sábado, 13 de octubre de 2018

¿MONOS POR PARTE DE PADRE O DE MADRE?


Hijos de Darwin
Dario Fo
Traducción de Carlos Gumpert
Ediciones Siruela, Madrid, 2018, 98 páginas.

   

    Dario Fo (1916-2016), Premio Nobel en 1997 por haber defendido la dignidad de los oprimidos y emular a los bufones medievales en sus numerosas sátiras políticas en las que arremete contra el poder político, la mafia, el Vaticano, extendió su actividad en los últimos años de su vida al género de la narrativa con base histórica. En 2014 publicaba su primera novela, Lucrecia Borgia, la hija del Papa, a la que siguieron Hay un rey loco en Dinamarca, La reina Cristina de Suecia y El campeón prohibido. Y hace dos años, Darwin. Ma siamo sciummie da parte di padre o di madre?, traducido y editado por Ediciones Siruela.
   El libro es una aproximación a la figura de Darwin, a sus viajes, a la persona y al personaje que se propuso descifrar de dónde venimos, por qué somos como somos, cómo está hecho el mundo. Todo ello como respuesta más sencilla y didáctica que científica, aunque nunca de espaldas a la ciencia, a aquellos que aún en nuestros días siguen defendiendo las teorías creacionistas.
   Un libro de divulgación científica, una biografía muy personal del naturalista, repleta de vivencias personales, escritos y episodios biográficos de Darwin, en el que Dario Fo admiraba sobre todo la curiosidad. Teorías y fantasía, modulado todo con grandes dosis de humor. Por eso mismo, más que semblanza biográfica del naturalista o ensayo sobre el evolucionismo, la obra de Dario Fo es la historia de un hombre inflamado de ideas totalmente modernas, inaceptables en su mayoría para su tiempo.
   La obra se inicia con la consternación que provocaron en el joven Darwin ideas tan peregrinas como las de James Ussher, un erudito obispo irlandés que, en el siglo XVII, calculó que el mundo había sido creado el 22 de octubre del año 4004 antes de Cristo. Ávido de conocimiento, Darwin se propuso, desde muy joven, explicar el mundo, empresa que inicia a bordo del buque Beagle como investigador científico. Sin embargo, el objetivo primero y prioritario de Darwin no era poner en entredicho la credibilidad de la Biblia, sino luchar contra el racismo y el tráfico de esclavos. Darwin decidió remover la teoría de que los nativos de las tribus africanas no formaban parte de la raza humana, sino que constituían una raza seudoanimal, carente de alma y de inteligencia, teorías en las que se basaba el esclavismo, y demostrar que todas las especies humanas tienen un origen común. El resultado fueron dos libros con los que se inició una de las grandes revoluciones científicas: El origen de las especies (1859) y El origen del hombre y la selección en relación al sexo (1871), cuyo eje fue el e mecanismo evolutivo.
   Las ideas de Darwin se vieron muy pronto combatidas bajo el fuego cruzado de católicos y conservadores. Obtendrá sin embargo la aprobación y el beneplácito de los científicos libres y alejados de las cofradías. El gran mensaje de Darwin, en opinión de Dario Fo, es que nunca nos podemos detener a disfrutar de las mieles del propio éxito, siempre hay que seguir adelante, así como que el investigador nunca debe hacerlo con la idea de recoger consensos.
   En el libro abundan ejemplos personales y familiares y también anécdotas. Sus verdaderos protagonistas no son los seres humanos, sino los animales y sus comportamientos evolutivos que les han permitido sobrevivir.
    
                                              
Charles Darwin

    Dario Fo no oculta los aspectos criticables del pensamiento de Darwin, al menos desde los esquemas mentales de nuestros días: una cierta misoginia, el desprecio hacia las mujeres de algunas comunidades salvajes y la afirmación de que los machos, debido a sus responsabilidades de procurar alimento, luchar y defender al grupo, habrían desarrollado mayores capacidades mentales que las hembras.
   En resumen, un acercamiento a la figura de Darwin, una aproximación a ciencia de una forma sencilla y divertida, documentada no obstante, en la que el nobel italiano hace gala de buena dosis de ironía frente a aquellos que siguen defendiendo las teorías creacionistas.

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