lunes, 14 de junio de 2021

SUSAN SONTAG: LA LITERATURA COMO FORMA DE RESISTENCIA

  Susan Sontag (Nueva York 1933-2004) fue un
verdadero icono de la intelectualidad estadounidense. Como niña que creció sin afectos, aprendió a leerlo todo, desde Platón a Walter Benjamin, para luego regurgitarlo todo bajo una visión fulgurante e inquisidora, tanto de las cosas como de sus porqués, obsequiándonos con nuevas perspectivas y con nuevos lenguajes. Novelista, filósofa, ensayista, profesora y directora de cine y, sobre todo, prensadora progresista sin ningún género de duda, con una extraordinaria capacidad crítica.

  Susan Sontag es una de esas autoras en las que resulta difícil separar su vida de los valores literarios inherentes a su obra. Sin embargo, en el avispero de Manhattan la tacharon de bruja maricona que medía cada paso que daba, buscando especialmente el glamur y cosechando recompensas de las instituciones con la mano derecha, a la vez que las maldecía con la izquierda.

   Pero llama la atención que una mujer que se esculpió a sí misma hasta en los más insignificantes detalles, tuviera la libertad intelectual que muestra en sus manifestaciones. Fue muy discreta en el año 2003 al recibir en Oviedo el Premio Principe de Asturias. Para evitar situaciones embarazosas no se mostró crítica con la política del entonces presidente Bush, ni censuró de una manera llamativa la hipocresía occidental. No obstante, la Susan Sontag rebelde, luchadora y comprometida, que nos alerta contra el peligro de admirar a todos los que son honrados con algún premio pues en ocasiones recae en personalidades como Henry Kissinger, “uno de los criminales de guerra más grandes de todos los tiempos”. Desafió así mismo en fechas anteriores a los que promueven o toleran cualquier forma de violencia.

   El 12 de octubre de 2003, en la entrega de los Premios de la Paz, otorgado por los libreros y editores alemanes, por su defensa del pensamiento libre, arremetió sin contemplaciones contra las coordenadas sociopolíticas que marcan el rumbo del mundo actual.

   La autora de El amante del volcán  o  En América  calificó a Bush como “ese señor horrible de Texas”, arropado por un partido, el Republicano que de alguna manera es el único que existe en Estados Unidos, puesto que el Demócrata, en su opinión, se había convertido en una rama de aquel. Cabe preguntarse cómo habría calificado a Donad Trump!

   Amiga de escritores que se pronunciaron sobre asuntos políticos, pero “respetuosa” así mismo con los que decidieron no hacerlo, Susan Sontag fue condescendiente con los que quedan en el medio. “Sobre Cuba Gabriel García Marquez calla cosas que sabe y por eso mismo es deshonesto”, manifestó en una descarga crítica cobre su colega  colombiano.

     

                                     

                                            Susan Sontag

 

    Susan Sontag no solamente se mantiene fiel a la ética que defiende de forma valerosa y responsable los derechos de las víctimas. Entiende además la literatura como una forma de compromiso y de coherencia. Suyas son estas palabras extraídas de dos discursos pronunciados antes de fallecer: “Una de las tareas de la literatura es formular preguntas y elaborar afirmaciones contrarias a las beaterías extendidas”. “La literatura es un buena manera de resistir a la triunfante ruina de la cultura, pero únicamente cuando cumple con el requisito de la necesidad, e decir, cuando en esencia encierra una historia -o una serie de historias- que es preciso contar, y además de esa manera, con esa precisión del lenguaje, esa cadencia, intensidad y madurez”.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

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