Elba
Pedrosa
Ediciones
Carena, Barcelona, 2020,174 páginas.
Prácticamente coincidiendo Elba Pedrosa (Santa Cruz de Tenerife, 1973),
debuta en la narrativa de largo aliento con esta novela, Lo que no sabías, publicada simultáneamente en gallego y en
español. Aunque ya tenía alguna experiencia como coautora de Relatos na Rúa II, Elba Pedrosa,
tinerfeña de nacimiento, es una nueva voz que se incorpora a la literatura
gallega, sin renunciar a la ficción larga en español. Y lo hace con una novela
intimista. La autora, de forma eficaz, hace brotar lo más íntimo de cada
personaje, especialmente de los dos principales actantes del relato: una madre (Marisa) y su hijo
(Robert). Los dos desarrollan una historia en la que se mezclan e interactúan
los habitantes del lugar y los indianos retornados de América, tras haber
amasado cuantiosas fortunas.
Ambientada en el rural gallego de los años
sesenta, en la trama de la novela se aúnan amor, secretos y reivindicaciones
feministas, en dosis bien proporcionadas. Y sobre todo el grito a favor de la
liberación de la mujer. Los muchos secretos familiares, los silencios impuestos
por los prejuicios de la época en la que la trama se desenvuelve, actúan de
germen y cimiento para que las personas, sobre todo los principales
protagonistas, sientan la necesidad de indagar en búsqueda de la verdad.
El íncipit
de la novela es la presentación de los dos principales protagonistas, a la vez
voces fundamentales del relato: la madre que espera en la vía del tren al
hombre que debía retornar de América, pero que no llega. Lo que para ella
significa el origen de una gran tristeza, pero también una nueva condición: la
de una mujer liberada. Y el hijo que solamente piensa en su cuadrilla de amigos,
y está convencido de que en su casa le ocultaban secretos, especialmente cuando
se daba cuenta de la de la tristeza y de la soledad dolorosa de la madre. Desde
entonces el silencio significa poco menos que la muerte para Robert.
El hijo percibe la ausencia prolongada del
padre, y tiene conciencia de que el futuro en la aldea era fundar una familia,
trabajar hasta reventar y morir temprano.
En la familia, la abuela es la que guarda los secretos familiares. Llega
un momento en que al hijo algo le huele a misterio, sobre todo al ver a la
madre, todos los días de su vida, sin
hombre a quien se arrimar. Un claro ejemplo de una viuda de vivos, cuyo único
territorio y consuelo es el silencio.
Mas un día la vida comenzó a cambiar en la
casa: Marisa se transforma en una nueva mujer: valiente, luchadora, y en el
hogar se inicia otra vida.
Con el paso de la tormenta da comienzo el
rebullicio amoroso en el corazón del hijo. Y, a la vez, la madre también siente
el despertar los deseos dormidos de su cuerpo.
La novela, aunque centrada en dos
protagonistas, lo que realmente relata es la vida compleja de una mujer que
pagó durante una buena parte de su vida
los errores de la juventud, camuflados con un casamiento sin amor, en una sociedad
que no tolera tal escándalo. En la trama, el lector hallará sentimientos
encontrados y comportamientos cubiertos por una capa de silencio. En el
desenlace del libro llegan todas las revelaciones y el lector comprende que el
que consideraba el malo de la historia, no es tal, nada se corresponde con la
realidad.
La autora juega con varias voces, y se sirve
igualmente de recursos epistolares de los que se vale la protagonista para
revelarle a un tercero ausente parte de su intimidad. Una trama en principio
atrayente, con buena graduación del ritmo a la hora de destapar secretos, y con
momentos de una cierto sentimentalismo prescindible.
Francisco
Martínez Bouzas
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