sábado, 1 de julio de 2023

"EL CIELO VACÍO": AGUDAS REFLEXIONES SOBRE LA SOLEDAD

 El cielo vacío. Una filosofía de la soledad

Marjan Bouwmeester

Traducción de Carmen Clavero

Ediciones Siruela, Madrid, 2022, 233 páginas.

 

      

 

  Marjan Bouwmeester (1964) es una filósofa neerlandesa, colaboradora así mismo del periódico De Volkskrant y del Consejo Científico de Política Gubernamental entre otros organismos. En el año 2020 publicó De Lege Hemel, traducido y editado en español por Ediciones Siruela en su colección El Ojo del Tiempo. Un ensayo donde aborda en profundidad qué es la soledad, analizando esta sensación desde el punto de vista filosófico, sobre todo existencial. La soledad es posiblemente el sentimiento que experimentamos con más frecuencia y constancia en nuestra existencia.

   Para descifrar la esencia de este sentimiento la autora nos plantea un recorrido por el pensamiento y las reflexiones de Blaise Pascal, Daniel Dennet y Simone de Beauvoir. Cavila así mismo sobre la condición humana y las diversas formas de reflejarla en la cultura popular: libros, cine, series  televisivas, canciones.

   La soledad es para la pensadora neerlandesa una palabra pesada que se puede agravar al relacionar con ella experiencias vitales propias o ajenas, porque en definitiva todos hemos sentido en algún momento una experiencia de soledad, vivida como una cierta tristeza que nos aboca al sufrimiento, provocada por la falta de conexión con los otros, conexión que anhelamos porque en realidad no somos ermitaños. También si padecemos por carencia de algo que no sabemos qué es. Somos seres sociables, nacidos para vivir en sociedad. Algo connatural, por consiguiente, al ser humano.  Ya decía Aristóteles y subrayaba la primacía de la polis como marco de convivencia política. Lo contrario es el solipsismo: la idea de que solo existe uno mismo.

  Solo sentimos la soledad cuando tomamos conciencia de que en realidad necesitamos la conexión con los otros. Una soledad que carece de espacio para los que quieren estar solos. De ahí que los regímenes totalitarios usan como gran arma para vencer  la resistencia de los posibles rebeldes el aislamiento de los demás seres humanos.

   Otra forma de soledad, según la pensadora neerlandesa, y posiblemente según la experiencia de todo ser humano, es la prohibición de tener un pensamiento propio, de guardar secretos que se pueden convertir en amenazas para el estado. Es la soledad política, muy explotada por los regímenes autoritarios.

   Marjan Bouwmeester piensa que un defecto de la filosofía es su tendencia a volverse abstracta. Y en un tema como la soledad. Por eso, en un tema como la soledad es importante que se aluda al mundo verdadero, a un mundo repleto de experiencias concretas. Y eso lo halla en la literatura, en el cine, en las historias relatadas por amigos, y en sus propias experiencias. Pero sólo existe soledad si el sujeto humano siente la necesidad de comunicarse. Algo pues que tiene que ver con el deseo.

   Hay una forma importante de soledad que a menudo pasamos por alto, y es el hecho de que no seamos capaces de contactar con nosotros mismos. Una forma de soledad quizás más dolorosa que el hecho de no poder relacionarnos con otras personas. En definitiva extraviarnos a nosotros mismos, lo que nos lleva a perdernos a medida que avanzamos en nuestras vidas.

    

                                            

                                       Marjan Bouwmeester

 

   Con frecuencia empleamos las máscaras y los roles para protegernos. A  las máscaras dedica la autora un papel importante en su ensayo. A veces son necesarias para evitar que el contacto con la realidad sea demasiado duro y doloroso. Maduramos dosificando lo que mostramos de nosotros mismos, pero también lo que ocultamos. Pero si nos blindamos demasiado, emerge nuevamente la relación con la soledad.

   No obstante la autora reconoce que también le gusta estar sola. Esa soledad que ella experimentó por cierto con una estancia de más de dos años en una cárcel de Pinochet, la precisa como escritora que con frecuencia vive su propio mundo y necesita concentrarse en sí misma. Incluso a veces es agradable estar solos o solas. En ocasiones, estar rodeado de gente constantemente no es agradable, e incluso puede llegar a ser agotador.

   El libro concluye con una reflexión refrescante y muy agradable: solo quienes son capaces de sentir la soledad pueden amar y cultivar amistades. En  conclusión: sentir la soledad es también una oportunidad para relacionarnos.

 

Francisco Martínez Bouzas

Brújulas y Espirales

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