Nuestra Carrie
Theodore Dreiser
Tradución de Celia Montolío
Alba Editorial, Barcelona, 581 páginas
(LIBROS DE FONDO)
Theodore Dreiser (1871-1945) es el gran
representante del naturalismo en la literatura norteamericana. Sister Carrie supuso su inicio en la
literatura (año 1900), aunque no fue editada de forma plenamente original hasta
1981. Ninguna de las lenguas peninsulares tradujo esta formidable novela hasta
2002. En efecto con casi un siglo de retraso la traducción de Alba Editorial nos
permite leer en español este clásico del naturalismo. Prácticamente ausente de
los manuales literarios de nuestro país, Theodore Dreiser está, sin embargo,
considerado como una de las grandes figuras de la así llamada escuela
naturalista.
Periodista y crítico musical, su carrera se
inició como ya señalé en 1900 con Sister
Carrie. Publicada de muy mal grado por su editor (Hermanos Harper) que la
consideraba inmoral, Sister Carrie fue
retirada de las librerías debido a
las virulentas protestas del público que veía en la novela obscenidades debido
al tratamiento realista de los temas sexuales. Al publicar su segunda novela, Jenny Gerhardt en 1911, su obra
obtuvo apoyos influyentes, entre ellos los de los
escritores británicos, H. G. Well y Hugh
Seymour y desde entonces Dreiser pudo dedicarse por entero a la literatura.
Pero sus obras siguieron provocando encendidas controversias, lo mismo que su
persona, ya que se hizo miembro del Partido Comunista de Estados Unidos, visitó la unión Soviética
y en el libro Una mirada de Dreiser a
Rusia (1928), ofrece una visión muy favorable de este país.
Nuestra
Carrie -así es el título con el que aparece en la traducción española- está
basada en la vida de la propia hermana de Dreiser, Emma, asidua practicante par
aquel tiempo de transgresiones morales. En su propia vida y en sus escritos,
Theodore Dreiser se guió siempre por el principio de que el primordial apetito
del ser humano es la sexualidad, capaz muchas veces de mover montañas. Nuestra Carrie fue rechazada, como he
dicho hace más de un siglo. Sin embargo los elogios de Sinclair Lewis (“Sister Carrie es la
primera novela libre de la influencia literaria inglesa”) y el paso de los años
hicieron que fuese valorada como la gran novela naturalista norteamericana.
Con un estilo de cadencia lenta y demorada y
prestando gran atención a los minúsculos detalles, pero con gran rigor
constructivo, Theodore Dreiser describe la completa carrera de su heroína que,
bajo el nombre de Caroline Meeber, abandona su aldea natal y llegará a asombrar
con el nuevo de Carrie Madenda a los espectadores de los teatros de Brodway.
Dos ciudades soñadas, Chicago y Nueva York, que habían conocido miserias y
fastuosidades, se acabarán rindiendo ante Carrie. E igualmente dos hombres se
convertirán en marionetas de los deseos de Carrie Madenda. Porque en esta
primera obra, libre del influjo literario inglés y sobre todo de la moral
victoriana, se defiende que el ser humano, demasiado familiarizado con el
lastre de fuerzas invisibles e inexplicables, no puede seguir dudando de que su
mente se encuentra movida y empujada por cosas que ni piensan ni hablan. “No
solamente en las aguas del mar influye la luna”, escribe el autor de esta magnífica
pieza literaria que, a pesar del paso del tiempo, no envejece.
Francisco Martínez Bouzas
Theodore Dreiser |
Fragmentos
“Cuando
Caroline Meeber subió al tren de la tarde con rumbo a Chicago, sus avíos al
completo consistían en un pequeño baúl, facturado en el vagón de equipajes; un
barato maletín imitación piel de caimán con minucias varias para el aseo; un
frugal almuerzo metido en una caja de cartón y un monedero de cuero amarillo
que contenía su billete, un trozo de papel
con la dirección de su hermana en la calle Van Buren y un capital de cuatro dólares.
Era agosto de 1889. Tenía dieciocho años y era una muchacha despierta y tímida,
con todas las ilusiones de la ignorancia y de la juventud”
…..
“Carrie
nunca había albergado sentimientos hostiles a Hurstwood. Tan sólo un momento
antes le había escuchado con cierta complacencia, recordando lo encariñada que
había estado. Era tan apuesto, tan audaz…
Pero
ahora había empezado a sentir rechazo, un rechazo que en vano iba aumentando y
por un instante la dominó; poco después, mientras Hurstwood la estrechaba entre
sus brazos, empezó a disminuir y fue otra parte de sí misma la que tomó la
palabra. El hombre que la estaba estrechando contra su pecho era fuerte y
apasionado, la amaba…y ella estaba sola. Si no acudía a él, si no aceptaba su
amor, ¿adónde iba air? Además, lo físico
también tiene sus exigencias. Su resistencia empezaba a disolverse en el
torrente de pasión de Hurstwood”
(Theodore Dreiser, Nuestra Carrie, páginas 11, 344)
Estoy con ella. La verdad, que poder descriptivo tan minucioso tuvo este hombre. Me interesa también, como documento histórico, saludos.
ResponderEliminar