jueves, 3 de diciembre de 2020

LA MATERNIDAD: FELICIDAD O DESOLACIÓN

 

 

La hija única

Guadalupe Nettel

Editorial Anagrama, Barcelona 2020, 235 páginas.

 

       Esta novela surge de la necesidad de escribir que sentía su autora, Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973), ganadora en el año 2014 del Premio Herralde de Novela. Una necesidad que se concreta en contar lo que le había acontecido a una amiga que sabe que va a perder a la hija que lleva en sus entrañas. De ahí a escribir sobre la maternidad  no hay distocias. Y escribe para entender a la amiga, para comprender las vivencias de una mujer que es consciente de que el fruto de su vientre y de su alma se diluirá en la nada. Para entender su zozobra, su conflicto y su trauma, la autora  le hizo varias entrevistas; y en ellas se basa la novela, si bien la escritora confronta a tres mujeres enfrentadas a la maternidad, y en esas conversaciones salen a flote varias maneras de las que disponen de plantearse la maternidad. Tanto por parte de las que aspiran a tener hijos como las que los rechazan, y que, con frecuencia son estigmatizadas por su negativa.

   La novela pues amalgama varias historias de maternidades atípicas, partiendo del hecho de que toda maternidad es en buena medida una cárcel para las mujeres, un hecho que no contradice el deseo de ser madre. Por eso mismo Guadalupe Nettel no nos ofrece una versión amable y meliflua sobre la maternidad. Recuerda las molestias, el cansancio, los sacrificios que implica. Incluso la posibilidad de la muerte, las depresiones, posibles choques y distanciamientos con su pareja. Y de paso, aprovecha para hablar de los incontables feminicidios que día a día tienen lugar en su país.

   El detonante de la novela  fue una historia real, un duro trance por el que tuvo que pasar una amiga: a Alina le comunican que su hija no sobrevivirá  al nacimiento. Ella y el padre de la niña, su pareja, emprenden entonces un proceso de aceptación y duelo, referidos  por Laura, la amiga de Alina. A la vez que reflexiona sobre las estrategias de las que disponemos o inventamos los seres humanos para superar la frustración.

   A la autora le parece oportuno saber cómo Alina está viviendo su historia. Y por eso la acompaña y la entrevista. Y sigue su calvario: primero cuando le dicen que su hija, tan deseada no iba a sobrevivir. Y después que podrá sobrevivir pero con una vida vegetal el resto de sus días.

   La novela ancla sus raíces en el realismo, rehuyendo todo sentimentalismo lacrimoso, mas no los sentimientos. Y esta actitud le permite inmiscuirse con sagacidad entre Alina y su pareja, los padres de la niña que nacerá cadáver, según las previsiones de la medicina; y seguir junto a ellos el proceso  de un duelo por un nacimiento que muy pronto habrá de convertirse en pérdida. Hasta tal punto llega el proceso de preparación para esa pérdida anunciada que se deshacen del mobiliario, de la ropa comprada para la bebé con tanta ilusión. Como contrapartida, le compran una sepultura  porque la niña nacerá y también morirá. Mas las cosas ocurren de otra manera.

   Relata la historia Laura, amiga de Alina, y opuesta a la maternidad. Alina piensa todo lo contrario: busca la maternidad a toda costa, como un destino.

   

                                

                                       Guadalupe Netel

    Pero además de la historia de la pareja con la niña a la que la ciencia pronostica que nacerá muerta, la autora nos hace reflexionar sobre un conjunto de problemas relacionados con la maternidad. Y lo hace, como ya señalé, a través de tres mujeres enfrentadas al hecho de ser madres. En cada una de ellas emerge una manera distinta de afrontarla: negación y rechazo, asunción, dudas y sentimiento de culpa. De este modo Guadalupe Nettel pretende hacer visible el conjunto de las mujeres: las que suspiran por tener hijos y aquellas otras que deciden cerrar las puertas a la maternidad. La voz narrativa entraría en este último grupo. Confiesa que durante muchos años intentó convencer a sus amigas de que reproducirse era un error irreparable.

   Guadalupe Nettel, originaria de un país  con miles de asesinatos de mujeres al día, escribe este libro con un final abierto a la esperanza  pero con una gran rabia desbordada.

   Si algo invita sobre todo leer La hija única es el estilo claro y conciso que emplea la autora; con capítulos cortos que nos van llevando de un caso a otro. Una prosa sencilla pero envolvente para una novela que plantea múltiples interrogantes sobre la maternidad  y su forma de vivirla, con actitudes muy diferentes.

 Francisco Martínez Bouzas

 

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