lunes, 13 de febrero de 2023

¿EL PASADO ES EL PRÓLOGO?

 

El santo                                                   

Martin Michael Driessen

Traducción del neerlandés de Isabel Clara Lorda Vidal

Alianza Editorial, Madrid, 2022, 221 páginas.

 

    

 

 

   Con un relato en primera persona, el protagonista Donatien nos cuenta su vida  desde que era niño, y al que más de uno consideraba santo o destinado a serlo. Pero tal creencia se debilitó después de que el protagonista arrojase a una mujer desde la torre de la iglesia. Su vida se extiende desde 1789 hasta el 7 de junio de 1839, fecha en que alguien le mata como a una rata.

   Desde la infancia desarrolló una absoluta insensibilidad ante el bien y el mal. Un don que le aportó gran utilidad a lo largo de su existencia. Pero, son sus palabras, decide comenzar su historia in media res, en el campo de batalla en 1814. Un medallón de un soldado muerto le marca el camino de su primer engaño a la muchacha de sus sueños, la viuda o prometida del soldado alemán que consideró que había fallecido. Ante la prometida del soldado, ejecutó perfectamente el papel de “pastelero”, y a los tres meses ya la había desvirgado. Será la primera de las muchas tropelías que cometerá en el futuro, aprovechándose de la credulidad natural de la gente. Pero se ve obligado a huir, porque el novio que daban por muerto, aparece un día.

   Comparte unos meses con un aristócrata inglés midiendo la velocidad del viento. Y se une a la guerra haciéndese amigo de un teniente taciturno que más tarde llegará a ser poeta famoso: August von Platen. Y como Donatien es pansenxual, penetra al joven teniente. Su nueva familia será un circo ambulante. Allí corteja inútilmente a Adrienne, la hija del dueño. Como remedio o compensación, se embarca en una aventura amorosa con una mujer casada, la esposa del mago, pero también con nulo resultado. Y llega a considerarse un vagabundo. Se expone gustosamente a las descargas eléctricas de un Prometeo moderno, un peculiar investigador danés. Al poco tiempo, lo vemos como aprendiz de un herrero, en cuya casa siente la tentación de la feminidad.

  Pero huye del cuchitril donde se alojaba, y con un caballo robado, decide convertirse en bandido noble, al estilo de los que aparecen en las novelas de Walter Scott: ganarse el sustento como ladrón. Pero le muere el caballo, y entonces determina asaltar a la gente a pie. Y es así como va ascendiendo en la escala de la criminalidad, llegando a transformarse en el terror de los Vosgos.

   Mata aun bucanero para robarle el plano de un tesoro, y una vez que ha matado a una persona, la cosa ya no se detiene. Había traspasado el límite y la tentación se acrecienta cuando hay luna llena. Sigue un episodio que el mismo narrador considera inverosímil: se enrola en un barco y participa en una expedición a la costa chilena en búsqueda de los descendientes de la tribu de Rubén.

   Tras el regreso, es arrestado en Brest como el principal sospechoso de la oleada de robos que había asolado los Vosgos. Descartada la posibilidad de absolución, lo que le espera es la guillotina, muy a pesar de sus esfuerzos por hacer entender a los jueces que el hombre que ahora es, nada tenía que ver con el asaltador de caminos. Por consiguiente, no se considera culpable.

   

 

                                                 

                                  Martin Michael Driessen

 

    El desenlace no es el que posiblemente muchos lectores sospechan, y que no revelaré. En todo caso, puedo matizar que otros se hicieron cargo de su vida. Él estará solo, mantenido a pan y agua, y olvidado definitivamente de todos. Solamente la Iglesia sabe que aún existe. Su salvación fue abandonarse plenamente a lo que había. Asumir las mazmorras de por vida. Fue su liberación interior. Y así, a partir de este momento, se transforma en una buena persona, e un hombre sabio, santo y sanador.

   Todo lo que el autor relata en el desenlace de la novela pudo haber sido posible. Pero la ficción no se convierte sin más en realidad. Y la realidad es que Donatien, por muy santo que fuere, siguió atrapado en la fortaleza de Metz. Por eso el pasado ficcional es el prólogo, o ni siquiera llega a eso, porque en cada cárcel también entran ángeles vengadores.

 

Francisco Martínez Bouzas

Brújulas y Espirales

 

viernes, 10 de febrero de 2023

NOVELA DE TRAMA MÉDICA, SÓRDIDA Y CRIMINAL

El sótano

Begoña Huertas

Ilustración e imágenes del interior de Begoña Huertas

Editorial Anagrama, Barcelona, 2023, 119 páginas.

 

  

 

 

 

    Este libro extraordinario sobre lo inevitable, como escribe Belén Gopegui, lo compuso y articuló su autora Begoña Huertas (Gijón 1965-2022) quizás como despedida, y para nosotros, sus lectores, como lamentable huida. A la autora ni siquiera le fue concedido el legítimo orgullo de verlo expuesto en las estanterías de las librerías, porque falleció en noviembre de 2022 y su novela llegó a las librerías el 11 de enero del presente año.

   El sótano se asemeja a una premonición que refleja el delicado estado de salud de la autora  y quizás su previsible y cercano final. Como parte de su testamento, sus relatos de A tragos,  el libro El desconcierto y especialmente su novela Por eso envejecemos tan deprisa.

    Apostaría a que su estado de salud quedó reflejado en El sótano, en el ambiente que se origina a partir de un grupo que se concentra en un sanatorio para recuperarse de sus dolencias. Y también por la tonalidad de la que se sirve la autora y que nos señala que se le acaba el aliento, que la fuerza no es suficiente para largas conclusiones. Por algo leemos en la novela: “Solo sé que a veces el peor enemigo no es el dolor, sino el cansancio”. Fue la propia autora quien definió las fronteras de la novela: “de trama médica, sórdida y criminal”. Por eso mismo, una pieza narrativa anómala y que sin embargo  a muchos lectores les podrá fascinar.

   Ya desde la primera página la novela nos interna e un hospital o consultorio médico. Una doctora muestra fotografías de distintas dolencias: cáncer testicular, cirrosis hepática. Y la narradora no escapa a esta observación médica. Tras ella está su historial clínico custodiado e un hospital de lujo, dotado, al menos en teoría, para restaurar cuerpos. Allí conoce a varios pacientes; el primero de ellos Rubén y su grupo que se retroalimentan cada vez que se encuentran. Se integra en el grupo, y tiene la impresión de volver a casa. Ninguno, sin embargo, aludía a sus enfermedades (…) “los detalles del dolor eran siempre mencionados como piezas aisladas que no formaban parte del ser humano”.

   A la protagonista nada le importa. “Disfrutaba de la tranquilidad de los muertos”. Pero estaba allí y formaba parte de ese grupo y se siente sin fuerzas. Un cansancio no solo de la carne, sino del espíritu. A pesar del tratamiento, sus fuerzas no afloran. Y ante el destino, apretaba los dientes y llega a creer que la enfermedad era su pereza. Mientras iba a la deriva del deseo de los demás, todo va bien, mas cuando la dinámica del grupo exige que sus integrantes elijan entre soledad o tiranía, la protagonista se siente como una nebulosa repartida entre los que la rodean, en una lejanía triste, un yo difuminado. Hasta el punto que concibe el vacío del ser, el no ser como un alivio.

   

                                        

                                           Begoña Huertas

 

    Llega un momento en que, desaparecido el andamiaje médico, se  pregunta qué hace allí. Son las negras ondas del letargo. Recibe toda clase de  medicamentos, células madre incluidas,, pero se siente cada día más débil. Y percibe que su interior es el responsable de su estado, que estar enfermo es lo mismo que estar en pecado.

   Una novela intimista, sin desenlace que recorre el camino de una enfermedad incurable, relatada en primera persona con un sinceridad asombrosa. Y en momentos trágicos como son los de la hospitalización, sabiendo que no habrá curación, que vendrá el fin y se acabará todo. Abundante metaliteratura, siempre oportuna que contribuye a tomar conciencia de lo que es, en palabras de la autora una novela de trama médica, sórdida y criminal.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

lunes, 6 de febrero de 2023

ENTRE LA AUTOFICCIÓN Y LO AUTOBIOGRÁFICO

Pensilvania                    


Juan Aparicio Belmonte

Ediciones Siruela, Madrid, 2022, 224 páginas.

 

   

 

    La frontera entre la autobiografía y la autoficción es difusa. Una muestra, esta novela. Juan Aparicio Belmonte irrumpe en medio de la polémica suscitada por quienes lanzan sobre la autoficción las más duras diatribas. Hay quien achaca a la autoficción falta de imaginación y de talento; y quienes le otorgan más crédito porque el hecho de que el autor se convierta en protagonista arropa sin más un resultado más verosímil.

   Se ha escrito que Juan Aparicio Belmonte irrumpe en mitad de esa polémica, creando una novela de autoficción con vocación de romper moldes. Pensilvania es un retorno emocional a la vida y a las costumbres de una familia norteamericana que le acogió en su casa durante un programa de intercambio, cuando él era adolescente. Fallece Rebeca, la madre de la familia, y esa muerte será el detonante que impulsa el relato. Rebeca será su “madre postiza”, y así se dirige a ella el autor.

   Pero su muerte supuso que el autor-protagonista se ve obligado a hacer balance que origina un terremoto emocional que perdurará a través del tiempo. Esa muerte será, como he dicho, el motor y el hilo conductor del tema central de Pensilvania: la construcción de la personalidad a partir de un hecho crucial de la adolescencia: su vida en Estados Unidos durante once meses que fueron como once años. Cada día era un nuevo descubrimiento de una forma de cotidianeidad  insólita, marcada por la superstición y el fanatismo (la familia que le tocó en el intercambio eran unos fanáticos y su vida se regía por la Biblia. Profesaban la fe protestante llevada hasta el extremo), pero con individuos que le mostraban cariño y aprecio.

   El autor cree que allí se convirtió en escritor porque en la escritura hallaba un medio de distanciarse de la realidad. Sin embargo, perduró el cariño hasta el punto de que mantuvieron relaciones a través de las redes sociales hasta el fallecimiento de Rebeca.

   Y a partir de la defunción de su antigua anfitriona, el autor va desmenuzando una serie de recuerdos que han contribuido a configurar su personalidad, a la vez que reflexiona sobre múltiples temas, algunos cruciales: el temor de Dios - que lo vive diariamente en su familia de acogida-; la fuerza del primer enamoramiento, la incomunicación matrimonial, la salud, la fragilidad, las aventuras y desventuras profesionales y los recuerdos de una juventud en los años 90. Todo ello cribado por un fino humor que es una de las marcas de esta novela, a pesar de que en el momento en que el protagonista vivió todo esto nada fue divertido. Pero el humor en la novela de Juan Aparicio Belmonte se amalgama con reflexiones de calado y con referencias metaliterarias.

   Juan Aparicio Belmonte ha sido caracterizado como el mago del humor narrativo inteligente y como un gran contador de historias impecables. Dominador de una prosa inventiva en este retorno a lo emocional, a los entresijos de la vida y de las costumbres de una familia norteamericana, que fue para el autor un paisaje muy especial, animado por las vivencias de una etapa vital configuradora de la personalidad del protagonista.

    

 

                                      

                                       Juan Aparicio Belmonte

 

   Para concluir retomo el tema de la autobiografía y la autoficción: todo lo que tiene que ver con la parte emocional es veraz, biografía; lo anecdótico a veces está trastocado para que todo funcione. Son palabras del autor.

   Al atractivo de la novela es preciso añadir la esmerada y bien elegida que está la portada con la que Siruela nos presenta esta obra. Un fragmento del cuadro  Cape Cod enening  de Edward Hopper. El pintor de la soledad de la sociedad norteamericana refleja la luz que se filtra entre las sombras de este libro.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

sábado, 4 de febrero de 2023

EL NAUFRAGIO DE UN MATRIMONIO

Se acabó el pastel          

Nora Ephron

Editorial Anagrama, Barcelona, 2012, 201 páginas.

 

    

 

   Se acabó el pastel, editada en Nueva York en 1983, fue un notable bestseller en Estados Unidos, donde fue considerada una novela en clave (roman à clef), una novela en la que ciertos personajes o situaciones, representan, de  una forma más o menos explícita, a personas o situaciones reales. La “clave” es la relación entre la ficción y la realidad. En este caso, se especuló que representaba la relación de la autora con Carl Bernstein, el famoso reportero que destapó e investigó el caso Watergate.

   Lo más positivo de esta novela  es que Nora Ephron convirtió la ruina en algo memorable. A partir de despojos, fue capaz de escribir la historia de una mujer que no se queda callada, inane, que se reconstruye y se enfrenta a amigos y profanos, porque considera que en esta vida no estamos destinados a ser víctimas.

   Como acabo de señalar, Nora Ephron y Carl Bernstein estuvieron casados. Él investigó el escándalo del Watergate, y ella sus infidelidades que hizo públicas diez años más tarde en Se acabó el pastel. Una ruina humana que ella fue capaz de convertir en una excelente novela con la que experimentó la autoficción mucho antes de los que se cree, porque Se acabó el pastel está basada en episodios vitales de la propia Nora Ephron.

   Narrada en primera persona, relata los hechos acontecidos, durante unas semanas en la existencia de la protagonista, Rachel Samstat, judía neoyorkina. La dedicatoria de un libro de canciones para niños (“Ahora podrás cantarle a Sam estas canciones”) le revela que su hijo de dos años estaba envuelto en un amorío entre su marido y Thelma Rice. Su reacción: se sintió estúpida y acto seguido furiosa, con siete meses de embarazo y enteramente convertida y partidaria de la fidelidad.

   Rachel  Samstat es modestamente famosa  porque escribe libros de cocina que se venden bien y que publicita en una programa de televisión. Al parecer, todos, incluido el marido de Thelma, eran conscientes de lo que estaba aconteciendo a espaldas de Rachel. Cuando ella se entera, abandona Washington  y se refugia en la casa de sus padres, visita a su psicoanalista, frecuenta  un antiguo grupo de terapia, recibe consuelo de los amigos. Rachel se siente con los lomos hundidos, hinchada, pesada, con unos pies que parecían pepinos pesados. Todo ello provocado por su percepción del embarazo de siete meses. Y medita en lo horrible que sería volver a ser soltera.

   Apare Mark, su marido, le pide que vuelva, se echa a llorar y le promete no volver ver más a Thelma. Mas Rachel descubre que no es verdad. Tiene un parto prematuro y, a pesar de los pesares, la vida continúa.

   

                                             

                                           Nora Ephron

 

    La novela narra uno de los problemas fundamentales de la vida contemporánea: la infidelidad, la trampa de la traición que, por mucho que se haya hecho poco menos que cotidiana, sigue devorando ferozmente la vida de muchas personas. La narración abunda en recetas y consejos culinarios ya que los guisos se convierten en una de las formas más fáciles de expresar el amor. El ritmo de la novela es tan rápido como las palabras de una conversación, porque la autora usa una cadencia oral; da la impresión de que todo está contado al oído.

   La tonalidad es desenfadada y mordaz.  La autora ahorra eufemismo y su texto rebosa de frases ingeniosas, no obstante el drama vital de la protagonista que escribe la novela mucho tiempo después de que los hechos en ella narrados tuvieran lugar. Quizás eso lo explica todo.

 

Francisco Martínez Bouzas