Como en años anteriores, la barcelonesa
Editorial Anagrama inaugura el nuevo año 2019 con la publicación de productos
literarios de gran calidad en casi todas sus colecciones. Desde la calidad y la
singularidad, Editorial Anagrama sigue haciendo frente a la uniformidad del
libro único. En poco o en nada se ha notado, desde esa perspectiva, el relevo
de Jorge Herralde por Silvia Sesé.
En la colección bandera de
Anagrama,”Panorama de Narrativas” a punto de alcanzar los mil títulos, dos novedades: Serotonina de Michel Houellebecq y El expdiente de mi madre de András Forgach. La otra colección
específicamente dedicada a la narrativa, “Narrativas hispánicas”, anoto dos
novedades: Petit Paris de Justo
Navarro y Sánchez de Esther García
Llovet.
En otra de las colecciones clásicas de la
Editorial, “Argumentos” cabe destacar la publicación de una obra póstuma de
Olíver Sacks. Así mismo en “Nuevos cuadernos Anagrama”, dos títulos: Ironía on de Santiago Gerchunoff y Silencio administrativo de Sara Mesa.
Finalmente en “Compactos”, la colección de bolsillo de Anagrama, la reedición
de otra novela de Michel Houellebecq, Sumisión.
Como adelanto editorial y en espera de mi
valoración crítica, reproduzco las sinopsis de tres de estas novedades que
gentilmente me ha hecho llegar la casa editora y que estarán a la venta en
librerías a partir del día 9 de enero.
Francisco Martínez
Bouzas
Michel Houellebecq
Traducción de Jaime Zulaika
Editorial Anagrama, Barcelona, 2019, 282 páginas
Sinópsis:
“Florent-Claude
Labrouste tiene cuarenta y seis años, detesta su nombre y se medica con
Captorix, un antidepresivo que libera serotonina y que tiene tres efectos
adversos: náuseas, desaparición de la libido e impotencia.
Su periplo arranca en Almería –con un
encuentro en una gasolinera con dos chicas que hubiera acabado de otra manera
si protagonizasen una película romántica, o una pornográfica–, sigue por las
calles de París y después por Normandía, donde los agricultores están en pie de
guerra. Francia se hunde, la Unión Europea se hunde, la vida sin rumbo de
Florent-Claude se hunde. El amor es una entelequia. El sexo es una catástrofe.
La cultura –ni siquiera Proust o Thomas Mann– no es una tabla de salvación.
Florent-Claude descubre unos escabrosos
vídeos pornográficos en los que aparece su novia japonesa, deja el trabajo y se
va a vivir a un hotel. Deambula por la ciudad, visita bares, restaurantes y
supermercados. Filosofa y despotrica. También repasa sus relaciones amorosas,
marcadas siempre por el desastre, en ocasiones cómico y en otras patético (con
una danesa que trabajaba en Londres en un bufete de abogados, con una aspirante
a actriz que no llegó a triunfar y acabó leyendo textos de Blanchot por la
radio...). Se reencuentra con un viejo amigo aristócrata, cuya vida parecía
perfecta pero ya no lo es porque su mujer le ha abandonado por un pianista
inglés y se ha llevado a sus dos hijas. Y ese amigo le enseña a manejar un
fusil...
Nihilista lúcido, Michel Houellebecq
construye un personaje y narrador desarraigado, obsesivo y autodestructivo, que
escruta su propia vida y el mundo que le rodea con un humor áspero y una
virulencia desgarradora. Serotonina demuestra que sigue siendo un
cronista despiadado de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI,
un escritor indómito, incómodo y totalmente imprescindible.
«Lo que me impide leer los libros de
Houellebecq y ver las películas de Von Trier es una suerte de envidia. No es
que les envidie su éxito, pero leer esos libros y ver esas películas sería un
recordatorio de lo excelsa que puede ser una obra y lo muy inferior que es mi
trabajo» (Karl Ove Knausgård).”
El autor:
Michel Houellebecq (1958) es poeta, ensayista y
novelista, «la primera star literaria desde Sartre», según se escribió en Le
Nouvel Observateur. Su primera novela, Ampliación del campo de batalla
(1994), ganó el Premio Flore y fue muy bien recibida por la crítica española:
«Una mirada lacerante –aunque repleta de humor– sobre el vacío vital de este
fin de siglo» (Xavi Ayén, La Vanguardia); «Magnífica novela. Si Kafka
nos descubrió en sus relatos el seco cañamazo del siglo XX de la burocracia,
Houellebecq nos muestra, con espléndido pulso literario, los entresijos oscuros
del siglo XXI de la informática y la presunta liberación sexual» (Xavier
Lloveras, El Periódico). En mayo de 1998 recibió el Premio Nacional de
las Letras, otorgado por el Ministerio de Cultura francés. Su segunda novela, Las
partículas elementales (Premio Novembre, Premio de los Lectores de Les
Inrockuptibles y mejor libro del año según la revista Lire), fue muy celebrada
y polémica, así como Plataforma. Obtuvo el Premio Goncourt con El
mapa y el territorio, que se tradujo en 36 países, y ha abordado el
espinoso tema de la islamización de la sociedad europea en Sumisión. Las
cinco novelas han sido publicadas por Anagrama, al igual que Lanzarote, El
mundo como supermercado, Enemigos públicos (con Bernard-Henri Lévy), Intervenciones
y los libros de poemas Sobrevivir, El sentido de la lucha, La búsqueda de la
felicidad y Renacimiento (reunidos en el tomo Poesía) y Configuración
de la última orilla. Houellebecq ha sido galardonado también con los
prestigiosos premios IMPAC (2002) y Schopenhauer (2004); en España recibió el
Leteo (2005)
…..
Justo Navarro
Editorial Anagrama, Barcelona,
2019, 236 páginas.
Sinopsis:
París, marzo de
1943: Alemania e Italia están perdiendo la guerra. Después de la invasión
angloamericana del norte de África y la rendición en Stalingrado del mariscal
de campo Paulus, se respira la hecatombe militar nazi-fascista, el inminente
desembarco de los aliados en Europa. Veinte años antes de resolver los crímenes
sobre los que giraba Gran Granada, el comisario Polo se encuentra por accidente
en París, temeroso de no poder acabar nunca un viaje que solo iba a durar unos
días. En tiempos de guerra no es raro que lo previsto como una excursión de
setenta y dos horas se dilate meses, años o décadas, o se convierta en el
exilio eterno.
Y Polo se mueve
en un pequeño París, Petit Paris, de gente peligrosa: abogados y periodistas
que ejercen labores policiales en los servicios consulares de España,
colaboradores de la Gestapo a la caza de republicanos españoles en fuga. Entre
el personal de la escuadra española se han sucedido en menos de un mes tres
muertes violentas, y en el centro aparece el posible suicidio del bello
Matthias Bohle, un seductor de vida enigmática que con otro nombre había
conquistado la Granada de 1940, incluyendo al irreductible comisario Polo, y
que recaló en París tras robar cuatro kilos de oro a un industrial que quizá le
encargó sacarlos clandestinamente de España.
Pronto Polo
empezará a investigar su muerte, ayudado por colaboradores tan poco seguros
como lo es todo en la ciudad: el abogado Palma, casi un doble de Polo
rejuvenecido cuarenta años y con carnet de la Gestapo, que ha descubierto la
fuente de la juventud en una mezcla de gin, Dubonnet y anfetaminas; Alodia
Dolz, heroína de la Cruzada nacional, agente de la Quinta Columna, que
sobrevivió a tres años de temerarias actividades clandestinas en la Madrid
roja: «Si entonces no la habían matado, ya no la matarían nunca.» El Petit
Paris de Polo es negro puro, una ciudad de inquietante ambigüedad moral donde
todos mienten y manipulan como único modo de sobrevivir. Una narración deslumbrante
y magnética –con homenajes a Simenon, Leo Malet y Modiano– que juega con los
resortes de géneros como el policiaco y el de espías para llevarlos más allá.
«Justo Navarro
tiene una voz absolutamente personal, posee un mundo inequívoco de obsesiones y
ficciones, aporta un sistema expresivo singularizado y brillante, y trae a la
narrativa española un necesario acento de dureza, de rigor estético pero
también ético» (Miguel García-Posada, El País).
El autor:
Justo Navarro (Granada, 1953), premio de la
Crítica por su libro de poemas Un aviador prevé su muerte, ha publicado
en Anagrama las novelas Accidentes íntimos (Premio Herralde de
Novela): «Un paso adelante en una trayectoria cada vez más densa y cuajada»
(Santos Sanz Villanueva, Diario 16); «Transita por los caminos
auténticos de la narrativa con mayúsculas» (Ramón Acín, El Heraldo de
Aragón); La casa del padre (Premio Andalucía de la Crítica): «Se
integra en el privilegiado número de novelas que permiten definir lo mejor de
una época literaria» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Una
novela de clima inolvidable y una de las más rotundas e inquietantes de la
nueva narrativa española» (Felipe Benítez Reyes); El alma del controlador
aéreo: «Turbadora gran novela» (Enrique Vila-Matas); «De imprescindible
lectura» (Ana Rodríguez Fischer, ABC); F. (Premio Ciudad de
Barcelona): «Excelente» (Ricardo Senabre, El Mundo); Finalmusik: «Para
paladares delicados» (Ricardo Senabre, El Mundo); «Con sentido del humor
y su aguda visión crítica subraya algunas de las grandes paradojas de nuestro
tiempo» (María Luisa Blanco, El País); El espía: «Fascinante»
(José Luis Amores, Revista de Letras); y Gran Granada (Premio
Andalucía de la Crítica): «Soberbia» (J. Ernesto Ayala-Dip, El País); «Una
novela negra que... no renuncia a ser una novela del propio Navarro, con su
estilo riguroso, inteligente, tajante» (Nadal Suau, El Mundo), así como
el ensayo El videojugador: «Hacen falta libros como este, capaces
de romper la inercia del pensamiento y de actualizar el placer de la
curiosidad libre de prejuicios» (Sergio del Molino, Revista Mercurio).
…..
Esther García Llovet
Editorial Anagrama, Barcelona
2019, 130 páginas
Sinopsis:
Madrid. Un
Madrid nocturno en cuyo cielo de tanto en tanto se ve pasar alguna estrella
fugaz. Un Madrid de extrarradio, de timbas, bingos, gasolineras de la M30, Casa
de Campo y bares perdidos en la nada. Un Madrid crudamente real en el que de
pronto puede suceder lo inesperado, e incluso lo mágico. Ese es el espacio que
transitan los personajes de esta novela de perdedores en busca de una
oportunidad.
Sus nombres son
Nikki y Sánchez. En el pasado compartieron vida, después sus destinos se
separaron. Ella ha estado trapicheando con tabaco en La Línea y ahora ha vuelto
a Madrid y se ha metido en el mundillo de las apuestas y las carreras de
galgos. Él, con fama de gafe y dado a desaparecer, debe dinero y acepta ayudar
a Nikki cuando ella lo llama. La propuesta de Nikki a Sánchez: que la ayude a
entregar un galgo de nombre Cromwell a una italiana que se dedica al negocio de
las carreras. Y durante una interminable madrugada la pareja transitará por un
Madrid espectral en busca de ese galgo y se topará con un montón de extraños
personajes, como la artista serbia que acaba de celebrar en pleno bosque una
performance consistente en comer carne cruda de ciervo durante veinticuatro
horas...
Segunda entrega
de la Trilogía instantánea de Madrid tras la notabilísima Cómo
dejar de escribir, Esther García Llovet se confirma aquí como
extraordinaria retratista de un Madrid que no sale en las guías turísticas, de
la ciudad marginal de altas horas de la madrugada, poblada por personajes
escurridizos e inquietantes.
Una novela breve
y contundente, escrita sin florituras y con diálogos como cuchillos, que avanza
sin tregua con una estructura de thriller en la que de tanto en tanto asoma un
clima surreal, con imágenes y situaciones dignas de un David Lynch en estado de
gracia tras ingerir algún brebaje castizo.
«Esther García
Llovet es una perra verde. Un bicho raro en el contexto actual de la literatura
española: el mundo de sus escritos es también el de una perra verde. El de una
exquisita rara avis... Esta autora cuestiona cada código, cada imagen, cada
palabra... Estupenda» (Marta Sanz).
«Nos gusta mucho
García Llovet, y nos gusta su estilo, su poética: afirma
su preferencia,
como lectora, por las grandes novelas oceánicas (con Bolaño y Foster Wallace
como inexcusables referencias), pero como escritora apuesta por las novelas
escuetas y alusivas. Su universo narrativo incluye una dosis innegable de
extrañeza alentada por una especie de arcano inaccesible, de “fatum” de
tragedia griega. Autora de culto» (Sara Mesa).
«Una muy buena
escritora, que maneja la tensión narrativa y la ambientación de manera soberbia
y mesurada» (Sergi Bellver, Bitácora de Sergi Bellver).
«Ha hecho de la
calidad una de sus señas» (Javier Moreno, Quimera).
«Su estilo es de
cuchilla de afeitar» (Laura Fernández, Go Mag).
«Es de esas
escritoras “secretas” que causan adicción» (Carlos Sala, La Razón).
«Una escritora
única... Magnetiza al lector» (Recaredo Veredas, Qué Leer).
«Excelente
narradora... Brillante» (Alberto Olmos).
La autora:
Esther García Llovet (Málaga,
1963) vive en Madrid desde 1970, donde estudió Psicología Clínica y Dirección
de Cine. Ha publicado Coda (2003), Submáquina (2009), Las
crudas (2009) y Mamut (2013), además de relatos en diversas
antologías y revistas. Es traductora del inglés y colabora habitualmente en la
revista Jot Down.
En Anagrama ha
publicado Cómo dejar de escribir(2017): «García Llovet es una pegadora
certera, de buen juego de piernas y golpe preciso» (Carlos Zanón, El País);
«Espléndida novela corta. Mérito literario, sustentado en una prosa de buscada
sencillez, ingeniosa en sus manifestaciones de humor excéntrico y muy
expresiva en su bien dosificada creación de juegos de palabras. A lo cual contribuyen
también la fluidez y el dinamismo de sus diálogos» (Ángel Basanta, El Mundo);
«Esther García Llovet tiene una capacidad muy grande para reproducir el
lenguaje de la calle, de la gente que anda perdida por un Madrid
fantasmagórico, entregada a búsquedas raras porque no tienen nada que hacer»
(Benjamín Prado); «Su prosa no mece, no calma, no acompaña, porque supone una
sístole ancha y profunda, capaz de dar la bofetada oportuna. El lector no
olvidará el impacto de su ritmo, la melodía de su verbo y la impronta de una
narradora que respira por el pulmón del mejor McCarthy, del eterno Bellow y del
último Bolaño» (Ángeles López, La Razón).
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