Los días luminosos
Zsuzsa Bánk
Traducción de Marina Bornas Montaña
Acantilado, Barcelona, 2020, 435 páginas.
Tener en las manos un libro editado por la barcelonesa Acantilado es un aval de que leeremos literatura de la buena. Y esto ocurre con Los días luminosos de Zsuzsa Bánk, una autora de la que Acantilado ya había publicado la novela El nadador (2004) y la colactánea de relatos En pleno verano (2016). En Los días luminosos, la escritora da muestras inequívocas de que es capaz de captar y cautivar la atención del lector sin echar mano de artificiosos escenarios o de escenas truculentas. Le es suficiente con acercarse a la vida de la madre soltera de unas niñas y a la aventura de sus vidas, muy marcadas por el aparente desequilibrio de aquella. Con la circunstancia sobreañadida de un padre que no aparece con frecuencia, pero que está profundamente enamorado de su pareja y ama a sus hijas.
Así se inicia una historia de amistad, pero también de traición, de amor y mentira en la que renacen los secretos del pasado, capaces de cambiar una vida.
La novela de Zsuzsa Bánk lleva a cabo una verdadera investigación ficcional sobre las relaciones entre amigos y entre padres e hijos, demostrando de qué manera las verdades ocultas, cuando salen a la luz del día, pueden cambiar para siempre la actitud ante la vida de quienes las han descubierto. Los días luminosos son los de la infancia, despojados de cualquier duda o preocupación;son momentos absoluta felicidad que habrán de confrontarse con las desilusiones, el dolor y la incomprensión que suelen prodigarse en la edad adulta.
Los días luminosos es una novela coral y al mismo tiempo de formación, cuya acción transcurre en los años sesenta en el sur de Alemania y en Roma. En ambas escenarios, pero sobre todo en el alemán, tiene lugar la historia de Aja, Seri y Karl y de tres madres profundamente marcadas por la vida. Ellos y ellas son los principales protagonistas de la novela.
En las afueras de una aldea, en una casa miserable, privada incluso de un buzón para la correspondencia, viven Aja y su madre Évi, una joven húngara casada con Zigi, que actúa como acróbata en un circo. Los únicos bienes que posee esta familia es una pequeña huerta con árboles frutales que circundan su desangelada habitación. Será en este pequeño huerto donde la niña Aja vivirá sus imborrables días claros de la infancia, junto con sus inseparables amigos Seri y Karl. La existencia de los tres niños está profundamente señalada por trágicos eventos personales. Pero, como por encanto, el dolor y el luto parecen desparecer en medio de la intensa alegría de los juegos infantiles..
Los días claros y luminosos son justamente las jornadas transcurridas en la inocencia de la tierna edad, cuando las duras pruebas cuotidianas, los descalabros y las ilusiones de la vida adulta se hallaban todavía muy lejos. Veinte años más tarde los tres niños, convertidos ahora en estudiantes universitarios, en un reencuentro inédito, viajan a Roma, y allí repasan y rinden cuentas de su pasado, con secretos insospechados e inesperadas traiciones.
Zsuzsa Bánk
Zsuzsa Bánk ha escrito una novela de tonalidad poética, en la que los que toman la voz no son solamente los jóvenes, sino sobre todo la vida que, con un hábil juego, enreda continuamente el destino de los personajes. Página tras página, la autora hace revivir los momentos más destacados de una profunda amistad, inmersa en una atmósfera mágica. Con una estructura lineal y un estilo de prosa muy simple, su escritura intensa en acontecimientos y emociones llega fácilmente al corazón de los lectores, sobre todo una vez que se superan los primeros capítulos demasiado lentos y repetitivos. Lectura relajante para curarnos del estrés cotidiano.
Francisco Martínez Bouzas
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