George
Orwell
Traducción
de Miguel Temprano García
Editorial
Debolsillo (Peguin Random House Grupo Editorial) Barcelona, 2018, 352 páginas
(Libros
de siempre)
1984, en su versión original en inglés Nineteen Eighty-Four, fue escrita por
Georges Orwell entre 1947 y 1948 y publicada el 8 de junio de 1949. Desde
entonces, se ha traducido a numerosos idiomas en los que ha tenido múltiples
ediciones hasta convertirse en un clásico de la ficción distópica. Una obra
paradigmática en ese intento de inventar el porvenir, la ciudad imaginaria del
futuro que traduzca las esperanzas o los miedos de los seres humanos que viven
un presente preñado de carencias e imperfecciones. “El delirio de los
indigentes -escribía Cioran, crítico cáustico de la civilización occidental- es
un creador de acontecimientos…una muchedumbre de seres que quieren otro mundo,
aquí abajo y en este instante.”
Los deseos utópicos, en sus dos vertientes
fundamentales (utopías positivas y utopías negativas o distopías) acostumbran a
cimentarse exclusivamente en la razón humana, dejando al margen los datos
provenientes de la historia, de la economía o de la política. Sin embargo, no
es ese el caso de la novela 1984 de Georges Orwell. La odisea de Winston
Smith, en un Londres dominado por el Gran Hermano y el partido único, debe de
interpretarse como una crítica de todas las dictaduras, si bien las analogías
con el comunismo estalinista resultan obvias, sobre todo si tenemos en cuenta
la trayectoria vital y política del autor hasta que en 1947 y 1948 escribió
esta novela.
Pero 1984 no solamente es la más
famosa y conocida de las distopías o antiutopías, sino también la más depurada
y clarificadora, ya que describe con gran claridad lo que es una sociedad
opresiva y cerrada sobre sí misma bajo el control de un gobierno totalitario,
pero presentándola a los ciudadanos como un ideal deseable e incluso necesario.
Lo que, sin embargo, Orwell delinea no son relaciones verdaderamente humanas,
sino el monstruo totalitario, en una imagen estremecedora e incluso
caricaturesca. Los mismos nombres de los organismos y de las instituciones del
régimen totalitario del Gran Hermano dan fe del escalofrío caricaturesco que
provocan en los lectores de nuestros días. Ministerio de la verdad, Ministerio
de la paz (gestiona los asuntos de la guerra), Policía del pensamiento,
Ministerio del amor (organismo encargado de torturar a aquellos que como
Winston Smith, no aceptan que el enunciado 2+2=5 es verdadero.)
Georges Orwel relata el control total del
individuo y la historia trágica y aparentemente emancipadora de Winston Smith y
Julia, a través de un relato de lavado de cerebros, educación totalitaria de la
juventud, empleo de la psicología y del lenguaje, substitución del amor entre
las parejas por el amor hacia el Gran Hermano, único sentimiento afectivo
tolerado por el régimen.
La obra de Orwell continúa una tradición
narrativa cuyos antecedentes más claros y notorios son las novelas Nosotros
de Yevgueni Zamiatin, Un mundo feliz de Aldos Husley y Darkness at noon de Arthur Koestler. Así
mismo es preciso reconocer que 1984 ejerció fuertes influencias
literarias y cinematográficas en el mundo de la cultura posterior.
Pero lo más preocupante es que la novela
transciende el ámbito puramente literario y podemos hallar huellas de 1984
en la vida cotidiana. La conclusión más extendida cuando se cumplió la fecha de
1984, es que Orwell había fracasado como profeta: el Gran Hermano no gobernaba
el planeta. Pero Orwell nunca pretendió ser un vaticinador sino un escritor
que, si algo pretendía, era concienciar. Y lo que parece evidente es que las actitudes
descritas por Orwell no se evaporaron. Hoy en día, ni tan siquiera es preciso
apelar a la represión para mantener la cohesión social. Una dictadura como la
que Orwell describe, no es viable en las sociedades capitalistas liberales.
Pero existen mecanismos mucho más sutiles y peligrosos para tiranizar a la
ciudadanía como es el control de los derechos civiles. Existen mecanismos,
formalmente democráticos y constitucionales mediante los que los ciudadanos
cedemos parte de nuestra soberanía al estado para proteger, por ejemplo,
nuestra seguridad. Modelos de sometimiento semejantes a los descritos en 1984,
pero revestidos de apariencias mucho más humanas e incluso “deseables” y que,
sin embargo, nos quieren libres viviendo en la esclavitud, uno de los lemas del
Partido único e ubicuo del Gran Hermano. He aquí pues la vigencia de Orwell y
la necesidad de no olvidarnos de este clásico de la ficción utópica negativa.
Georges Orwell |
Fragmentos
"No habrá lealtad; no existirá más fidelidad que la que
se debe al Partido, ni más amor que el amor al Gran Hermano. No habrá risa,
excepto la risa triunfal cuando se derrota a un enemigo. No habrá arte, ni
literatura, ni ciencia. No habrá ya distinción entre la belleza y la fealdad.
Todos los placeres serán destruidos. Pero siempre, no lo olvides, Winston,
siempre habrá el afán de poder, la sed de dominio, que aumentará constantemente
y se hará cada vez más sutil. Siempre existirá la emoción de la victoria, la
sensación de pisotear a un enemigo indefenso. Si quieres hacerte una idea de
cómo será el futuro. figúrate una bota aplastando un rostro humano...
incesantemente."
…..
"-Nosotros, Winston, controlamos la vida en todos
sus niveles. Te figuras que existe algo llamado la naturaleza humana, que se
irritará por lo que hacemos y se volverá contra nosotros. Pero no olvides que
nosotros creamos la naturaleza humana. Los hombres son infinitamente maleables.
O quizás hayas vuelto a tu antigua idea de que los proletarios o los esclavos
se levantarán contra nosotros y nos derribarán. Desecha esa idea. Están
indefensos, como animales. La Humanidad es el Partido. Los otros están fuera,
son insignificantes."
…..
"Los hechos no podían ser ocultados, se los
exprimían a uno con la tortura o les seguían la pista con los interrogatorios.
Pero si la finalidad que uno se proponía no era salvar la vida sino haber sido
humanos hasta el final, ¿qué importaba todo aquello? Los sentimientos no podían
cambiarlos; es más, ni uno mismo podría suprimirlos. Sin duda, podrían saber
hasta el más pequeño detalle de todo lo que uno hubiera hecho, dicho o pensado;
pero el fondo del corazón, cuyo contenido era un misterio incluso para su
dueño, se mantendría siempre inexpugnable."
(Georges Orwell, 1984)
Toda una referencia ...
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta