viernes, 9 de junio de 2023

LLAMADAS QUE SE PIERDEN EN EL AIRE

Las llamadas perdidas

Manuel Rivas

Editorial Alfaguara, Madrid, 240 páginas

(Clásicos rescatados)

 

     

  No es ciertamente el mejor libro de Manuel Rivas, o Manolo Rivas como lo solemos llamar, pero merece ser rescatado. Manolo Rivas, un autor instalado definitivamente en su particular tipo de literatura, que encaja a la perfección con esa imagen de buen rapaz que todos tenemos de él. Escriba lo que escriba y en cualquiera de los géneros, de Manolo Rivas cabe esperar esa literatura amable y en consonancia con los valores de la sociedad en la que vivimos, con el “cann” de una sociedad que lleva el nombre de democrática.

   Así sucede con esta amplia selección de cuentos, y con  algunos de sus libros más conocidos: ¿Qué me quieres, amor? Ela, maldita alma, O lápiz do carpinteiro ,  A man dos paíños, Os libros arden mal, casi todos ellos traducidos al español. Y  a pesar del desgarre de géneros que se hace en algunos de ellos, especialmente en sus obras metagenéricas como A man dos paíños.

   En la entrega que comento, Manolo Rivas vuele “al rego”, como decimos en gallego, al rego de la ficción realista y la traduce en veinticuatro relatos suturadas por esa idea que sugiere el título: la existencia humana concebida como encadenamiento de llamadas, destinadas muchas de ellas a perderse en el aire.´

   Y no otro es el punto de partida y el hilo conductor de estos relatos que esconden, tras su apariencia, muchas voces amables, dosis variadas de tragedia y de épica, atribuibles a personajes humildes que, obligados por la fuerza del destino, se convierten en pequeños héroes de la vida cotidiana, al revolverse contra la realidad y pelear contra el infortunio. O se dan cuenta de que en las guerras imperialistas de las que nadie sabía nada, no habían sido otra cosa que “peones de un ajedrez en una morgue”.

   

                     

                                        Manuel Rivas
            

 

  Por las páginas de este libro corren en efecto pequeños héroes capaces de convertir un partido de futbol de adolescentes en una epopeya, colegas de infancia inseparables en el robo de cerezas y en el estreno de una de esas rúas de A Coruña. Personajes salvados de convertirse en héroes inmolados delante de El Caudillo por la pirotecnia de una tormenta. Y otros que inventan la pequeña hazaña de salvar el cuadro de Simona Nafleux, el desnudo más hermoso de toda la pintura gallega. En otros relatos se revive desde la distancia el golpe de estado de 1981 o el miedo paralizante provocado por la huida del rufián confesor.

   Y algunos basados en la nada, huérfanos de verdaderas tramas argumentales. Porque de todo tiene que haber en una selección tan amplia, en la que se pretende reflejar un tramo de la vida interior que hicimos y hacemos los habitantes de esta tierra desde los años 60 hasta nuestros días. De ahí que los recuerdos jueguen un papel importante en este libro de cuentos que nos dicen que se estructura como un mar abierto. Hermosa expresión para referirse a una amalgama de relatos en los que cabe de todo: los cuentos de registros clásicos y aquellos otros con hechura más experimental. El único vínculo entre ellos es la lengua, una lengua rebosante de fuerza poética, de bríos expresivos al servicio de la narratividad.

Francisco Martínez Bouzas

 

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