heterodiegética con la homodiegética, y su escenario es Chicago. Narrada en forma de diario de siete días, el protagonista persigue el rastro del artista y pintor Henry Drager y de la  fotógrafa Vivian Maeir. Ambos han fallecido y están enterrados en un cementerio de la ciudad estadounidense. A los dos les unen las casualidades y empatías como la protección de los niños. Tras sus piezas se mueve el protagonista, si bien la visión de cuarto de Deager  lo sume en melancolía. Es en este relato donde  el lector hallará las dos palabras que rotulan el libro: cuando Amstrong y Aldrin llegaban a la luna, Vivian y Henry paseaban por la playa vacía una tarde de julio en una “magnífica desolación”.

   La tercera novela corta, “Magreb”, la más breve y con secuencias más cortas, es una conversación que se ejecuta indefinidamente entre el protagonista y L, una mujer separada o en espera de separación. Un relator interdiegético, que confiesa tener una existencia insignificante, conoce a L en un viaje programado a Marrakech. Ella le incita probar un cigarrillo, pero no quiere ser la inductora de un vicio. Entre vasos de whisky, la conversación se prolonga a lo largo de los días. Y en ella se cuestionan y dialogan varios problemas cruciales como la naturaleza del alma. Y de nuevo la dificultad de la realidad: lo que el otro está pensando, me aleja de la realidad, o por el contrario me sumerge en ella. Un relato con una historia sin desenlace y con no poco de ensayo.

    

                                      

                                            Javier Moreno   

 El último relato o nouvelle (“El cielo de Madrid”) no se inicia con el tema central, sino con un diálogo entre varios personajes y una visita a la playa de las Catedrales en la costa cántabra de Lugo. Hasta que surge el problema de cómo distinguir la realidad de la ficción que sobrevuela en todo el libro. Y en qué medida somos hoy manipulables. El trasfondo virtual es la aplicación AltLife. Y en ella, un profesor universitario consume buena parte de su vida alternativa. Beatriz, la alumna con la que se cita, le remite a esa web AltLife con una única pregunta: “quizás aquí podamos ser felices”. Pero en esa web no existe la posibilidad de viajar en el tiempo, hacia adelante o hacia atrás. Lo que más le concierne y preocupa al profesor es si el algoritmo  de un programa informático era capaz de gobernar su voluntad. Un cuestionamiento por la tecnología que junto con las relaciones ficción-realidad marcan la substancia de este libro.

   Un libro o cuatro nouvelles profundas y de lectura intrincada que seguramente no incendiaran las noches de los lectores, pese al estilo de prosa que parece que acaricia a los que lo intentan. A veces, abrumador, como el mismo autor escribe en el primer relato: la literatura actúa como el hombre que destripa un pez: despreciando gestos, prescindiendo de una gran cantidad de datos cuya presencia haría del texto, por exhaustivo, un documento abrumador.

 Francisco Martínez Bouzas

 

viernes, 14 de abril de 2023

EN EL SETENTA ANIVERSARIO DE "EL LLANO EN LLAMAS"

 El llano en llamas

Juan Rulfo

Editorial R.M. Barcelona, 2016, 174 páginas

 

    

   Los buenos libros, ciertas obras de ciertos autores, son inmemoriales. Los leemos y releemos una y otra vez. Eso precisamente es los que ocurre con las dos únicas obras que publicó Juan Rulfo (Apulco, 1917 – Ciudad de México, 1986) Juan Rulfo es una rareza dentro del mundo editorial. Fue un reputadísimo autor, uno de los más importantes del siglo XX, pese a que solo publicó dos libros de corta extensión: Pedro Páramo (novela) y El llano en llamas (relatos). Podría decir que pocos escritores han conseguido tanto con tan poco.

   El llano en llamas es una colección de relatos, editada como libro en 1953. Pocas veces una obra tan corta dio a su autor una fama tan universal como en el caso del escritor mexicano. Hoy en día, el escritor nacido en el estado de Jalisco, es un verdadero hito en la historia de las letras latinoamericanas contemporáneas. De ahí, los homenajes que se le tributaron cuando  El llano en llamas cumplió la mayoría de edad de los 50 años. Un libro que marcó y dejó su huella en escritores como Gabriel García Márquez. El nobel colombiano confesó, en su día, que el descubrimiento de los relatos de Rulfo le ayudó a evadir del callejón sin salida, tras haber escrito sus primeros cinco libros.

   Como Borges, Rulfo funda “una modernidad en las orillas” (Beatriz Sarto), pero ha sido víctima de lecturas contradictorias. Sus sorprendentes estructuras y su artificioso empleo de la oralidad local suelen ser consideradas como resultados, en cierto modo accidentales, de una realidad extravagante.

   El autor de El llano en llamas frecuentó los más diversos sistemas literarios, el brasileño y el escandinavo de forma especial, pero no nos legó un canon de sus gustos. Por eso mismo se difundió el mito de Rulfo de “mágicas inspiraciones”. Mito que olvida que estamos ante uno de los más arriesgados y rigurosos renovadores formales de la narrativa en lengua española. Los paisajes y los contornos le sirven a Rulfo no para rendir testimonio, sino para levantar símbolos.

                                              

                                       

                                           Juan Rulfo

 

   ¿Cuál es la razón de que la obra de Rulfo sea tan atractiva siendo tan breve? Los es porque cada  superficie textual es apenas la corteza que esconde filones inagotables. Rulfo fue capaz de resolver de forma admirable el problema de la tendencia a la prolijidad y al exceso retórico en la narrativa latinoamericana, transformando las estructuras profundas en un amplio conjunto de mensajes implícitos que antes de él se hubieran  enunciado de modo explícito y abierto.

   Por todo ello el corpus rulfiano permanece como un monumento particularmente esbelto. Como una fase hasta el día de hoy insuperada de conciencia y realización de del arte literaria en un breve conjunto de páginas. Tanto en la novela como en los relatos, Juan Rulfo nos transporta con gran maestría de lo real a lo fantástico, por medio de un estilo vigoroso, poético, profundamente arraigado en lo popular y basado en la concisión. Por todo esto, entres otras virtudes, Rulfo sigue vivo.

 Francisco Martínez Bouzas


domingo, 9 de abril de 2023

UNA NOVELA FANTASMAGÓRICA SIN FANTASMAS

El último día de la vida anterior

Andrés Barba

Editorial Anagrama, Barcelona 2023, 140 páginas.

 


   

 

   Una novela que parte, según su propio autor, de una “imagen atragantada” que parece ser que le acompañó durante años. Se trataba  de una mujer entrando en una casa y repitiendo en bucle una acción que el autor intentó trasladar a un cuento o a un guión. De esta imagen surge una novela de fantasmas, un subgénero que quita la pose y nos enfrenta, y enfrenta al propio escritor, a una estructuras en la que este debe saber qué partes son inamovibles y cuáles no.

   Con esta novela Andrés Barba (Madrid, 1975), que saltó a la fama con La hermana de Katia y que tras la publicación de Vida de Gustavino y Gustavino, decidió abandonar la autoficción y la literatura del yo, y apostar por otras sendas: La “ficción absoluta” que puede representar la realidad más que el propio documentalismo y conectar con ella de forma más salvaje. Andrés Barba pretende hacer un retrato total mediante la sola ficción ya que con ella, piensa, se puede decir la verdad. Se adentra pues en la literatura de fantasmas que parece la antítesis de la realidad, mas por su novela circulan temas que le han acompañado siempre, el mundo de la infancia entre otros.

   El último día de la vida anterior es, en palabras de Mariana Enriquez “una novela fantasmagórica sin fantasmas”. Y quizás acierte en su definición porque, según el mismo autor, cada vez vivimos más en un mundo espectral, una convicción a la que han contribuido las redes sociales.

   El íncipit de la novela son los preparativos de una casa que realiza la empleada de una inmobiliaria,  para que unos posibles compradores la encuentren a gusto. Durante esas tareas se localiza en la cocina a un niño que ni siquiera pestañea, pese a sus siete años. La aparición se repite, y la mujer se ve obligada a despegarse de la cotidianidad de su mundo para atravesar el espejo. Lo que halla al otro lado es un tiempo suspendido, una vida repleta de apariciones, de dobles y de cruces temporales.

   La precisión que Andrés Barba puso en la confección de esta pequeña novela, le emparenta con los grandes clásicos del subgénero fantástico y de fantasmas, como, por ejemplo, con Otra vuelta de tuerca Henry James, pero en versión de nuestros días, en la que el lirismo, la exquisitez y la crueldad juegan su papel. El autor, en definitiva se interna en los vínculos entre el pasado y el presente, en lo que vamos dejando atrás, y en lo que no puede perdonarse.

  

                                           

                                         Andrés Barba

 

 La trama, sin embargo, mantiene su enigma,  a pesar de que el fantasma nos pone en compromiso, porque no sabemos lo que nos va a requerir. No falta en la novela el recurso a la intertextualidad:  la cita inicial de Lewis Carrol y ciertas ojeadas a Henry James, Charles Dikens o Shirley Jackson. Otros de sus referentes es Mary Shelly, Stanislaw Lem (“su padre espiritual”)

   En resumen, Andrés Barba, en una novela breve, ha logrado un relato “conciso, envolvente, perturbador y deslumbrante”, que hará las delicias de los amantes de las novelas fantasmagóricas sin fantasmas. Menor impacto producirá a los que no somos demasiado aficionados al subgénero.

 

Francisco Martínez Bouzas