miércoles, 8 de julio de 2015

EL DERECHO Y EL DEBER DE LA PALABRA CONTRARIA



La palabra contraria

Erri De Luca

Traducción de Carlos Gumpert

Seix Barral, Barcelona, 2015, 95 páginas



   Apoyándose en unas declaraciones de Erri De Luca en la edición italiana del periódico The Huffington Post y en la agencia de noticias ANSA realizadas en 2013, en las que afirmaba que la única posibilidad de parar las obras del tren de alta velocidad proyectado para unir Turín con Lyon, era el sabotaje, el escritor napolitano, una de las figuras más conocidas de la literatura italiana de los últimos tiempos, fue sentado por la fiscalía italiana en el banquillo de los acusados en un proceso que se inició en enero y que, a fecha de hoy, todavía no ha concluido. Un juicio en sesión abierta después de que Erri De Luca rechazase declarar a puerta cerrada en más de una ocasión. Ejerce la acusación la empresa francesa LTF, constructora de la línea ferroviaria de alta velocidad, que solicita para De Luca una pena de entre uno y cinco años de prisión. Erri De Luca asumió en sus declaraciones los argumentos de la mayoría de la opinión pública italiana y especialmente de los activistas y muchos intelectuales, entre ellos el filósofo y europarlamentario Gianni Vattimo, encausado también por el mismo hecho: la construcción de la línea de alta velocidad exige la perforación de una parte sustancial de los Alpes italianos que encierran en sus entrañas cantidades ingentes de amianto, muy nocivo para la salud humana. Se destruye además el paisaje natural del Val di Susa.

   Erri De Luca (Nápoles, 1950) conocido activista vinculado a los movimientos obreros, anarquistas y antisistema, miembro del grupo Lotta Continua, en el que militara Pier Paolo Pasolini, se unió hace una década a los No-TAV, cuando conoció el ataque a bastonazos y con nocturnidad de la policía italiana contra los campamentos de activistas opositores a la línea ferroviaria.

   De Luca mostró su indignación por la acusación de expresar su opinión en un escrito en el que llegaba a decir que la construcción de la línea de alta velocidad debía de ser saboteada. Pero matiza De Luca: “Cuando yo me refiero al sabotaje, no me refiero a los pequeños daños…Me refiero a la movilización civil de las poblaciones del Valle empleando no cócteles molotov sino cizallas útiles para cortar las verjas que protegen las obras”.                         
   Una vez que la fiscalía de Turín aceptó la demanda, Erri De Luca escribió este “panfleto político” (entendida la palabra panfleto sin las connotaciones negativas del español) que en enero editó Feltrinelli. Seix Barral que publica en español los libros del escritor italiano, lo traduce y edita ahora en castellano.

   Si hay algo verdaderamente fundamental en La palabra contraria es la reivindicación del derecho a la libertad de expresión y, sobre todo el deber de la palabra contraria. Es la manera de defenderse de Erri De Luca y de demoler la acusación. Pero acepta los resultados del juicio y no teme acabar entre rejas: “Acepto de buen grado, escribe, la condena penal, no una reducción del vocabulario, ni el cloroformo para adormecer las voces de la disensión o la mordaza para silenciar las palabras no ortodoxas, especialmente cuando son sometidas a un proceso penal”. De Luca reivindica además el derecho a usar el verbo sabotear como a él le parezca, en su amplia acepción en la lengua italiana, en sentido figurado que coincide con el significado de obstaculizar.

   De Luca responde  a las acusaciones con un estilo sobrio, rebosante de sorna e ironía (“Somos muy demócratas en el extranjero…”); homenajeando además a George Orwell (Homenaje a Cataluña), que le incitó a ser anarquista; a los relatos de Kolyma de Shalamov que le convencieron de la fuerza de la paciencia y de la resistencia; a los laberintos eruditos de Borges que le abrieron el tercer ojo para poder asomarse a las profundidades mitológicas; a Pasolini que le instigó a tener opiniones propias, en desacuerdo con las suyas; a Salman Rushdie porque con Los versos satánicos provocó que algunas personas saliesen a la calle a defender da libertad de expresión. O a las palabras incendiarias de La Marsellesa (“Au armes citoyens”) que incitan en todos los tiempos a tomar las armas contra el tirano.

   De Luca puede terminar encarcelado, pero como escribe Edmundo Paz Soldán, el caso ha suscitado tanta atención que será difícil que la compañía francesa pueda construir el túnel algún día. Es la fuerza de la palabra contraria, de la palabra libre, un aliado más poderoso que cualquier sabotaje.



Francisco Martínez Bouzas



                                                 
Erri De Luca declara en una sesión del proceso en Turín

Fragmentos



“A un escritor le toca en suerte una pequeña voz pública. Puede usarla para contribuir a algo más que a la promoción de sus obras. Su ámbito es la palabra, de modo que le corresponde la tarea de proteger el derecho de todos a expresar la suya propia. Entre ese todos incluyo en primera fila a los mudos,  a los enmudecidos, a los presos, a los vilipendiados por los medios de comunicación,  a los analfabetos y a los que, como nuevos residentes, conocen poco y mal la lengua.

Antes de tener que inmiscuirme en mi caso, puedo decir que me he ocupado del derecho a la palabra de los demás.

Ptàkh pìkha la illèm: abre tu boca por el mundo (Proverbios/Moshelé 31,8). Además de la comunicación, esa es la razón social de un escritor, un portavoz de quienes carecen de escucha.”



…..



“Reivindico el derecho de emplear la palabra sabotaje como le plazca y guste a la lengua italiana. Su uso no está limitado al significado de daños materiales, como pretenden los fiscales de este caso. Por ejemplo, una huelga, sobre todo las denominadas salvajes, sin previo aviso, sabotean la producción de una fábrica, de un servicio. Un soldado que ejecuta mal una orden incorrecta, la sabotea. Un parlamentario disidente, que vota contra un proyecto de ley, lo sabotea. Las negligencias, intencionales o no, sabotean.

La acusación contra mí sabotea mi derecho constitucional a la palabra contraria. El verbo «sabotear» posee una vasta aplicación en sentido figurado y coincide con el sentido de «obstaculizar».”



…..

  

“La palabra contraria se ha colocado en un pedestal de gran valor: penal para los jueces; constitucional para mí. La libertad de afirmarla es una cuestión que va más allá de mi caso. Hoy en día se halla bajo la amenaza del silenciador. No creo que sean capaces de someterla fuera del tribunal, sé que no tendrán éxito conmigo. Vengo del campo de entrenamiento del siglo XX, donde escritores, poetas pagaron el más amargo precio por sus palabras. He aprendido de un sinnúmero de ejemplos la línea de conducta que hay que mantener frente a los silenciadores.”



(Erri De Luca, La palabra contraria, páginas 31-32, 49, 59-60)

5 comentarios:

  1. Me parece que la que está sentada en el banquillo es la palabra misma. Porque es ella la que ha encontrado una voz que la imparta, que la diga, que la grite, que la vocifere si es necesario. Es la palabra misma como lo dice su escritor la que, precisamente, "sabotea" toda esa parafernalia de la "justicia". Cuelgan desde todas las cuerdas invisibles los restos a secar al sol de aquello que no debe ser, de lo que se miente, de lo que se llama estafa biográfica, o económica, o social, supongo que la palabra contraria es la enemiga.
    Es una reparación la actitud de De Luca y tu difusión y conclusión para recordarnos estos abusos en el mundo de hoy, y reabrirnos ese tercer ojo borgiano.
    Fíjate que tuve que hasta buscar el significado de "cizallas". Todos los días se aprende algo.
    Me gustó mucho tu texto que permite ahondar en la personalización de la palabra, en redescubrir su poder como algo más que un recurso de la expresión.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Norma. Sobre todo por lo bien que has percibido, a través de mi reseña, la esencia del librito de Erri De Luca. Efectivamente siempre tendremos el derecho a la palabra contraria y la historia está llena de ejemplos de personajes que han dado su vida por defender el dercho a la palabra contraria. A mi mente viene en este momento unas palbras de André Malraux dichas ante el Panteón de franceses ilustres, siendo ministro de cultura de Francia, en la que exalta el comportamiento de aquellos que supieron decir no y la compasión con aquellos otros que no fueron capaces de soportar la tortura y hablaron o renunciaron a su derecho a ejercer, a decir la palabra contraria. Dicen así: "Entra aquí Jean Moulin; y contigo los que nunca hablaron en manos de la policía francesa o de la Gestapo alemana; y también aquellos otros que no resistieron la tortura y hablaron"

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    2. Gracias por tu respuesta Francisco. Pero la última oración me dejará dormir tranquila hoy. Después de tanto reflexionar es bueno equilibrar entre unos y otros, pues quien pueda resistir el dolor atroz y la soledad de la tortura, que arroje la primera piedra o escupa ,la primera palabra.
      Vuelvo a agradecerte tu aporte.
      Saludos.

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  2. Gracias, amigo, por esta poderosa obra que nos traes hoy. El hombre y sus principios contra lo establecido, la burocracia oficial. Larga y dolorosa batalla, donde espero que alguna vez triufe la razón. Un abrazo.

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