martes, 20 de noviembre de 2018

CONTRA EL UNO


Discurso de la servidumbre voluntaria
Étienne  de La Boétie
Traducción y estudio preliminar de José de la Colina
Editorial Tecnos, Madrid, 160 páginas
(Libros de siempre)

   

   El Discurso de la servidumbre voluntaria o contra el UNO es un acto de escritura acometido hace más de cuatro siglos por un joven estudiante de apenas dieciocho años, nacido en el seno de una familia acomodada, circunstancia que le permitió escapar del analfabetismo en un momento en el que las naciones-estado europeas se hallaban en su máximo auge, y en una época de apogeo de las monarquías absolutas. Fue así mismo contemporáneo del desarrollo de las estructuras administrativas en Francia, que establecen una nueva forma de gobernar: el arte de la servidumbre voluntaria, en la que probablemente pensaba Michel Foucault cuando definía la actitud crítica como “el arte de la inservidumbre voluntaria”.
   Son múltiples los aspectos merecedores de nuestra admiración en este breve ensayo y que conviene destacar. Entre ellos, la erudición y la solidez argumental, sobre todo si se tiene en cuenta la juventud de su autor, que impresionará a Montaigne que quiso conocer de inmediato a Étienne de La Boétie, al que por cierto rinde homenaje en sus Ensaios. La precoz genialidad, tanto del autor como de su texto, hizo que uno de los más ilustres comentaristas del mismo, Pierre Clastres, se preguntase si La Boétie no sería en el pensamiento político lo que Rimbaud era en la poesía. Otro rasgo que llama la atención es la actualidad de un texto, no solamente precursor intelectual y germen del anarquismo, sino también de los actuales movimientos sociales de la desobediencia civil y de la resistencia pacífica. Reseñable así mismo es el sólido y erudito alegato que La Boétie supo ver en el hecho de la dominación política, sin duda uno de los problemas fundamentales de las relaciones humanas.
   Las sociedades humanas se hallan surcadas por estructuras de poder que cristalizan en lo que Edgar Morin llama el tercer nacimiento del hombre: la máquina estatal entendida como “monopolio de la violencia física legítima” (Max Weber). Tal maquinaria estatal se transformó en las sociedades históricas en instituciones absolutistas, como los reyes y emperadores, hasta el punto de que en el siglo XVI, para la conciencia de los occidentales, tener fe, tener leyes y tener rey era el criterio de distinción entre las sociedades civilizadas y las salvajes.
   El Discurso de la servidumbre voluntaria es claramente un discurso político y sobre la política, ya que presenta la cuestión de la autoridad  sobre el pueblo y analiza las razones de las relaciones de dominación y de servidumbre. Aunque la época de La Boétie se halla muy alejada de la fundamentación contractualita del poder (la dominación derivada de un contrato entre personas libres), sus ideas prefiguran, no obstante, ese contrato social al invitar al lector a estar vigilante, teniendo siempre la libertad como referencia.
   La Boétie expresa con el lenguaje de los lógicos de su tiempo (con definiciones negativas y por lo mismo incompletas) este mal desorbitado: la irrupción de lo inhumano (el poder absoluto) en lo humano. Solamente nos dice de lo que no depende. Sin embargo, varios de los grandes lectores del Discurso de la servidumbre voluntaria corrigen esa ambigüedad, haciendo hincapié en  la promesa utópica de la “Tríada”, una reforma social basada en la igualdad más absoluta (Pierre Lerroux), o afirmando que la libertad voluntaria no es una utopía y la alienación no es necesariamente un destino (Pierre Clastres).
   Escribió Norberto Bobbio que toda la teoría del pensamiento político puede ser dividida en dos grandes territorios, según donde pongamos el acento: bien en el deber de obediencia civil, bien en el de resistencia, en el que es preciso inserir  la desobediencia  civil, en su significado de no consentimiento con la ley, con la finalidad de demostrar públicamente su injusticia. La desobediencia cívica, pasiva o activa, es un concepto moderno, nacido en el siglo XIX. Pero no cabe duda de que El discurso de la servidumbre voluntaria participa de esta modernidad, puesto que nos incita a rebelarnos contra el tirano. El lector de nuestros días de Étienne de La Boétie sabe que las tiranías de nuestro tiempo no solamente se encarnan o toman la forma de personas, sino que se incrustan sobre todo en las instituciones y mecanismos que dominan este orgulloso mundo global tan injusto.
    
                                                
Étienne de La Boétie
    

   La misma modernidad que el lector encuentra cuando La Boétie hace coincidir el republicanismo y el derecho natural. Si bien el autor renuncia a ocuparse directamente de la “controvertida cuestión”, república o monarquía, no tiene ningún reparo en preguntarse si la monarquía es merecedora de jugar algún papel, puesto que es bien difícil creer que tenga nada de público un tipo de gobierno donde todo es de uno. He aquí pues algunas razones que no substancian la genialidad y la actualidad de este breve texto, pero que pueden servir de acicate para leerlo una vez más.

Francisco Martínez Bouzas

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