Exotique
Agustin Vidaller
Ediciones Trea, Guijón, 2020, 242 páginas.
Agustín Vidaller (Pomar de Cinca, Huesca, 1967) es un autor que eclosionó tardíamente, escribiendo en paralelo dos obras: Costas perfumadas (2005, 2018) y Oasis,que lleva por subtítulo, Una odisea negra (2017). Considerado como miembro de esa estirpe que recorre la historia de escritores secretos que elaboran sus obras al margen de modas y tendencias dominantes, y que aceptan la condición de acumular folios, sin que la fortuna editorial les sea propicia. Agustín Vidaller fue persistente, tenaz a pesar de que el manuscrito de su primera novela rodó por despachos de varios editores con el silencio como respuesta, hasta que aquel escrito de breves páginas cayó en manos del editor de Trea que, tras consultarlo, concluyó que aquel texto de escuetas páginas encubría una calidad asombrosa. Desde ese momento dejó de ser un autor inédito. Y este año dio el salto al relato de más de mediana extensión con Exotique, libro de relatos o novelas cortas -short stories-.
Acepto como un hecho literario indudable que el relato es un género narrativo que se rige por una gramática distinta de la de la novela. Los relatos breve cuenta historias compactas y breves -no tan breves en este caso- en las cuales se da fuerza a los sucesos y detalles más importantes. Dan a conocer datos esenciales, mas no revelan referencias detalladas acerca de los personajes o de los espacios donde se desarrolla la historia, obligando, de alguna manera a que sea el lector quien los imagine.
Esta circunstancia se produce, en un plus acrecentado en el libro dada la influencia de la poesía en la escritura de Agustín Vidaller, y el carácter laberíntico de los mismos relatos, fruto de una capacidad fabuladora portentosa, puesto que en los relatos de Exotique una dosis de alta y exaltada fabulación se yergue sobre una prosa compleja, hermética en algunas ocasiones, no apta para todos los paladares, con múltiples secuencias sentenciosas y aforísticas. Por eso mismo, y con razón, se ha escrito que el libro de Agustín Vidaller es una partitura exigente.
Si nos fijamos en el índice de materias del paratexto, Exotique, tras la “Perorota” -una especie de presentación sui generis del libro por su autor-, reúne tres grandes partes “Turán: los vericuetos del poema” con cinco relatos; “Versiones de Qärmatan. Su imperio, sus canciones”, igualmente con cinco apartados, y “Además”, con dos textos. Sin embargo, a pesar de esta estructura aparentemente muy fragmentada, el libro esta unificado, con conexiones entre sus partes.
La primera sección se desarrolla en el territorio de la antigua Turán, en el corazón de Asia, al este del mar Caspio, un territorio de asentamientos humanos misteriosos, poblados por tribus nómadas. Un territorio sumamente propicio para la aventura, para las grandes gestas de los guerreros mongoles y fantasías oníricas; y en algunas ocasiones mundos distópicos.
Los cinco textos de la siguiente sección “Versiones de Qärmatan. Su imperio y sus canciones” nos ofrecen visiones complementarias de una personalidad enigmática, de nombre Qärmatan que parece la representación del poder despótico y omnímodo. Sería algo así como la encarnación del horror, de la monstruosidad. En él mismo confluyen la aniquilación inútil y total y la mirada más comprensiva, la de sus esposa favorita. Algunos de los textos como los de “Apostura (En el principio)” rebosan de aventuras y es uno de los más significativos del libro. Pero llega un momento en el que la historia del autócrata se convierte en una crónica de humanidad y de sus dioses que se desprenden del mundo distópico que presenció el enfrentamiento entre la tradición y el progreso. Una secuencia que alguien ha definido como una “sinfonía de la oscuridad.”
Agustín Vidalller
En “Además”, la última parte del libro, prosigue el discurso fantástico, pero se acerca a territorios más próximos y comprensibles para el lector. Geografías fantásticas inspiradas en la leyenda del Preste Juan o el caballero Juan de Mandeville. La acción reflejada por el texto se centra sobre todo en Etiopía, y nos revela un espacio fabuloso, pero no faltan tampoco escenas repletas de horror y de la épica de las tinieblas, incluso con pactos con la Bestia.
Un lenguaje metafórico, exuberante y muy trabajado, hecho a veces de volcanes de indudable belleza, le dan la forma a estos relatos construidos de fabulación y de hermetismo, hechos para paladares gustosos de la literatura esmerada y repleta de laberintos.
Francisco Martínez Bouzas
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